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Columna de Daniel Díaz: “Un gigante activo y efusivo”

Martina E. Galindez

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El volcán Villarrica no sólo encabeza el ranking nacional de riesgo volcánico del Sernageomin, sino que también Es uno de los macizos con mayor registro histórico de erupciones en Sudamérica.. Hablamos de un volcán que lidera numerosas listas de rankings, incluidos los más investigados, monitorizados y observados. Sabemos mucho sobre su origen, composición, productos volcánicos y estilo eruptivo. Su actividad volcánica comenzó hace 650.000 años, con las primeras erupciones que dieron origen a su edificio volcánico, que a su vez originaron otros procesos eruptivos mucho mayores o similares a los que hemos presenciado en los siglos XX y XXI.

Vivimos en Chile y, especialmente en el sur del país, con un volcán en constante actividad cuya erupción siempre está latente. El estilo de erupción del volcán Villarrica es efusivo debido a la composición de la lava basáltica-andesítica. Esto genera lahares que pueden descender muy rápidamente y que avanzan unos kilómetros alrededor del volcán e incluso llegan a localidades cercanas. Así sucedió en 1964 con el casco antiguo de Coñaripe, en la Región de la Araucanía. Fue un desastre. Volcanes como el Calbuco, en cambio, con otro tipo de erupción más explosiva, invierte otro tipo de peligros: la última erupción en 2015 generó una altísima columna de ceniza que avanzó sobre las ciudades cercanas, lo que se debe básicamente a su composición más rica en sílice.

Erupción del volcán Calbuco. Foto: Felipe Aguilera / Cigiden

Si analizamos los forzantes o controladores de las erupciones volcánicas, Se ha visto en muchas investigaciones que la lógica química o composición del magma es una de las principales. Lo que vemos en los volcanes chilenos es que hay magmas muy ricos en sílice y otros que tienen sílice más otros elementos como el hierro. Los magmas que son del tipo más basáltico-andesítico, en general, tienen menor contenido en sílice pero más hierro, lo que a una determinada temperatura hace que su comportamiento sea más fluido. Cuanto más sílice, por su parte, hay más oxígeno, por tanto, más gases y se desencadenan más erupciones explosivas.

Pero, ¿qué debemos esperar de un volcán activo como Villarrica? Si nos enfocamos en los últimos cientos de años y en los registros históricos de personas que vivieron en las latitudes del volcán hace mucho tiempo, sabemos que ha habido (desde 1558) 49 erupciones, principalmente efusivas. Es decir, con salida de lava visible, flujos piroclásticos de cierta magnitud y generación de lahares.

Los lahares son una especie de avalancha de lava, más todo el material que arrastra por la ladera, principalmente la nieve que se acumula en el volcán Villarrica durante el invierno. Esta mezcla de agua y material volcánico fluye de forma natural por los barrancos, arrastrando todo a su paso, muchas veces de forma violenta.

Precisamente, los lahares del volcán Villarrica han sido el mayor peligro de convivir con este macizo activo, ya que es la principal causa de muerte. Por lo tanto, debe ser analizado desde el punto de vista de la Gestión del Riesgo de Desastres y ser incluido en la planificación territorial como un riesgo. También debe haber áreas de exclusión para vivienda o construcción, en aquellos caminos donde posiblemente vuelva a caer un lahar.

Según registros históricos, La mayor erupción del volcán Villarrica, calificada como la más importante del siglo XX, ocurrió en 1948. En ese evento se produjeron algunos flujos piroclásticos de cierto volumen que afectaron el flanco occidental del macizo, mientras que su última erupción fue en 2015, que generó avalanchas.

Otros peligros del volcán Villarrica están asociados al material que se expulsa en las inmediaciones del cráter, lo que puede impactar principalmente al turismo, ya que se generan zonas de exclusión en las alertas emitidas por la SENAPRED o la ex ONEMI. Esto ocurre principalmente porque en los lugares de salida de material, puede haber riesgo de proyectiles balísticos (fragmentos de roca expulsados ​​en una erupción), flujos de lava canalizados hacia algunos valles y quebradas, y caída de tefra, lo que pone en riesgo a las personas que se acercan peligrosamente al cráter activo.

Desde la vulcanología creemos que la actividad del volcán Villarrica no debe variar demasiado en el pasado. como ha sido en los últimos 100 años, hemos visto el registro eruptivo efusivo y sabemos que los lahares pueden poner en riesgo la vida de las personas. Por ello, es responsabilidad de las autoridades velar por que los espacios donde existan registros de lahares no sean habitados.

El volcán Villarrica actualmente es monitoreado 24/7 por SERNAGEOMIN, por lo tanto, Sabemos por su trabajo que la actividad sísmica ha aumentado desde noviembre, debido a la ruptura de rocas y al movimiento de fluidos bajo el edificio volcánico. La comunidad científica de Institutos Milenio como Ckelar Volcanoes y universidades, colaboran generando conocimiento científico para conocer mejor el sistema magmático de un volcán tan activo como el Villarrica. Nuestra misión es poder entregar evidencia científica robusta para que las instituciones encargadas de la emergencia puedan desarrollar mejor la Gestión del Riesgo de Desastres Volcánicos.

Pero sin duda, necesitamos una correcta comunicación de riesgos en las zonas afectadas por Villarrica, para que las personas sepan a qué están expuestas si deciden comprar, alquilar, vivir o visitar esas zonas expuestas. Nuestro volcán Villarrica siempre estará activo, debemos aprender a convivir con él y sus manifestaciones naturales.

*Académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile e investigador del Instituto Milenio para la Investigación del Riesgo Volcánico – Volcanes Ckelar

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