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Arley Méndez: “Me vi con mucho dinero y empecé a tomar malas decisiones”
Arley Méndez (San Cristóbal, Cuba, 31 de diciembre de 1993) está de vuelta. Tranquilamente, lleva varios meses formándose en el CEO, como parte del equipo chileno de halterofilia. Lejos de las luces que tuvo cuando se coronó campeón del mundo en 2017, hoy busca darse una nueva oportunidad y lo hace desde cero, como revela en esta conversación.
¿Por qué decidiste volver?
Después de todo el proceso que pasé, salí desmotivado de la competencia. Me desmotivé mucho. Como me faltaba la parte económica, y lo que sé hacer bien es enseñar a levantar pesas, empecé a hacer clínics para gimnasios de crossfit. Allí, Sergio (Zúñiga), que es como mi manager, me dijo “hermano, ¿por qué no empezar de nuevo? ¿Por qué no empiezas a entrenar, si todavía lo tienes? ¿Por qué no mostrarte un poco más, si tienes que darlo? Y ahí fue cuando se encendió la bombilla. Estando ahí en casa hablé con mi esposa y le dije “y si vuelvo”. Luego hice un video, donde decía que necesitaba el apoyo de la federación, que no querían que volviera y es una mierda… Y ahora, que los 89 kilos son olímpicos, como que se metieron con mi categoría , y eso me dio la chispa . “Maldita sea, si hice la publicación, ya tengo que pegarle con todo, ¿me entiendes? Vamos a asumir la responsabilidad y vamos a empezar a dársela”, pensé. Y ahí empezó la motivación para volver a los entrenamientos.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces?
Empecé el 28 de noviembre. Un amigo mío de Machalí, Bastián, que tiene una caja de crossfit, me dijo que como allá en Chiloé, donde vivo, no tuve la oportunidad de entrenar, debería ir allí a hacer el pretemporada y postularse para el selectivo Nacional. Y me ayudaron. Otro amigo, José, me ayudó con las comidas. Me dieron alojamiento, gimnasio y me trataron súper bien. Gracias a eso pude empezar a entrenar de nuevo.
¿Qué le dijo la federación cuando le propuso volver?
Al principio hice un video diciendo que no me querían apoyar, pero en el sentido de la palabra. Ahora apliqué a las nacionales, me llamaron a la selección y estoy entrenando para las próximas competencias, a ver si puedo ir a alguna. Ya no depende de la federación ni de mí, sino de la internacional porque, desde que me retiré de la halterofilia, hay un par de protocolos que tenemos que cumplir, así que estamos esperando esa confirmación para poder competir.
Hablabas de problemas económicos, pero en algún momento tuviste muchos recursos. ¿Tomaste malas decisiones?
Yo creo que un chico que creció en la pobreza y que nunca tuvo nada en su vida, luchó tanto por eso… Y yo vine aquí por eso; tener mucho dinero, poder competir y ganar solo por el deporte. Porque sé que aquí, si ganas y trabajas duro, ganas mucho dinero. No vamos a decir mentiras, es así. Si eres bueno y te pones las pilas, ganas. Y sucedió Me vi con mucho dinero y comencé a tomar malas decisiones, en el sentido de comprar autos, gastar dinero… Hice cosas que nunca había hecho en mi vida y uno piensa que durará para siempre. Y no; A mí me pasó lo de Tokio, me quitaron el Proddar… Obviamente tenía la charla guardada, pero al no hacer nada, no entrenar, ni generar lucas, no tienes ingresos de nada. Y estás sacando; y gasto aquí y gasto allá hasta que te encuentras con una cuenta vacía.
¿Qué fue lo más excéntrico que hiciste?
El coche era el más excéntrico, porque eso era lo que disfrutaba. Y el coche no era tan excéntrico. Más tarde comencé a invertir en él y lo hice más hermoso. Entonces, la gente piensa que viene así de fábrica. Lo ves de fábrica y se parece a algo así. Cuando comencé a comprarle cosas, uno dice “wow, alto valor”. Pero no te creas, una furgoneta cuesta más que el coche que compré. Ese coche me costó veinte o más millones y lo pagué a crédito, además. No le pagué hasta el chin chin.
¿Y qué opina tu familia?
Mi familia está en Cuba. También invertí caleta de plata para traerlos antes de la pandemia. Unos cinco o seis palos me gasté en trámites para traer a mi madre ya mi hermano. Iban a llegar el 25 de marzo de 2020, cerraron las fronteras el 19 y no pudieron entrar. Llamé a la embajada de Chile en Cuba para preguntar qué iba a pasar con los trámites y me dijeron que tenía que rehacer el trámite. Perdí mi visa, carta de invitación… Mi hermano tuvo que sacar un documento de antecedentes, porque en Cuba todo cuesta; legalizar título, porque quería venir con su bachillerato en cultura física para poder trabajar acá… no los pude traer. Llegó la pandemia, encerraron, pasó Tokio… Todo lo que me pasó fue una cadena. La lesión… No pude entrenar como quería por la fractura de tibia. Ahí empezó el lío de la marihuana. Poco a poco las cosas te están haciendo tomar malas decisiones, a pesar de que yo no tenía quien me guiara. Sólo mi señora, que trata de protegerme. Pero es difícil.
Con la calma del tiempo, ¿qué cosas hubieras hecho mejor?
He pensado en ello. Uno: no debería haber ido a los Juegos Olímpicos. Antes de la clasificación debió haber dicho “Arley tiene la tibia jodida, necesita recuperarse”, como lo hizo para Lima 2019, donde no pudo por estar lesionado. ¿Por qué me esforzaría en una competencia si sabía que no iba a hacer nada? Porque yo era un atleta de alto rendimiento y tenía mis resultados, pero no tenía a nadie que me avalara. Seguí entrenando y me maté.
¿Y los dos?
Fui a Tokio, así fue. Llegué harto del levantamiento de pesas, de la competencia olímpica. El gerente de la Federación Ronald (Salinas), a quien llevo en el alma porque siempre me apoya en todo, me preguntó si postulaba a Proddar y le dije que no. ¿Qué habría hecho ella si él hubiera sido más sensato y más inteligente? Si apliqué a Proddar, me hubiera hecho todos los exámenes correspondientes, asistido a todas las clínicas; Hubiera hecho todo el proceso bien y no hubiera pasado por las necesidades de falta de dinero, de que todo saliera mal y perder todo. Todo pasa por algo, ahora no me juzgo por esos temas. Era necesario haber salido para refrescar mi cabeza. Este es un nuevo comienzo; Ahora estoy con las mismas ganas que cuando llegué a Chile, no tener nada. Esto es increíble: cuando uno está más enfermo, es cuando más molesto está. Cuando estás en peligro, sacas lo imposible para sobrevivir. Ahora pasa lo mismo y sé que ya pasé por este proceso. Tú, hermano, ya eres consciente de lo que viene para el futuro y puedes prevenir lo que viene.
¿Cómo se las arregla para vivir sin el Proddar?
Hasta ahora no tengo beneficios, la federación me ayuda con los boletos de autobús y me hizo arreglos para quedarme en el hotel CAR.
¿Y entonces cómo se las arregla para quedarse?
Tengo algunos alumnos a los que les enseño en línea y me apoyan. Es un poco de dinero que entra, pero no es suficiente. Y lo otro son las clínicas, pero hace casi dos meses que no lo hago.
¿La gente te reconoce en el autobús?
No, tal vez me reconozcan. Solo que aquí en esta zona los de la universidad a veces me dicen “bueno Arley” o “vamos campeón”.
¿Cuáles son tus objetivos competitivos más inmediatos?
Estoy entrenando con entusiasmo para el Campeonato Mundial en septiembre y los Juegos Panamericanos. Esos son los eventos fundamentales que me he metido en la cabeza para trastear con todo.
¿Cómo es él físicamente?
Bastante bueno. No voy a decir 100 por ciento, pero me siento bastante bien.
¿Puede la gente emocionarse por volver a ver al Arley que fue campeón mundial?
Tengo fe. No prometo nada, prometo darlo todo en los entrenamientos y llegar con una buena base. Cada semana confío más en mí mismo. Por ejemplo, hoy toqué kilos que no había tocado. Estoy bajo de peso, estoy saliendo de una microlesión del pasado, y estoy rozando los 205, falté un poco más de 210 dos veces, he llegado a 165 en el arranque y he fallado a 170… No estoy tan lejos de mis máximos. Me siento bastante bien, no cuestiono mi edad. Solo escucho a mi cuerpo y me siento fuerte.
Estabas hablando de protocolos. ¿Cómo piensas solucionar este problema?
Cuando se retira del levantamiento de pesas, se lo elimina de todo el Sistema Adams y del registro de dopaje. Y para ser un atleta elegible y competir internacionalmente, debe estar registrado en una agencia antidopaje. Dado que el levantamiento de pesas se sigue mucho, debe estar registrado seis meses antes de una competencia internacional. Entonces, me registré en febrero en el Sistema Adams y vienen a doparme cuando quieren a la dirección que les di.
Te pregunto esto porque en un momento no quisiste controlarte porque avisaste que te ibas a retirar. ¿Resolviste eso?
Es hablar con el internacional. Depende de ellos, para que me den permiso, pero tengo fe en que todo saldrá bien porque ya se fueron a hacer dopaje, me dieron pruebas gratis. Como deportista de alto rendimiento, la AMA me pidió un examen y tuve que enviar el certificado.
¿Y por qué se fue a Chiloé?
tengo un año Mi pareja (Antonieta Galleguillos) es de Antofagasta y siempre vivimos en Santiago, y Chiloé se fue porque es lo más al sur. Queríamos ir allí, a una isla apartada del mundo.
¿Querías olvidarte del mundo?
Hay gente a la que no le gusta, que vive del consumismo. Pero me encanta. Ahí voy a un muelle a pescar, en el patio tengo mis animales, tengo unos perros; y mis cabras van a estar en un lugar más tranquilo. Tengo dos hijos y una niña recién nacida. Mi esposa también fue campeona de judo…
Eso, me imagino, ayuda…
Lo bueno, y por eso hemos durado mucho y tenemos mucha confianza en la relación, es que ella era deportista y, aparte, es mayor que yo en el sentido de que ha estado aquí. por más años. Sabe orientarme, me aguanta… Hace como dos meses que no voy a casa sin verlos. Ella es la que siempre ha estado conmigo.
¿Tienes algún pasatiempo?
En mi tiempo libre me gusta pescar, ir de caza, aunque sea una o dos veces. Hubo una semana que me volví adicto a la pesca, iba todos los días. No lo he hecho en un tiempo.
¿Qué haces en Santiago?
No me interesa hacer más. Estoy solo: entrenando, comiendo, descansando y adiós. No estoy interesado en ir a ver a nadie.
¿Alguna vez te han subido humos a la cabeza?
Nada, la gente no sabe nada de lo que estaba haciendo. No subí nada a mis redes sociales, a diferencia de otras personas que suben fotos de un paseo o mostrando el auto.
Pero tal vez la gente podría verlo de otra manera.
¿Sabes lo que sucede? Que, mientras recibes, empiezas a vestirte mejor, te ves más bonita. ¡Mentir! Eres la misma persona, pero te ven desde otra perspectiva. Ya estoy curado de esas cosas. Lo que digan de mí, no me importa. Esa hueá no me llena.
¿Se ha alejado mucha gente de ti en comparación con tus días de campeón?
Siempre he sido selectivo. Nunca he tenido amigos aquí, solo compañeros de equipo. Siempre he caminado solo. Los atletas te miran y te dicen “¿qué hace este paleto aquí?”. uno fuerte
¿Y cómo lo han recibido los demás levantadores de pesas?
Los muchachos aquí me aman, en el sentido de que me ven entrenar y se motivan más. Hay algunos niños que incluso me preguntan cómo hacer tal cosa.
¿Te gustaría agregar algo?
Solo dar las gracias por estar de vuelta en las pistas y rezar para que todo salga bien. Todo lo demás, lo pongo.
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