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Una mirada a Dominga, la ley que se hizo cargo del duelo perinatal

Martina E. Galindez

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Sandra Cortez, profesional de Tarapacá Interclínica, se desempeña como partera desde hace 32 años y Aún recuerda su experiencia durante su ejercicio profesional en un hospital público: el primer parto que atendió fue el de un bebé que había fallecido.

“Eso me marcó, porque uno tiene muchas ganas, y espera dar a luz a un recién nacido vivo. Fue muy fuerte, porque la madre también era muy joven. Obviamente fue apoyado en todo momento.”, recuerda la matrona.

“Pero en ese momento No había posibilidades de dejar a la madre en otro lugar después del parto. Y eso marca al paciente. Escuchar a otros bebes y que tu no tengas el tuyo es muy terrible”, comenta sobre lo vivido hace tres décadas.

En septiembre de 2021 entró en vigor la Ley Dominga: desde entonces, los establecimientos de salud deben contar con espacios para que las mujeres en duelo no tengan contacto con mujeres embarazadas o recién nacidos.

Pero la cuestión de colocar a la madre que acaba de perder a su hijo o a su hija en un sector distinto al de la maternidad se estableció legalmente hace sólo tres años.

El 21 de septiembre de 2021 se promulgó la Ley 21.371, mejor conocida como Ley Dominga: desde entonces, los establecimientos de salud deben contar con los espacios necesarios para que las mujeres en duelo no tengan contacto con mujeres embarazadas o recién nacidos.

La Ley Dominga lleva este nombre porque, en 2020, la madre que impulsó este proyecto de ley, Aracelly Britosufrió la muerte de su hija Dominga a las 36 semanas de gestación. Un año antes había perdido a Julián, a las 9 semanas de gestación.

En ambos casos, Aracelly denunció un trato deshumanizado por el personal de la clínica donde fue atendido.

Partera Sandra Cortez
Antes de la Ley Dominga, dice la partera Sandra Cortez, “no había posibilidades de dejar a la madre en otro lugar después del parto. Y eso marca al paciente.”

En términos generales, la ley exige tener Asistencia inmediata y seguimiento multidisciplinar (matrona, psicóloga y psiquiatra); brindar espacios de contacto digno y apropiado con la hija o hijo fallecido para iniciar el proceso de duelo, y permitir que las personas los miren, acunen o tomen registros fotográficos o de video y, En el caso de fallecimientos en el tercer trimestre del embarazo, ofrecer la opción de deshacerse de los restos ovulares.

Además, requiere contar con señalización en la puerta de la habitación, en la cama asignada, en la historia clínica y/o en el puesto de enfermería o partería para Comunicar de inmediato a todo el personal que esté en contacto con una mujer y su familia que enfrenta una muerte gestacional o perinatal, Por ello, se deben desplegar habilidades de comunicación verbal y no verbal, junto con el cumplimiento de lo establecido en el protocolo establecido para un trato sensible y adecuado en estos casos.

“Nuestro sindicato tiene una enorme sensibilidad en temas de lactancia materna, apego, parto, pérdidas reproductivas, y hemos jugado un papel muy importante en la implementación de la ley Dominga.“, dice Sara Parada, directora del programa de obstetricia de la UNAB y nueva secretaria general del Colegio de Matronas y Matronas de Chile.

“Si vieras a compañeros de hospitales pequeños sin recursos, ¿cómo se las arreglan, porque Hablamos de ingenio y, muchas veces, de corazón puro, para respetar esos espacios de duelo perinatal. Es decir, si preguntas cuántas parteras se capacitan en este tema porque quieren brindar la mejor atención a sus mujeres, son muchas”, dice la especialista de la UNAB.

Lo dice en referencia al hecho de que no todos los establecimientos de salud cuentan con los recursos financieros deseables. “La implementación de la ley Dominga tiene un componente particular, que si bien Es una ley con alta relevancia para el Estado y también de alta sensibilidad para el pueblo, es una ley que de por sí no tuvo financiamiento.“, comenta Rodrigo Neira, partero y profesor asistente del Departamento de Promoción de la Salud de la Mujer y del Recién Nacido de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Matrona Sara Parada
“Hemos jugado un papel muy importante en la implementación de la Ley Dominga”, afirma la partera y académica de la UNAB Sara Parada.

“Nació como una iniciativa parlamentaria y, por tanto, no vino con dinero asociado. Esto ha significado claramente que la implementación puede ser en realidad mucho más gradual y gradual de lo que esperábamos.porque no contamos con los recursos físicos y humanos que nos gustaría para poder cumplir cabalmente con la ley y en los tiempos que esperamos”, afirma el académico Neira.

La partera Sandra Cortez complementa: “Esta ley se basa en una ley que ya existía mucho antes, que es la 20.584, que regula los derechos y deberes del paciente. Por lo tanto, “Se trata de ratificar específicamente estos derechos y deberes de la paciente en el ámbito obstétrico”.

Y añade: “en los últimos tiempos se ha dado mucho énfasis, obviamente, ala relación y la importancia del paciente, que siempre debió existir. Porque en definitiva el centro principal de todo es el paciente. Y obviamente nosotros, como profesionales que elegimos esta profesión, sabemos que tenemos que ser más empáticos, más solidarios”.

En el mundo privado, por supuesto, hay más recursos. ¿Cómo se activa el protocolo? “Al momento de ocurrir esta situación, la paciente es inmediatamente trasladada, no ingresa a la maternidad, sino a un piso separado, y en una sola habitación.con una puerta identificada para que todo el que pase la respete y no llegue y entre”, dice la partera Sandra Cortez.

Y añade: “ La matrona realizará entonces las visitas diarias correspondientes, tres o cuatro veces. Y también te visitará tu ginecólogo. Y, en el caso de nuestra clínica, tenemos un centro médico con psiquiatras, psicólogos, un equipo multidisciplinario”.

Sara Parada, profesional de la UNAB, recuerda que en Chile la carrera de Obstetricia cumplió este año 190 años: “Salimos como profesión por la alta mortalidad materna en 1834. Y el impacto en la salud pública y en los indicadores perinatales actuales que tienen que ver con el trabajo de las parteras son indicadores de lujo de un país desarrollado. Y eso es porque las parteras somos metódicas, somos ultraprofesionales en lo que hacemos”.

De hecho, según la OMS, en términos de mortalidad perinatal, Chile tiene una tasa muy cercana a la de los países desarrollados de la región (4,8 x 1000 nacidos vivos). La tasa de mortalidad neonatal pasó de 5,5 muertes de niños menores de 28 días por cada mil nacidos vivos en 2010 a 4,8 en 2019.siendo esta una de las tasas más bajas de América Latina.

Sin embargo, Desgraciadamente se producen muertes perinatales. Y cuando eso sucede, es vital que exista un protocolo. Y hasta ahora la ley se ha fortalecido, pero no es perfecta.

duelo perinatal
La tasa de mortalidad neonatal en Chile es una de las más bajas de América Latina. Sin embargo, lamentablemente se producen muertes perinatales. Y cuando eso sucede, es vital que exista un protocolo.

“Si hubiéramos tenido todo el dinero del mundo para implementar un espacio en particular, no necesariamente podríamos haber construido algo para tener nuevas habitaciones. Lo relevante aquí es cómo los equipos, y lo han hecho, están adaptando los espacios físicos existentes para poder tener este lugar.”, dice Neira.

“Usualmente tratan de dejar a las personas que están en duelo en habitaciones o unidades privadas o especiales, lo mismo durante el proceso laboral, porque claramente Estar en contacto con mujeres que están viviendo una experiencia de parto y parto diferente incide directamente en todo el aspecto biopsicosocial. a la persona que está pasando por el duelo”, explica.

“Más que el espacio físico, creo que la gran necesidad hoy es poder proponer cómo mantenemos y fortalecemos los equipos psicosociales que brindan acompañamiento. El apoyo psicosocial que tenemos actualmente lo tomamos principalmente de los equipos que por otras leyes, por otros marcos, están dentro de los hospitales.”, comenta el profesional.

Y ejemplifica: “Las parejas psicosociales que se convocan para la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo también apoyan el trabajo que hay en la Ley Dominga. No existe un equipo específico para cumplir con la Ley Domingaes el mismo equipo para el hospital en cuestión”.

Y hay un punto en el que hay que avanzar desde su punto de vista. “El hecho de que el Estado pueda contribuir, que Si existen los recursos económicos, físicos y humanos necesarios para poder acompañar el duelo perinatal, es relevante. Hoy los equipos se hacen cargo de estos ajustes que hacemos a nivel local, pero creo que la ley lo que efectivamente implica es que después también como sociedad y como Estado Permitámonos avanzar y priorizar el apoyo sensible, gestionando los recursos que sean necesarios.”, dice el académico de la Universidad de Chile.

“Creo que aún falta esa visibilidad, entender que atender el duelo perinatal o gestacional requiere recursos del Estado.Cuando toda la familia cree que un embarazo es completamente seguro y que no va a pasar nada malo pero ese proceso va en otra dirección, probablemente sea uno de los mayores desafíos que tenemos como equipo de salud: apoyar el embarazo en ese momento.”, concluye.