Belenaza pifias en el Festival de Viña

Entró rápido y con un ritmo alto, Belén “Belenaza” Mora -en su debut en Viña- desde sus primeros instantes le arrancó aplausos al ‘Monstruo’. En la previa, cuando la comediante fue nombrada, generó una reacción mixta: algunos aplaudieron, otros pifiaron, lo que generó cierta incertidumbre. Pero si había alguna duda, se disipó rápidamente. Al menos inicialmente.

Mora utilizó la pandemia como parte importante de la primera parte de la rutina. “Esa ropa interior que tuvimos que llevar en la cara durante casi tres años” y que las mujeres “ibamos a tener que empezar a depilar”. Además de recordar los dos permisos que se entregaron en la Comisaría Virtual en los duros días de la cuarentena. “No faltó el tóxico que puso la rodera del expolo para que no se pudiera salir el hueón”. Además, claro, se refirió a las blusas de la exsubsecretaria Paula Daza al momento de entregar los informes Covid. “La pandemia cambió todo… cambió la televisión”.

Además, golpeó a la clase política.. “Los políticos tienen derecho a expresar su opinión, pero ¿antes del almuerzo? ya guata pelar? noo, yo quiero que vuelva a la tele de antes”. Además de demostrar su simpatía por la abogada Carmen Gloria Arroyo, de Carmen Gloria a su servicio, por ello, dice “te puedo asesorar en cualquier cosa”. También hubo referencias a José Luis Repenning, Priscilla Vargas (y su supuesto romance eternamente discutido). Es que las referencias a personajes de la televisión hicieron que “Belenaza” enganchara especialmente al público popular de la galería La Quinta.

Eso sí, se refirió a los que falsificaban permisos o hacían fiestas en plena pandemia, aunque dijo que ella hizo “lo más común” que se podía hacer: quedar embarazada, lo que provocó risas. Esto dio lugar a otra parte temática de la rutina. “Fue ociosa, no por amor. Ahora pienso, ¿por qué no hice arroz?

Los temas del embarazo pasaron a formar parte de la rutina “lo que callamos las mujeres”; comentó ella. Pasaron minutos en los que hablaba directamente con las madres. Aunque mezcló algunas críticas sociales porque dio a luz en una clínica de “cuica”, “otro Chile”, reiteró. Otro chile.

Y a su estilo, la puntarenense dijo: “Tener un hijo es como cagar un piano”. Y aprovechó para comentar con agudeza social que la maternidad fue “la experiencia más dolorosa y traumática que atraviesa una mujer, por Fonasa o por Isapre”. Ella no solo reivindicó la maternidad, sino también la paternidad y las aventuras de ser acogida en un jardín de infantes. Y recomienda comprar una consola para padres. “Con las consolas se vuelven más independientes, más autónomos, ya no son ‘mamá… ¿quién es mi papá?’

También se rió de la maternidad con hijos adolescentes, como en su caso. “Cada vez que entro en su habitación, está llena de papel desechable”. Y aprovechó para reírse de las reuniones de padres y la plétora de personajes típicos que se encuentran en las escuelas. De hecho, se define a sí misma como una mamá tipo “mono con olla roja”, por llegar tarde a las reuniones y “pagar cuotas que no existen”.

Sin embargo, el ritmo y las referencias no fueron suficientes, la rutina se hizo larga, desordenada y empezaron a aparecer las pifias, confirmando la incertidumbre que rondaba a la Quinta en un inicio. Un aplauso espontáneo la salvó momentáneamente de una mayor avalancha de pifias, pero continuaron. Y continuaron hasta el final de la rutina en la que ella se extravió, se volvió ininteligible y aburrida. Las pifias continuaron y sólo la galería aplaudió. Lo bueno que hizo al principio, desinflado.

Luego de las pifias, y la extensión de los animadores que intentaron darle tiempo para rescatarla de cierto desastre, Belén Mora recibió a la fuerza la Gaviota de Plata, básicamente porque solo la pedía la galería, no de manera general. Incluso empezó a pedir el Dorado, pero pidió “tener tiempo” para ganárselo. Pero los errores solo crecieron. Un desastre. “¡Irse!” Le gritaron y la metedura de pata no hizo sino aumentar ante una Belén Mora que no reaccionó y apeló a un humor cada vez más eficaz.

Al momento de despedirse, su rutina no mejoró. Y junto a los animadores, dijo que era “bueno” que el público se expresara y que la rutina “no depende del día, sino del humorista”, sin siquiera hacer una autocrítica. Esto, ignorando claramente las señales que se le presentaron en la anterior, cuando recibió pifias en el festival de Limache, hace dos semanas. En la rueda de prensa previa, el pasado martes, indicó que no iba a cambiar nada, haciendo una muy mala lectura de la situación. “Claro, los errores siempre pueden existir, si uno tiene que estar preparado para ello. Pero no, no cambié mi rutina por eso”, dijo.

Luego de dos exitosas noches de comedia, “Belenaza” firmó el primer fracaso de comedia de Viña 2023.