Roberto Munita, Doctor (C) en Comunicaciones, profesor de Comunicación Política
Roberto Munita
Uno: El nuevo proceso constituyente tiene reglas diametralmente diferentes al anterior, lo que ya es una buena noticia. El diseño del proceso anterior es responsable de gran parte del fracaso, un sistema que fomentó la polarización (el Frente Amplio era el centro), con una ventaja desmedida para los pueblos originarios (en una de las elecciones sólo votaron 55 personas) y un entorno propicio para el activismo desenfrenado. Un cóctel peligroso que esta vez no se repetirá.
Dos: Quienes participen en el Consejo tendrán la imposibilidad de presentarse a ninguna elección en el siguiente ciclo electoral, algo que ha sido criticado por algunos sectores. Pero esto -que no es nuevo, ya que vino del proceso anterior- es precisamente una de las virtudes del sistema: la discapacidad asegura que los candidatos no estén pensando en su futura carrera política. De hecho, no es de extrañar que buena parte de los candidatos sean “viejos cracks” (sobre esto volveré más adelante), porque debemos entender que redactar la Constitución requiere “3 C”: Prudencia, Conocimiento y Canas.
Tres: la próxima elección encontrará al PS pactando con Apruebo Dignidad. Es curioso que hayan tomado tal decisión, sabiendo que en la anterior elección constituyente fueron subvencionados por el resto de su lista, ya que con el 4,8% de los votos obtuvieron el 10% de los escaños, llevándose de hecho casi todos los escaños. de la socialdemocracia. Sin embargo, esta vez prefirieron ser cola de león que cabeza de ratón.
cuatro: la grilla programática ha estado bastante ordenada entre la extrema izquierda, el centro-izquierda, el centro populista, el centro-derecha y la extrema derecha. Por supuesto, nada es tan lineal, y prueba de ello es que el PDG (que está logrando el sueño de centro populista que Fra Fra siempre quiso) ha experimentado acercamientos manifiestos con los republicanos. A pesar de ello, pocas veces se ha visto una carta tan ordenada, que nos permitirá ver cuánto pesa cada uno de los “cinco quintos”.
Cinco: a nivel de marketing político también hay una clara división. Tres de las listas han optado por nombres mayoritariamente desconocidos (Republicanos, PDG y Unidad por Chile, el del PS con Dignidad Aprobada), mientras que las otras dos (Chile Seguro y Todo por Chile, es decir, centroderecha y centroizquierda ) han recurrido principalmente a líderes de trayectoria. Así, los primeros intentarán basar su estrategia de persuasión en la marca institucional, mientras que los segundos buscarán concentrarse en el reconocimiento de cada candidato. Esta última estrategia tiene la ventaja de trabajar con marcas ya consolidadas, pero corre el riesgo de asociarse más con el pasado. El otro tiene la ventaja de vender ideas que, según las encuestas, son más atractivas para los votantes, aunque es posible que no puedan transferir esa popularidad a un candidato desconocido. ¿Qué prevalecerá? El 7 de mayo lo sabremos.
#Cinco #claves #elección #del #Consejo #Constitucional
Si quieres leer el artículo original puedes acceder desde este link:
Artículo Original







