Quintero y Puchuncaví viven días agitados. Si bien ha pasado menos de una semana desde el anuncio del cierre de la fundición de Codelco Ventanas, un día junto a los poco más de 6.000 habitantes de la zona es suficiente para comprender que la medida no ha dejado indiferente a nadie y que el paro nacional convocado por los trabajadores del cobre ya hace mella a tan solo un día de iniciado.
Los ojos están divididos. Las opiniones chocan, y en ocasiones las discusiones en torno al cese de funciones exasperan a sus antagonistas. Eso, sumado a un claro cambio en la dinámica cotidiana de los habitantes del polo industrial debido a las movilizaciones, está de mal humor. Para una u otra situación hay divergencias.
Y es que, si bien el paro de actividades fue un llamado nacional y al que, según los propios representantes de los trabajadores, se sumaron 26 sindicatos pertenecientes a todas las divisiones de Codelco, contratistas y otros sindicatos, que suman 50.000 personas, el conflicto ha su origen en la fundición que el pasado viernes el directorio de la empresa estatal decidió ponerle fin.
Incluso mucho antes de llegar a la zona, se empieza a notar el paro. Apenas es el primer día de las movilizaciones y la devastación está a la vista. Hay tacos, bocinazos y desorden. El ambiente es, cierto, enrarecido.
De un lado están los trabajadores de la planta y algunas voces ciudadanas que no dudan que el complejo industrial es dañino, pero que Windows sí es el principal responsable. Pero también están los otros, los que celebran la medida. Así se siente en una conversación colectiva en Quintero, donde un sonoro “nos contaminan y el dinero extra no se queda aqui. Además, estos torpedean el turismo, si la gente ya no viene a la zona.
Al menos para el ojo humano, el área no parece contaminada a primera vista. Poco después, en la antigua Escuela La Greda, clausurada por el exministro de Salud Jaime Mañalich en el primer gobierno de Sebastián Piñera, aparecen Keny Castro (63) y Doris Escobar (65), vecinos y dirigentes del sector. Con razón niegan haber visto alguna consecuencia negativa de la contaminación.
Dicen, en efecto, que ninguno de sus familiares ha sufrido ningún problema grave, a pesar de que, dicen, sus maridos trabajaron durante 40 años en plantas de la zona. “Ni ellos ni nadie de la familia se ha enfermado”, dice Keny. “No creo que haya tanta contaminación que emane de Codelco”, complementa Doris. Es más: piensan que muchas de las acusaciones buscan sólo algún tipo de compensación.
Pero así también hay voces en contra y que ejemplifican cómo ha cambiado el entorno desde que se anunció el cese de la fundición. “La gente ha estado muy molesta desde el anuncio del cierre.. Hay muchos que creen que esto traerá pobreza, más desempleo y que no se recuperarán los empleos”, dice Viviana Escobar, trabajadora del casino que presta servicios a la planta.
Sin embargo, la propia trabajadora cree que la decisión es correcta, a pesar de que ella misma perdería su fuente de empleo. “La salud de las personas no puede ser comprometida por la fuente de trabajo“, señala. Como ejemplo, presenta el caso de su esposo, quien hace dos años comenzó a padecer una extraña enfermedad, que primero fue diagnosticada como cáncer de páncreas y luego como autoinmune, que hasta el día de hoy lo ha dejado ciego y en constante deterioro.
“Ha sido terrible. Llevábamos dos años de casados cuando él empezó con estas enfermedades. Estaba sano y se quedó ciego de la noche a la mañana.”, asegura, mientras confiesa que a su esposo le dieron una expectativa de vida hasta casi fines de julio de este año. Y aunque asegura no tener pruebas de que la contaminación haya sido la causa de esto, sí dice conocer otros casos similares.
El desempleo, dicho esto, también es un problema. Se mantuvo la ruta F30 que une a Quintero con Ventanas, donde se ubica la planta discord en el distrito de Puchuncaví. buena parte del día cortado por las movilizaciones. El problema no era menor, ya que es el camino que une toda la cadena industrial. Pero también une al ciudadano de a pie, que valía más de una reivindicación.
Por la misma razón y como ocurrió en otros puntos de la capital, Personal policial tuvo que intervenir, a lo que la respuesta de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) no se hizo esperar. “La Junta Directiva Nacional y los Sindicatos de Base de la Federación de Trabajadores del Cobre tienen el deber de denunciar públicamente a la administración de Codelco, que con el claro propósito de debilitar esta movilización, envió a las fuerzas policiales a reprimir y detener a los dirigentes sindicales. quienes encabezan esta movilización, en sus respectivos lugares de trabajo”, señalaron en un comunicado.
“Este evento tan grave se suma a otras acciones de intimidación contra los trabajadores, quienes están siendo obligados a ingresar a las obras por vías no autorizadas, situación que pone en evidente riesgo la seguridad e integridad de las personas”, continúa el escrito. Y aunque el texto cierra señalando que, ante este escenario, suspendieron cualquier intento de diálogo con la alta dirección de Codelco, Anoche, el presidente de la FTC, Amador Pantoja, informó que acordaron sostener reuniones con autoridades estatales y gubernamentales este jueves.
Sin embargo, según el balance de los propios dirigentes gremiales, a las protestas en la fundición Ventanas asistieron unos 300 trabajadores de planta, además de otros puntos de la región que acudieron a apoyar solidariamente, entre otros gremios, contratistas y subcontratistas.
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