A finales de marzo, la Dirección de Extensión Cultural de la Universidad Andrés Bello (UNAB) abrió una muy especial convocatoria. A propósito de la conmemoración de los 160 años de Andrés Bello -intelectual venezolano que marcó el devenir de la república durante el siglo XIX con legados tan importantes como la redacción de nuestro actual Código Civil-el llamado fue a reinventar su figura mezclando arte, historia y tecnología.
“¿Cómo diferentes artistas, tanto clásicos como contemporáneos, habrían representado a Andrés Bello? ¿Cómo lo retrataría Andy Warhol con su estilo pop art? ¿O qué visión tendría Frida Kahlo, con sus colores vibrantes y emociones profundas? ¿Cómo lo vería Pablo Picasso a través de su mirada cubista?“, decía la propuesta, que invitaba a todos quienes quisieran participar a ocupar alguna de las plataformas generadoras de imágenes -como Dall-E o chat GPT- para crear estos retratos.
En total, se recibieron 70 trabajos, de los cuales se eligieron 20 finalistas, quienes son los protagonistas de la exposición“Retratos de Andrés Bello a través del Arte y la Inteligencia Artificial”, que estará abierta al público hasta el 23 de septiembre en el Campus Casona de Las Condes, de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 horas, y los sábados de 10:00 a 13:00 horas.
“Debo reconocer que, tanto como las obras mismas, destaco las explicaciones que cada autor dio a su obra”, dijo durante la inauguración de la muestra el rector de la Universidad Andrés Bello, Julio Castro, quien se refirió a los resultados de esta apuesta por rescatar, a través de la tecnología, el pensamiento de Bello.
“Es realmente notable lo que lograron hacer con inteligencia artificial y apoyándose en grandes creadores”, agregó.
A sus palabras se sumaron las de Ricardo Abuauad, decano del Campus Creativo UNAB y miembro del jurado, que también estuvo compuesto por Claudia Bascur, vicerrectora de Transformación Digital UNAB; Sebastián Domínguez,documentalista y cineasta; Felipe Karadima Skarmeta, director de Extensión Cultural UNAB, y Ughette De Girolamo, licenciada en Teoría e Historia del Arte de la Universidad de Chile y doctora en Historia del Arte de la Universita degli Studi di Firenze, Italia.
“A través de la tecnología y la imaginación de todos los que participaron, queríamos preguntarnos lo que Bello sigue siendo y representando para nosotros”, afirmó el académico. “Esta exposición no buscaba congelar a Andrés Bello como un bronce de la historia, sino invitarlo a reaparecer en formas nuevas, sorprendentes, incluso bastante improbables”.
De Banksy a Goya: las inspiraciones de los ganadores
“Las figuras que importan no son aquellas que encerramos en mármol, sino que son las que somos capaces de reimaginar”, dijo Ricardo Abuauad durante la premiación.
El primer lugar recayó en Jorge Guilmai, quien se inspiró en la estética del artista británico Banksy para crear su obra llamada “Revelation”.
“Elegí a Banksy porque entrega mensajes muy potentes, y porque el legado de Andrés Bello sigue muy vigente y por eso podía ser representado de esa forma. El nombre de la obra surgió por cómo viví esta experiencia, porque si bien muchos conocemos el nombre de Bello, pocos conocemos realmente su vida y obra”, expresó el ganador, quien agradeció a la universidad por haber realizado esta convocatoria.
El segundo lugar, en tanto, fue para María de Jesús Triolo, con su obra “El delirio de Andrés”, inspirada en Hannah Höch y el movimiento Dadá, mientras que el tercer puesto lo obtuvo Daneska Vergara Guerrero con su retrato “Un día oscuro en Valparaíso”, inspirado en Francisco de Goya.
Conoce las obras de los finalistas y ganadores aquí:
En el centro, quise mostrar a un niño haciendo un grafiti con fórmulas y cálculos. Esto representa su visión de una educación libre y accesible para todos, algo que defendió toda su vida.
También incluí libros, que simbolizan las áreas en las que trabajó: derecho, filosofía, educación y escritura. Uno de sus mayores aportes fue el Código Civil, que hasta el día de hoy sigue influyendo en varios países latinoamericanos.
La paloma blanca que aparece en la imagen representa la paz y el deseo de unión.
Otro elemento es el televisor roto, del que caen páginas. Con esto quise mostrar cómo, a veces, el lenguaje y el conocimiento se están perdiendo entre tanto ruido moderno. Andrés Bello fue un gran defensor del lenguaje como forma de pensamiento y libertad.
La llamé Revelation porque, para mí, conocer más sobre Andrés Bello fue justamente eso: una revelación”.

Bello alcanzó a vivir lo suficiente para conocer y ser retratado por una cámara, por lo que este estilo es también un reflejo de aquel paralelismo histórico.
Ambos, Bello y Hannah Höch (artista inspiradora), mantuvieron en sus respectivas épocas un espíritu transformador, crítico y reformador”.
Elegí representarlo al estilo de Francisco de Goya, mi artista favorito, no sólo por su técnica, sino por su capacidad de capturar la profundidad emocional y el paso del tiempo en sus pinturas.
Quise darle a mi pintura un aura de melancolía reflexiva, que se fusiona con la arquitectura porteña, el cielo encapotado y la mirada severa de Bello, creando una escena cargada de solemnidad, como si él mismo observara el presente desde el pasado”.
Provenientes de contextos sociales, históricos e ideológicos profundamente distintos, ambos dejaron una huella indeleble en la identidad del país. Bello, con la palabra escrita, las leyes y la educación formal; Parra, con el canto, el bordado y la voz del pueblo.
Más que ocultar sus diferencias, esta pieza las abraza. Porque en sus contrastes se revela una verdad profunda: Chile se construye tanto desde la razón como desde la emoción, tanto desde el aula como desde la arpillera. Esta obra no busca igualar a Bello y Parra, sino tender un puente visual entre ellos, uniendo al jurista y a la artesana, al ilustrado y a la cantora, al académico y a la artista popular”.
El retrato se aleja de una representación tradicional para presentar a Bello como una figura viva, en tensión entre pasado y presente.
El uso de dorados, patrones decorativos y elementos simbólicos evoca la dimensión espiritual y cultural de su legado, mientras que las pinceladas intensas y los colores expresivos transmiten la fuerza interior, la pasión intelectual y el compromiso ético que marcaron su vida.
Más que homenajear a un prócer, la obra lo reimagina como un pensador sensible y vigente, capaz de dialogar con las nuevas generaciones.
Es un gesto de memoria activa, donde historia, arte y emoción se entrelazan para invitar a repensar lo que significa educar, transformar y pertenecer”.
La luz dirigida sobre su rostro simboliza la claridad de pensamiento en medio de tiempos complejos, mientras que los tonos cálidos y las texturas visibles aportan profundidad emocional, evocando respeto y admiración por su legado”.
Este enfoque artístico combina la representación de la figura con un fondo emocional y vibrante, muy al estilo de Van Gogh, quien usaba el color y la forma para expresar la psicología del sujeto”.
La inspiración principal proviene del lenguaje visual de David Hockney, particularmente su uso del color, la fragmentación espacial y la multiplicidad de perspectivas. A través de estos recursos, se propone una imagen que no sólo actualiza estéticamente un personaje histórico, sino que lo transforma en una figura capaz de dialogar con las generaciones actuales.
El recurso de la inteligencia artificial no sólo permite expandir los límites técnicos de la creación, sino que se convierte en un medio para profundizar la interpretación subjetiva, singular y situada del artista.
Lejos de buscar una reproducción fiel del pasado, esta obra apuesta por una lectura vibrante, emocional y simbólica, en la que el color y la composición invitan a los y las estudiantes a reconocerse en esta figura: alguien que piensa, que imagina, que transforma”.
Esta reinterpretación es, entonces, un ejercicio de memoria activa, donde historia, arte y tecnología se entrelazan para abrir nuevas formas de representación, identificación y sentido.
Para ello, me sumergí en su legado intelectual y en su profundo compromiso con la educación, la cultura y la integración de América Latina”.
La imagen muestra a Bello envuelto en un torbellino de colores vibrantes y trazos expresivos, que simbolizan el conflicto entre tradición y modernidad, razón y caos.
Los libros flotantes representan la educación como motor de cambio; los circuitos digitales aluden a la inteligencia artificial como nueva forma de conocimiento, y la torre en el fondo evoca un faro universitario, una alegoría de la Universidad Andrés Bello como guardiana del pensamiento crítico en la era digital.
La firma manuscrita busca reforzar la conexión íntima entre arte, historia y autoría”.
Autor de obras notables como la Gramática de la lengua castellana y el Código Civil de Chile, la presencia del libro subraya su profunda erudición y su ‘Elocuencia del Pensamiento’, como sugiere el título”.
A su alrededor, otros intelectuales simbolizan diversos pensamientos.
El café tiene detalles simbólicos, como una musa-bailarina que gira envuelta en páginas de libros, y dos gatos negros, que es un guiño al reconocido cabaret Le Chat Noir, donde concurrían muchos artistas e intelectuales.
En el fondo, un mapa de América Latina refleja el legado de Bello, mientras el reloj ya pasó las 3 AM, hora de las ideas. La tipografía y los colores planos (rojos, azules apagados, amarillos) capturan la esencia del arte de Toulouse-Lautrec, fusionando el intelecto y la bohemia en un homenaje a que la letra es un espectáculo”.
Inspirado en el movimiento Fluxus, que proponía un arte centrado en lo cotidiano y lo imperfecto, esta obra busca mostrar a Andrés Bello no como estatua gloriosa, sino como cuerpo simbólico, hecho de memoria y persistencia. Aunque su forma pueda parecer confusa, para mí representa esperanza: si aún lo podemos construir con lo que queda en la educación universal, con bases y cimientos del pasado, entonces todavía podemos aprender de él y traerlo a través de la memoria colectiva”.
La imagen resalta algunos elementos que destacan la identidad y trayectoria de tan emblemático polímata y orgullo de dos países hermanos”.
¿Cómo conocer a alguien con una mente tan brillante? Modigliani lograba comunicar una extraña fragilidad y humanidad a sus obras, y es la misma impresión que retratan los cuadros de Andrés Bello”.
La imagen refleja el estilo de Rivera a través de colores terrosos, trazos definidos y composición simbólica.
En cuanto a los símbolos que guardan relación con la imágen de Andrés Bello encontramos: el mapa de Sudamérica, por su aporte a la identidad y unidad del continente. El libro abierto, por su legado como educador y humanista. La pluma y el tintero, en relación a su labor como escritor y jurista. Por último, las plantas en crecimiento simbolizan la educación como base del desarrollo”.
A más de 160 años de su fallecimiento, su nombre continúa siendo sinónimo de sabiduría, pensamiento crítico y visión integradora. Esta vigencia demuestra que su aporte al lenguaje, la educación y la identidad latinoamericana trasciende generaciones, consolidándolo como un referente de renombre cuya influencia aún inspira y seguirá inspirando en el futuro”.
En nuestra interpretación, la figura central —representando a un estudiante de la Universidad Andrés Bello— transita por un universo arquitectónico que evoca la sensación de movimiento constante y búsqueda de sentido en medio del caos académico.
Las escaleras interminables simbolizan el trayecto formativo: desafiante, a veces confuso, pero lleno de posibilidades. Así como en la obra de Escher no hay un único “arriba” o “abajo”, aquí tampoco hay un solo camino hacia el conocimiento.
La Universidad Andrés Bello se convierte en un escenario de exploración, donde cada escalón es una decisión, una clase, un esfuerzo que empuja hacia nuevas perspectivas.
Esta pieza invita a reflexionar sobre la experiencia universitaria como un viaje multidimensional, donde el crecimiento personal y académico se entrelazan en una arquitectura que desafía la lógica, pero en la que cada paso tiene su propósito”.
En segundo lugar, imaginé un encuentro imposible pero poético entre Van Gogh y Andrés Bello: dos espíritus intensos y visionarios, que, de haber coincidido en tiempo y espacio, quizás habrían compartido una mirada similar sobre el alma humana. Este retrato busca ser ese puente imaginario entre ambos mundos”.