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Columna de Ernesto Ottone: El discurso

Martina E. Galindez

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Si alguien pensara que el discurso de Donald Trump al asumir la presidencia de los Estados Unidos de América tendría un tono y contenido de que, sin cambiar el núcleo de su concepción del ejercicio del poder y la rispidez innata de su pensamiento, a los menos a Detener, por responsabilidad del estado, los aspectos más amenazantes y conflictivos de su discurso, se equivocó con el medio.

Trump puso un pie en el acelerador y confirmó el día de su regreso a Power lo que dijo Charles-Maurice Talleyrand refiriéndose a los bourbons cuando regresaron al trono de Francia, después de la caída de Napoleón, “” “,” “Ils n’ont rien appris, ni rien ooblie (No han aprendido nada, ni han olvidado nada).

Quién sabe si podríamos agregar que los años pasaron fuera del poder acentuaron sus características cálidas y se siente más fuerte, un sobreviviente adecuado para tareas de recuperación; Sus consignas no han cambiado, pero sus ideas son más populares hoy en día, es más rico y tiene una guardia pretory de multimillonarios en la punta de las tecnologías, que al igual que él no tiene convicciones, valores, ni cultura democrática y que piensa que sabe lo que es conveniente o no a pie a pie. Son la punta de la modernidad instrumental y piensan que la modernidad normativa es un obstáculo puro para su desarrollo.

Elon Musk se destaca entre ellos, con sus gestos robóticos, su estrecha relación con hombres y mujeres fuertes, con suerte con características neofascistas y su ausencia de toda la ética entre las empresas y el bien público. Bajo Trump ha formado así un grupo líder que pondrá en tensión dura los valores democráticos y la esperanza de una serena coexistencia global en los años futuros. Caminaremos, lo queremos o no, para la cornisa.

El discurso inaugural nos dio un retrato bastante realista de lo que Trump quiere lograr en su mandato, pero también quién es Trump.

Digamos que de inmediato, no es un hombre apegado a la democracia liberal, como sus amigos no son, en consecuencia, un hombre que desea hacer reformas en su país a través del canal de las instituciones democráticas, sino forzarlos o ir para llevarlos.

Es un populista nacionalista de inteligencia astuta e intuitiva, con grandes habilidades histriónicas, narcissus y vengativas que se encuentran mientras respira; Y ha formado un ideal mesiánico que consiste en garantizar que su país, modelado para su idea de poder, es el centro del mundo y que Talz merece que su supremacía sea reconocida por todos, por parte de Bien o Bad.

Incluso cuando habla de “Edad de Oro” y de hacer “América Grande nuevamente”, no hay nada en sus palabras que genera un parentesco intelectual con el ideal democrático de los padres fundadores, con Abraham Lincoln, Franklin Delano Roosevelt, John Fitzgerald Kennedy, Bill Clinton, Bill Clinton, y Barack Obama. Incluso Ronald Reagan parece un modelo de institucionalidad y buenos sentimientos a su lado.

Estados Unidos, la democracia moderna más antigua del mundo, tiene una historia de sombras y luces, de actos de poder imperial y de salvación en el mundo contra el totalitarismo, la discriminación y las injusticias internas y las grandes batallas por la libertad y la igualdad a través de su continuidad democrática.

Martin Luther King, en ese discurso se usa instrumental para algo extraño a la causa por la que le dio la vida. Es una referencia de América que Trump no admira.

La apuesta de Trump es muy grande y peligrosa, pero es audaz y sin envolver. ¿Estados Unidos resistirá sus intentos de recuperación?

Veamos, tampoco Trump con ellos, casi la mitad de la población no lo apoyó. En este momento, esa población está aturdida y el Partido Demócrata sin actividad, pero tendrán que reaccionar en la medida en que las palabras se conviertan en acciones.

Las instituciones estadounidenses que conforman su funcionamiento democrático son fuertes y tenaces, existen numerosas reservas culturales e intelectuales, ya que muchas libertad no significa violar las reglas.

Está a punto de verse si se pueden llevar a cabo las duras medidas prometidas, la cantidad de expulsiones de la migración ilegal, las intolerancias a la diversidad, las intenciones expansivas y si las amenazas arancelas a los vecinos y que se colocan frente a ellos pueden obtener beneficia a Ephemeral, y también a ver la seguridad de poder manipular conflictos mundiales, desprecio por los aliados europeos y el apoyo a los jefes autoritarios de diferentes colores. Es posible que muchas de esas cosas tengan que ser dulces y en otras tendrás que cambiar de rumbo.

De todos modos, si Trump supiera más la historia y no despreciaba la cultura sabría que las cosas siempre son más complejas y que las ideas de los simplificadores en algún lugar de la carretera se estrellaron contra la complejidad de la acumulación civilizacional.

Como siempre sucede en estos casos, siempre hay un quinto bufón que habla demasiado claro, que va de las revoluciones en sus declaraciones. En esta ocasión ha sido el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, quien a pesar de su servilidad no fue invitado, los pobres, a investigar pero que ocultó su rencor con una gran sonrisa admiradora. Llegó a la conclusión de que este discurso ha puesto la tumbst a la democracia liberal diciendo que la era indescriptible “la era de la democracia liberal ha terminado”, argumentando que tal sistema ya no puede ofrecer libertad, garantizar la seguridad o mantener viva el cristianismo.

Algo que suena bastante diferente de lo que hemos escuchado del Vaticano ya indicado por el obispo episcopal Mariann Edgar Budde en el servicio de apertura celebrado el 21 de enero de 2025 en la Catedral Nacional de Washington que instó a mostrar compasión hacia las comunidades e inmigrantes vulnerables.

Serán años difíciles para aquellos que están convencidos de que no hay coexistencia ciudadana mejor que la que respeta los derechos de todos, protege las libertades y busca una mayor justicia social.

Si no solicitamos garantizar que la democracia genera buenos gobiernos, eficientes y populares, seremos condenados a aceptar la preeminencia de la barbarie, aunque tiene una base tecnológica avanzada, y nos convertiremos en ganado humano dirigido por gobernantes que no desean límites a su lata.

Chile, parece estar lejos de estos eventos, pero no es así, los efectos geopolíticos y económicos en un mundo globalizado y fragmentado al mismo tiempo, golpearán nuestra sociedad y nuestras vidas. No da lo mismo lo que sucede con la democracia en el mundo, debemos ponernos como la primera prioridad la construcción de un futuro democrático.

Lo que caracteriza el sistema democrático es la legitimidad de las diversas convicciones que compiten, que nadie gana todo y que nadie pierde para siempre. Nadie se trata de las reglas que nos hemos dado.

La tragedia populista comienza cuando alguien como Trump cree a pie que Dios lo encargó fingir a los demás.

¡MALO DEL HUMANIDAD!