Economia
Banco Central de Chile: 100 años de evolución
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Este año están 100 años desde la creación del Banco Central de Chile, que ha evolucionado para convertirse en una institución moderna, basada en objetivos de inflación, flotación de intercambio y decisiones basadas en criterios técnicos. Hoy es ampliamente valorado, tanto a nivel nacional como internacional.
Pero este no siempre fue el caso. Antes de su creación en 1925, la emisión de boletos y la provisión de crédito estaban en manos de los bancos comerciales, lo que obstaculizaba el control del sistema financiero.
“El Banco Central ha logrado administrar crisis como 2009, pandemia y retiros de fondos de pensiones, adoptando medidas extraordinarias cuando sea necesario”.
Al principio, el banco central operaba bajo el estándar de oro, es decir, un tipo de cambio fijo respaldado por reservas de metal. Sin embargo, la Gran Depresión demostró las debilidades de este sistema: como es el caso cuando se establece un precio, el ajuste fue dado por cantidades, exacerbando los efectos de la crisis. Se estima que el PIB cayó más del 40% a principios de los años 30, lo que condujo al abandono del patrón de oro y los mayores controles de intercambio y el proteccionismo comercial.
Las siguientes décadas estuvieron marcadas por ajustes en los regímenes de intercambio y monetarios, incluidos los intentos de convertibilidad y financiación de déficit fiscales con emisión monetaria. La inflación fluctuó entre períodos de extrema volatilidad y altas figuras, sin lograr una estabilidad sostenida.
El punto de inflexión se produjo en 1989 con la promulgación de la ley orgánica constitucional del Banco Central, que estableció su plena autonomía y carácter técnico. Se definió su mandato para garantizar la estabilidad de la moneda y el funcionamiento normal de los pagos internos y externos.
En los años 90, se implementó progresivamente un marco de objetivos de inflación, con buenos resultados. La inflación pasó de aproximadamente el 30% en 1989 a aproximadamente el 4% en diez años. En 1999, el esquema de los objetivos de inflación se adoptó por completo junto con un régimen de flotación de intercambio.
Actualmente, el banco central establece como objetivo que la inflación proyectada a un horizonte de dos años sea del 3% y ajuste la tasa de interés para influir en el crédito, la inversión y el consumo. En términos muy simples, si aumentan las proyecciones de inflación, la tasa aumenta para detener la demanda; Si las proyecciones de inflación caen, la tasa se reduce para estimular el crecimiento.
Este marco ha permitido la inflación de que, en promedio, ha sido bajo y estable, junto con mejorar la resistencia económica contra los choques externos. Además, el Banco Central ha logrado administrar crisis como 2009, pandemia y retiros de fondos de pensiones, adoptando medidas extraordinarias cuando sea necesario para preservar la estabilidad macrofinancial.
El entorno global continúa cambiando y con él los desafíos de la política monetaria. La irrupción de las monedas digitales, las nuevas tecnologías de pago, los cambios en las políticas económicas globales y el impacto del cambio climático son algunos desafíos que enfrenta el banco central en el futuro.
Sin lugar a dudas, su solidez y credibilidad institucionales le permitirán adaptarse y responder de manera efectiva. La historia del banco central de Chile no ha terminado; Los siguientes capítulos están a punto de ser escritos.