Sr. Director:
El informe recientemente entregado por la Comisión de Paz y Comprensión en Araucanía no traerá paz o comprensión en esa área de nuestro país. Lo anterior porque los propósitos, el resultado, las proposiciones y las medidas que contiene no apuntan a las verdaderas causas que generan violencia y desempleo.
De hecho, la Comisión ha trabajado con el propósito de encontrar posibles formas de entregar tierras a las casi dos mil comunidades Mapuche que, formadas después del dictado de la ley indígena, hoy afirman este beneficio. Sin embargo, la génesis de la violencia armada no tiene nada que ver con la asignación de tierras a las nuevas comunidades que han surgido para aprovechar el beneficio territorial que la ley les otorga.
Cosas por su nombre: la violencia armada, la demencia y el asesino se originan por grupos radicales de los grupos de terroristas que buscan hacer un “territorio soberano y autónomo” para gobernarlo junto con los indigenistas y tiranizar y controlar a todos los que viven en ese territorio. Por lo tanto, el antecedente que origina el conflicto en La Araucanía no es la “asignación de tierras” a las comunidades desprovistas, sino “la conquista de un territorio” por las milicias de Mapuche organizadas con tal propósito. Luego, el trabajo de la Comisión y sus propuestas están fuera de la verdadera causa generada por la violencia armada en la macrozona.
Desafortunadamente, debemos decir que no habrá paz o comprensión y que los grupos terroristas continuarán a través de la ruta armada y el ejercicio de miedo y violencia que buscan alcanzar su objetivo de tener poder y gobernar un extenso territorio que el estado de Chile debería darles, incluidos los que viven allí.
Francisco Bartolucci Johnston