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En medio de una grave crisis medioambiental, marcada por una gran sequía global, el director de agua del Banco Mundial, Saroj Kumak Jha, se dedica a supervisar la actividad de los países en materia de seguridad hídrica y de suministro y tratamiento de aguas residuales en el mundo.
En su primera visita a Chile, el representante destacó los avances del país en la materia y explicó los principales desafíos que enfrenta, como desarrollar fuentes alternativas mediante la desalinización o el reúso.
Luego de reunirse con autoridades de los Ministerios de Ambiente y Obras Públicas, el director también detalló los objetivos y plazos del proyecto de US$ 250 millones aprobado por el Banco Mundial para apoyar la transición hídrica justa en Chile. Un programa que se lanzó la semana pasada y que prevé abordar diferentes aspectos del problema del agua en el país.
“Este es un país donde se viene trabajando en estos temas desde hace bastante tiempo, en términos de acceso a agua potable y saneamiento, y se han logrado enormes avances”.
A pesar de estar en medio de una importante sequía, al ser consultado sobre la situación hídrica de Chile en comparación con el resto del mundo u otros países, el experto reconoció un diagnóstico positivo. “Es admirable el avance que se ha logrado en la gestión del agua. Es uno de los países con mejores resultados en gestión del agua a escala global. “Este es un país donde se viene trabajando en estos temas desde hace bastante tiempo, en materia de acceso a agua potable y saneamiento, y se han logrado avances enormes”, afirmó.
En este sentido, el director de agua del Banco Mundial explicó que en Chile casi el 99,9% de los habitantes de zonas urbanas tienen acceso a agua potable y que, si bien existen algunos problemas de abastecimiento en las zonas rurales del país, admitió que hay Es el trabajo actual del Gobierno de Chile al respecto.
“En general, es un muy buen ejemplo de cómo se debe gestionar el agua”, añadió Kumak Jha.
El programa de 250 millones de dólares
En junio pasado se aprobó un programa de US$250 millones, que incluye estrategias innovadoras para mejorar la seguridad hídrica en el país, promoviendo la participación colaborativa del mundo público y privado.
Y a principios de mes se lanzó a partir de un diseño que, según Kumak, implicó una gran cantidad de trabajo técnico realizado en el país entre expertos chilenos y el propio Banco Mundial durante los últimos ocho años.
“Este programa es el mejor y más innovador diseñado de nuestra cartera”, dijo.
De esta manera, explicó que la iniciativa tiene tres pilares principales. En primer lugar, se centra en las cuencas hidrográficas, que son los lugares por donde fluye y se recoge el agua. En este tema, el plan se centra en apoyar la idea del Gobierno de adoptar un enfoque colaborativo para trabajar con todas las partes interesadas en la seguridad hídrica.
Como segundo pilar, teniendo en cuenta que hoy existen poblaciones en zonas rurales donde no hay acceso a agua potable, el programa pretende beneficiar a cerca de 10 mil personas, asegurándoles agua potable para beber. Además, el proyecto prevé reducir la exposición a inundaciones y sequías de más de un millón de personas.
Finalmente, un tercer componente importante del plan es trabajar con lo que el director llama “agua verde”, que está en la tierra y es absorbida por las plantas y que, por tanto, no está a nuestro alcance a diferencia de las “aguas azules”, disponibles en mares, lagos y ríos. Según Kumar Jha, esta parte del proyecto es bastante singular e innovadora.
“Estamos muy entusiasmados de que el programa ofrezca resultados muy concretos a la población chilena. Al realizar este programa, el Banco Mundial está trayendo a Chile experiencias de otros países del mundo. Pero también aprenderemos de nuestra experiencia aquí y la compartiremos con otros países del mundo”, añade el director.
Fuentes alternativas
Kumak Jha celebró el progreso de Chile en desalinización como una fuente alternativa para los desafíos hídricos. En su opinión, las iniciativas que se han llevado a cabo “están muy por delante de muchos otros países con el mismo nivel de renta per cápita”.
Sin embargo, señaló que aún quedan esfuerzos pendientes y temas como su regulación, fijación de precios y economía propia para que se convierta en una fuente principal de agua y se utilice para distintos fines.
Si bien indicó que cada país es diferente en cuanto al mix de agua para desalinización, la experiencia es muy relevante para Chile. Incluso se ha mencionado en varias reuniones.
Respecto a otras fuentes alternativas en las que trabaja Chile, como la reutilización del agua, el jefe de aguas del Banco Mundial comentó que lo más importante es centrarse en desarrollar regulaciones que, desde el punto de vista de la salud, garanticen la seguridad.
“Estas son las áreas que realmente hay que considerar en términos de avanzar, pero es importante mencionar que esto es muy nuevo para el sector del agua. No es algo que hayamos hecho durante muchos años. Así, Chile no está detrás de ningún otro país”, agregó el directivo.
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