Economia

Alfredo Moreno por atentado en Cañete: “La actividad está muy reducida”

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El excanciller de Sebastián Piñera, Alfredo Moreno, es uno de los dos copresidentes de la Comisión para la Paz y el Entendimiento. En esta conversación con Diario Financiero, manifiesta su estupor por el atentado que dejó tres carabineros asesinados en Cañete. Y asegura que este en particular “tiene más similitud con los atentados del crimen organizado que vemos en Santiago, con este tipo de ensañamiento, que pareciera ser una demostración de poderío”.

Moreno señala que la violencia en la Macrozona Sur “es algo con lo cual la zona viene conviviendo hace mucho tiempo. Se ha ido extendiendo regionalmente y las consecuencias sobre la actividad económica y el progreso de las personas es tremenda”; por lo que pone énfasis en la necesidad de mejorar la inteligencia de Estado para adelantarse a los hechos.

– ¿Qué sensación le genera el atentado de este fin de semana, que para algunos es uno de los más graves que ha ocurrido en los últimos tiempos?

– Sin duda que es uno de los más graves y, además, tiene características muy diferentes a otros atentados. Aquí hay ensañamiento con los cadáveres, es el día de los carabineros. Personalmente,  me produce una enorme tristeza, unas familias que pierden a sus padres, carabineros tienen que entregar su vida frente a personas cobardes que los han emboscado. También me da mucha rabia por lo que hay respecto de La Araucanía y la Macrozona en general, la zona de Biobío, Arauco, que han sufrido lo indecible. Nosotros en la comisión hemos tenido contacto con más de 200 grupos distintos, mapuches y no mapuches; gremios, con víctimas… y lo que relatan es una historia de sufrimiento que es muy difícil que la gente que vive en Santiago logre apreciar. Y da mucha rabia que no se entienda que lo que tenemos que hacer es juntar toda la energía que tengamos para resolver el problema de toda esta gente que vive en esas regiones y lo ha pasado muy mal.

– Este último tiempo el Gobierno había señalado que habían disminuido los atentados en la Macrozona Sur, según lo que han percibido desde la comisión. ¿Es así?

– Sí, efectivamente, los atentados se habían reducido, particularmente en esa zona de Arauco, más que en Malleco. Lo que sí uno tiene que tener presente las circunstancias, que ya tenemos dos años de estado de emergencia, militares en esas zonas navales, que naturalmente no es lo normal. Se han aplicado normas de protección utilizando todos los recursos de que dispone el Estado y la situación era algo mejor, aunque todavía muy mala, totalmente fuera de lo normal. Lo que tenemos que entender es que esto no es una solución, es una manera de enfrentar una situación completamente anormal. Lo importante es que hoy día podamos dedicar la energía a ir a la causa de los problemas y aislar a los grupos violentos y para resolver los problemas.

– ¿De qué manera relaciona este atentado con su propia experiencia como ministro de Desarrollo Social, cuando le tocó enfrentar el caso Catrillanca que también generó un punto de inflexión en la situación de la Macrozona Sur? ¿Hay algún punto de comparación?

– Creo que en el mundo de violencia que se vive en esos lugares, ambos son emblemáticos. Uno, un joven que estaba desarmado y que es muerto, a pesar de que no había enfrentamiento, en el caso de Catrillanca, donde además se dijeron tantas cosas que no eran verdad;  y, hoy día, una cosa tan cobarde y tan agresiva, incluso quemar a estos carabineros. Ambas causan una tremenda consternación, pero este atentado tiene características muy diferentes a lo que hemos visto tradicionalmente en la Macrozona Sur, ya dirá la Fiscalía cuál es la verdad de lo que sucedió.

– ¿Cuáles son esas características, el ensañamiento quizás?

– En primer lugar, los ataques directos a carabineros o militares, que tienen las capacidades para responder, son menos que los que uno ve en el grueso que es el ataque a personas que no tienen cómo defenderse; segundo, en el aniversario de Carabineros, esto aparenta ser un mensaje al Estado por estar aplicando la ley; en tercer lugar, lo que se refiere a la quema de los cuerpos, en La Araucanía ha habido personas que han muerto en un incendio, pero no a propósito.

– ¿Con qué lo relaciona?

– Me parece que tiene más similitud con los atentados del crimen organizado que vemos en Santiago, con este tipo de ensañamiento, que pareciera ser una demostración de poderío y de infundir temor a la población con la capacidad de causar daño y de crueldad que pueden tener. Y, finalmente, lo que dijo el fiscal nacional de que hay pruebas que han sido removidas en las que hay un grado de sofisticación distinto, que pareciera indicar que también hubo preparación previa. Espero que la policía pueda determinar rápidamente qué sucedió, quiénes son los culpables, apresarlos y que tengan que enfrentar la Justicia por el tremendo daño que han hecho.

– ¿De qué manera esta violencia rural está afectando  el desarrollo de la economía y la inversión en la zona?

– Esto es algo con lo cual la zona viene conviviendo hace mucho tiempo. Se ha ido extendiendo regionalmente y las consecuencias sobre la actividad económica y el progreso de las personas es tremenda, porque como la gente no puede transitar tranquila, como no sabe si van a atacar a los vehículos que sacan la madera o si puede sacar su cosecha; si no sabe si puede dormir en su campo en la noche, lo que ha sucedido es que la inversión se ha detenido, nadie hace nada porque no sabe si puede recuperar lo que está intentando hacer

– Es complejo…

– Entonces, la actividad está muy reducida, porque hay que tomar muchas medidas de seguridad, no transitar en algunas horas, eso hace que todo sea más difícil. Yo fui ministro de Obras Públicas, conozco muy bien cómo se dificultan estas obras públicas, porque el riesgo de ser atacado es enorme. Las implicancias respecto de la vida de la población, estas implicancias económico-sociales, son enormes; la violencia no sólo tiene el costo directo en pérdida de vidas y heridos, tiene también una restricción de la libertad de las personas y respecto de la posibilidad de progreso.

– En ese contexto, se ha vuelto más transversal la solicitud de implementar el estado de sitio en la zona, ¿sería partidario de esa medida?

– Cuando iniciamos la comisión, que fue creada por el Gobierno, pero también por todos los partidos políticos, desde el Partido Comunista hasta el Partido Republicano, nos pusimos de acuerdo en cuáles son las tareas que le corresponden a la comisión y cuáles le corresponden al Gobierno. Al Gobierno le corresponde velar por la seguridad y el desarrollo económico; nuestra tarea es encontrar una solución para la relación entre el Estado y las comunidades mapuche. Tenemos otra manera de desarrollar esta relación y de enfrentar un conflicto que obviamente tiene muchos años, para encontrar una mejor manera de resolverlo. Entonces, mi labor no tiene que ver con eso y prefiero no dar una opinión sobre eso.

“Los  países exitosos son los que se han sentado a conversar”

– ¿Con quiénes se han reunido como comisión y a qué soluciones cree que podría llegar?

– Nuestra tarea no es sólo proponer una solución al Presidente y al Congreso; también se nos ha pedido que sea algo previamente dialogado con los distintos grupos, para que tenga un amplio apoyo en cada uno de ellos. Cuando hablo de grupos, me refiero desde ya, por supuesto, a las comunidades mapuche; pero también a los agricultores que operan en esa zona, empresas forestales, políticos de izquierda y de derecha que tienen que tomar la decisión; y, por supuesto, el resto del país que va a tener que hacer un esfuerzo importante para poder resolver este problema, y tiene que tener la disposición de hacer ese esfuerzo para resolver esto. Tenemos muy distintas situaciones.

– ¿Qué les han manifestado estas personas?

– Lo que hemos escuchado de ellos tiene tres elementos: Primero, la gente tiene una experiencia de vida muy dura, todos los grupos que he mencionado, son historias realmente impresionantes que hemos escuchado. Pero aparte de relatar ese dolor que cada uno de ellos vivió, el segundo elemento que todos señalan es la soledad en la cual se encuentran; todos sienten que el resto, todo el resto del país, no hemos tomado la responsabilidad de sentir que esto tenemos que resolverlo; y, lo tercero, todos, pero todos, y esto quizás puede sorprender, todos nos han dicho que lo que les pasó no tiene solución, pero sí quisieran cambiar esta situación para que no afecte a otras personas, para que no continúe. Y esas personas, las que más han sufrido, son las que más quisieran que esta situación se modificara.

– En ese contexto, ¿por dónde pasan las soluciones, podrían ser legislativas?

– Yo no quisiera adelantarlo, en primer lugar, porque esta comisión está formada por ocho personas muy diferentes. Y producto de que tenemos que proponer algo que tenga un amplio apoyo, hemos decidido que cualquier propuesta que hagamos será por unanimidad, de manera tal de que tenga alguna posibilidad de ser algo aceptable para un amplio espectro de los chilenos. Lo importante es que podamos encontrar los lugares comunes entre nosotros los miembros, y adicionalmente, lugares comunes entre todos estos grupos que le he mencionado. Lo que le puedo transmitir es que yo sí creo, y veremos si somos capaces de lograrlo, que existen esos lugares comunes, aunque no lo parezca en estos tiempos tan difíciles y pareciera que fuéramos enemigos irreconciliables, creo que hay lugares comunes, que se puede construir sobre esos cimientos. Creo que la forma en que hemos intentado, quizás con buena voluntad, enfrentar este conflicto no ha sido la mejor y puede hacerse de otra manera.

– ¿Cómo así?

– Los  países que han sido exitosos en resolver esos problemas, incluso momentos muy violentos y con cosas muy dolorosas, son los que se han sentado a conversar y a buscar cuál es el problema, cómo se puede resolver, entre personas que somos parte de un mismo país y que tenemos una historia común ya muy larga, tenemos que resolver problemas que son insoslayables. No es algo fácil, nadie tiene una solución que se saque de un frasco y aparezca algún milagro; son decisiones difíciles, complejas, no se le puede dar en el gusto a todo el mundo, pero es evidente que podemos hacerlo mejor.

– ¿Cuáles son los proyectos que usted cree más importante para avanzar en materia de seguridad para tratar de que hechos como estos no se repitan? Se ha hablado mucho de la falta de inteligencia del Estado en esta materia.

– Es muy importante lo que podemos hacer en colaborar con la seguridad de las personas por el nivel de violencia que hay y, por lo tanto, el estado de emergencia, la presencia de militares, se han hecho algo imprescindible. El Gobierno lo aprendió con dolor cuando al llegar suspendió el estado de emergencia y al muy poco tiempo tuvo que volver a instaurarlo. Eso es esencial. Pero si queremos realmente ser exitosos con los grupos de violencia organizada, aquí lo que se requiere es inteligencia y en eso estamos muy al debe. El sistema de inteligencia para poder enfrentar al crimen organizado, ya sea allá o en otros lugares de Chile, es fundamental. Pero creo que también hay que tener presente que hay que distinguir entre el problema de seguridad y el problema que tenemos de relación con un pueblo originario, de la relación que tenemos con un problema de tierra.

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