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Así fueron los shows de los chilenos el sábado en Lollapalooza 2024

Martina E. Galindez

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Koko Stambuk aleona a su público mientras junto a sus compañeros tocan Enamorado de ti, uno de los hits con los que Glup! marcó a una generación entre fines de los 90 y comienzos de los 2000. Fanáticos y curiosos se entregan a la propuesta de la agrupación que retornó en 2022 a los escenarios y que ayer debutó en Lollapalooza Chile en uno de los dos espacios centrales del festival.

A la misma hora, pero en el Alternative Stage, Diego Ridolfi desplegaba los hits más conocidos de Fármacos, el proyecto que lidera desde 2008 y con el que ha editado tres discos a la fecha (en junio lanzará el cuarto, adelantó). Mientras los músicos de la banda han cambiado con el paso de los años, su propuesta de rock alternativa ha madurado.

Foto: Pedro Rodríguez

Ridolfi, un frontman que llena el escenario, interpreta con solidez el catálogo del grupo. Su eje son las canciones de amor y desamor pero exhibe gran inquietud en cuanto a los sonidos, moviéndose por texturas más bailables, más crudas y a ratos más melódicas. Fue uno de los puntos altos de las primeras horas de sábado. “Amor para ustedes. Disfruten el día”, fue el mensaje al público del artista que actualmente reside en México.

El resto del día tenía como una de sus principales cartas a Francisca Valenzuela. De regreso en el festival tras su presentación de 2019, la cantautora arrancó con ese dominio escénico y vocal que la ha convertido en una consolidada de la industria local. Atributos que le permiten iniciar su show con una muestra de su disco más reciente (Adentro, 2023) y de inmediato instalar con solidez la propuesta artística de su versión en directo. En este caso abrió con la sentida ¿Dónde se llora cuando se llora?

Tras Que sería, muy celebrada por quienes la esperaban, introdujo la canción que lleva el mismo título que su último álbum. Un trabajo dedicado, según sus propias palabras, a abandonar una relación amorosa impulsado por el amor propio y a pesar de todos los temores. Contagió al público y el coro (”Si esto es lo que quiero/ ¿Por qué me duele tanto, adentro?”) fue cantado con fuerza por el público.

Durante su presentación en el Banco de Chile Stage también hubo guiños a sus mayores éxitos radiales (Ya no se trata de ti, Afortunada, Muérdete la lengua, Buen soldado, La despedida), ganándose a los no familiarizados con su catálogo. Pero, en una demostración de osadía que los artistas tienen a evitar en el contexto de festivales, dedicó un tercio de su set a su último LP. Lo más notable es que su presentación nunca decayó en energía.

Cami también decidió introducir una nueva cara en Lollapalooza. La artista acaba de lanzar Los amantes vol.1, la primera parte de su siguiente álbum, que llevará por título Anna. Ese trabajo la impulsó a abandonar definitivamente la música de raíz y a abrazar la electrónica, donde parece sentirse cómoda. Aunque hubo espacio para otros temas, la puesta en escena de Camila Gallardo se volcó a sus nuevas búsquedas sonoras: sin músicos que la acompañarán y con ella en solitario. Es prometedor el futuro que le espera si insiste en esa veta.

Lamentablemente ayer en Cerrillos sufrió problemas técnicos que la obligaron a volver empezar su show. Salió airosa del contratiempo. Eso sí, luego de que acortó abruptamente una canción, se excusó lanzando un dardo contra la organización y las limitantes horarias. Se despidió compartiendo un recordatorio: este 28 de marzo estará en el Teatro Municipal, una posibilidad para verla en plenitud y en un recinto idóneo.

Los números nacionales en general contaron con mejor convocatoria que sus pares del día viernes, quizás perjudicados por el día laboral y un menú general menos atractivo.

Foto: Pedro Rodríguez

Tronic abrió la jornada tocando los éxitos que fueron la banda sonora de adolescentes (y no tanto) hace dos décadas. Más tarde un ex Prisionero, Claudio Narea, subió al escenario a cantar El baile de los que sobran, por invitación del dúo colombiano Monsieur Periné. A quienes les quedó algo chico el espacio asignado fue a Los Miserables. Ubicados en el escenario más pequeño del evento (el Lotus Stage), encendieron al público con su rock de filo político y lanzaron dardos contra figuras del acontecer nacional. Dieron todo que prometían en la previa.

Kidd Voodoo, uno de los nombres ascendentes de la industria local de sonidos urbanos, fue reprogramado para el último turno en el Perry’s Stage. Desató la euforia a punta de varios invitados (Young Cister, DrefQuila, Easykid) y se dio el lujo de incluso sumar un cover de Un amor violento, de Los Tres.

En tanto, para este domingo se espera una oferta tanto más o diversa, compuesta por figuras como Nicole, Gonzalo Yáñez, Denise Rosenthal, Ana Tijoux, Jere Klein, DJ Who, Saiko y Congreso.

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