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A río revuelto, ganancia de pescadores
DIRECTOR:
En el caos y la confusión nos desorientamos y solemos cometer errores en las decisiones que tomamos. Con una realidad política institucional como la que vivimos, sobre todo desde que estalló como un vendaval el caso Hermosilla, no sorprende que sus múltiples ramificaciones nos estén llevando a una vorágine de provocaciones, errores groseros, desacuerdos y mayores distanciamientos políticos que impedir el encuentro para Chile.
Por eso, independientemente de la necesidad de que las instituciones funcionen, de que los procesos avancen, de que quienes deberían ser sancionados o expulsados de sus instituciones lo sean, también es momento de poner la pelota en el suelo, de pensar con calma y frialdad, de pensar sobre el país y el futuro, para volver a la ética y a los principios. No es momento de ajustes y venganzas, de ajuste de cuentas o de ajustarlas, lo que está en juego es demasiado relevante porque se trata de nuestro Estado de derecho, de la fuerza de nuestra democracia, de la profundidad de ella y de sus instituciones, de la valoración de ciudadanía para aquellos y el aprecio por cuidarlos y mantenerlos. Pero ¿qué significaría esto específicamente? Un retorno a los acuerdos, y a su respeto, al diálogo ciudadano, a subrayar nuevamente la importancia de la ética en el trato, en la política, en las instituciones, en el ejercicio de las profesiones; sí, el sector privado no está excluido, al contrario. somos protagonistas de un acuerdo por un país más ético y mejor -, en el desarrollo de campañas políticas en periodos electorales – estando en medio de una y otras que se acercan el próximo año -, en la enseñanza en todos los niveles, en las escuelas y por supuesto en las universidades, atesorando el privilegio de formar futuros profesionales como ciudadanos comprometidos con el bien del país.
Dice el refrán que “en río revuelto ganan los pescadores”, lo que podría significar una ganancia espuria para quienes se aprovechan mal de la confusión. Transformémonos en cambios, en acuerdos ciudadanos, en pescadores -qué hermosa metáfora en un país con más de seis mil kilómetros de costa- de una oportunidad para un Chile más justo, más ético y más respetuoso con los demás.
Paula Vial Reynal
Abogado