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Columna de Carlos Correa: La palabra DC

Martina E. Galindez

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A pesar de la idea generalizada de que la Democracia Cristiana está en la insignificancia, esta semana volvió a ser noticia por partida doble, y ambas con origen en el Congreso. En la Cámara de Diputados, la decisión de la bancada de dicho partido de no apoyar a la diputada Karol Cariola en su candidatura a la presidencia dejó en claro que el acuerdo administrativo que regiría este periodo legislativo ya no existe. Paralelamente, los senadores Ximena Rincón y Matías Walker anunciaron la salida de dicho partido, y sorpresivamente montarán su propio partido y no se unirán a los medios amarillos.

El primer episodio es el incumplimiento de un acuerdo que se hizo en marzo, y los costos de no cumplir la promesa se pagarán algún día. No hay justificación posible, salvo un cambio de clima por el triunfo del Rechazo el 4 de septiembre. Desde el primer día, el nombre del diputado Cariola formó parte del acuerdo, y la no concurrencia de los votos comunistas en el acuerdo sobre las acusaciones contra Sergio Micco es un pretexto del mismo calibre que el incidente en el Golfo de Tonkin que comenzó la guerra de Vietnam. .

Pero también en el episodio del Senado hay un incumplimiento de palabras empeñadas, como recuerda el senador Rincón en entrevista con este medio. Una primaria abierta realizada por dicho partido la instaló como candidata presidencial. Su caída se produjo en medio de una ola de sondeos que posicionaban al entonces presidente del Senado como figura destacada, y como en el caso del acuerdo de la Cámara, varios en dicho partido prefirieron el clima actual a la palabra prometida.

A diferencia de otras crisis que ha tenido este partido, la falta de seriedad en el cumplimiento de los acuerdos parece ser el combustible de esta agonía que sufre dicho partido. En otros momentos hubo rupturas entre la izquierda y la derecha, asociadas a profundas discusiones ideológicas y no sólo al poder por el poder oa un estado momentáneo del clima político.

los La Democracia Cristiana se va a convertir en un estorbo en este gobierno. Buena parte de sus ex militantes e incluso varios miembros activos fueron importantes en la campaña del Rechazo y lograron herir de muerte a la nueva Constitución. Su presencia permitió el derecho a esconder a sus líderes y, por tanto, financiar una campaña que se parecía más a la de un ciudadano. Ahora, la salida de dos senadores clave en la discusión de pensiones, en la misma semana que el gobierno anuncia su proyecto de ley, es otra gran amenaza para la agenda del gobierno. Sin duda, el fin del acuerdo constitucional, y sobre todo que el diputado Cariola no ocupe la presidencia de la Cámara, no solo envenena la acción legislativa del nuevo comité político, sino que deja al PC con más pies en la calle que en el gobierno .

Esta es una crisis que no se suele ver en el oficialismo, más preocupado por momentos por los arrebatos identitarios que tienen los miembros destacados del Frente Amplio, o por cómo manejar una coalición de almas diferentes. Probablemente algunos respiren aliviados al pensar que los amarillos han perdido fuerza y ​​que tantos partidos de centro impedirán el surgimiento de un bloque de oposición. Pero cuando avance la agenda legislativa, y tengan que tocar puertas, se verá el daño profundo que hizo el gobierno al debilitar la actual dirección de la DC, no abriendo las puertas a ese mundo.

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