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Columna de Juan José Obach: La PAES y la mediocridad del 2%

Martina E. Galindez

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La semana pasada ocurrieron dos hechos que a primera vista no tienen relación. El lunes se dieron a conocer los resultados del PAES 2025, evidenciando, una vez más, las profundas brechas de nuestro sistema educativo. El miércoles, en un seminario, cuatro economistas con diferentes sensibilidades políticas expresaron: “Hemos estado estancados creciendo al 2% durante 10 años… el problema es estructural”. La verdad es que con el profundo deterioro de la educación pública, olvidémonos de corregir rumbo y volver a crecer.

Un solo establecimiento público dentro de los 100 mejores del PAES 2025 no hace más que confirmar la tendencia de los últimos años: la educación pública se está desmoronando. Los liceos emblemáticos, antaño símbolos de movilidad social, sucumbieron a la violencia de los monos blancos y a la ligereza de quienes demonizaron la palabra “mérito” y apostaron por ella para lograr un “efecto par” que nunca llegó. Hoy el Instituto Nacional, que solía ser el mejor de ellos, aparece sólo en el puesto 303.

Si el país no recupera sus escuelas públicas, las brechas seguirán aumentando, el crecimiento económico seguirá postergándose y el enojo seguirá acumulándose. Hoy, uno de cada cuatro trabajadores no entiende lo que lee (PIAAC, 2023), lo que restringe cualquier esfuerzo por volver a la senda del desarrollo. No es paradójico, entonces, que para explotar nuestros propios recursos tengamos que depender de expertos extranjeros. Pasó históricamente con el cobre y pasa hoy en el sector de generación de energía, con ingenieros europeos, y no chilenos, liderando los proyectos.

El colapso de la educación pública hace que nuestras élites sean aún más insuperables. Por ejemplo, si en 2013 cuatro liceos emblemáticos -IN, INBA, Carmela Carvajal y Javiera Carrera- lograron ubicar a 863 estudiantes en el 5% de mejor desempeño, en 2025 esa cifra cayó a 201. Curiosamente, esta tendencia nunca movilizó a los actual gobierno, que llegó al poder con un discurso político lleno de dardos hacia la composición homogénea de dichas élites. Por el contrario, su agenda se ha centrado en cancelar las deudas universitarias y docentes, dejando en el olvido la educación escolar. Así lo demuestra un reciente informe de la Contraloría que cuestiona duramente el presupuesto del “Plan de Reactivación Educativa”.

Ya sea a través del aumento de la productividad laboral, la innovación o la difusión del conocimiento, la evidencia del efecto de la educación sobre el crecimiento es abrumadora. Por ejemplo, si lográramos cerrar la brecha de rendimiento académico con la OCDE, nuestra tasa de crecimiento a largo plazo aumentaría en un 50% (Horizontal, 2023).

La lección es clara: si queremos crecer al 5%, necesitamos una fuerza laboral preparada y una educación pública que realmente “nivele el campo de juego” y genere movilidad social. Por lo tanto, cualquier esfuerzo por trazar un pacto de desarrollo debe comenzar con la recuperación de nuestra educación pública. De lo contrario, nos quedaremos atrapados en una mediocridad del 2%.

Por Juan José ObachCEO de Horizontal