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Cuando Bolivia le ganó a Chile en la Guerra del Pacífico
Es uno de esos episodios quemados en las cenizas ardientes del olvido. Detalla muy bien cómo la memoria se vuelve selectiva, celebrando las propias victorias e ignorando las de los demás. los Batalla de Tambillo, librada el 6 de diciembre de 1879 en las inmediaciones del actual San Pedro de Atacama, marcó la única victoria boliviana sobre las fuerzas chilenas en la Guerra del Pacífico.
Fue un enfrentamiento tan insólito como sorprendente. Ocurrió mientras el foco de las acciones militares estaba más al norte, en el entonces departamento peruano de Tarapacá.. En noviembre, las fuerzas chilenas desembarcaron en Pisagua para comenzar la invasión del sur de Perú. Así, con acciones posteriores como la escaramuza de Pampa Germania y la batalla de Dolores, el ejército criollo consolidó su posición en la zona, a pesar de la desastrosa derrota en la batalla de Tarapacá (27 de noviembre).
Mientras chilenos y peruanos se enzarzaban en encarnizados combates, el alto mando había dejado en Antofagasta una pequeña división encargada de resguardar la región, Bolivia recién conquistada. Así, las fuerzas se distribuyeron entre la costa y los pueblos del interior cercanos a la cordillera de los Andes.
“El coronel don Marco Aurelio Arriagada, comandante en jefe de las reservas de la provincia de Antofagasta, estableció guarniciones para custodiar la frontera con Bolivia, en Calama y Caracoles. Designó al comandante de los Cazadores del Desierto, señor Orozimbo Barboza, como jefe de la Plaza de Calama; y de Caracoles, al Teniente Coronel Don José, María 2º Soto”, detalla Francisco Machuca en el Tomo II de su clásico Las Cuatro Campañas de la Guerra del Pacífico.
R) Sí, un destacamento de 23 granaderos a caballo comandados por el teniente Emilio Ferreyra, ocupó el pueblo de San Pedro de Atacama. Pero su posición no era segura. Informes de inteligencia indicaron que en el altiplano el general boliviano Narciso Campero (quien meses después será presidente de su país) preparaba una división para lanzarse a la costa y reconquistar Calama y Antofagasta. Aunque esta fuerza tenía serios problemas de abastecimiento y organización, lo que la hacía parecer más una montonera que un ejército regular. Eso explica la marcha del ejército chileno a Tarapacá.
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Pero aún así, Ferreyra estaba inquieto. “El jefe de la guarnición estaba condenado a perecer, dado el aislamiento y las dificultades para recibir ayuda. -Detalles Machucha-; a menos que tratara sabiamente de poner el desierto entre sus 23 hombres y el enemigo. El teniente informó de su situación al jefe del área, en diversas circunstancias, ya que diariamente recibía avisos de que sería atacado por fuerzas superiores. Lamentablemente, los comandantes de Calama y Caracoles lo dejaron entregado a sus propias fuerzas sin prestar atención a su situación”.
La preocupación de Ferreyra tenía sentido. Si bien la división de Campero tuvo que lidiar con la falta de recursos y las tensiones internas entre las élites bolivianas, había logrado formar la Compañía de Franco-Tiradores, un grupo de caballería al mando del coronel Rufino Carrasco de Traija. Después de recibir órdenes del presidente boliviano Hilarión Daza, el general Campero ordenó a Carrasco que bajara y hostigara a las fuerzas chilenas.
Así, Carrasco llegó a la localidad de Chiu Chiu, donde sorprendió en el acto a las tropas chilenas. “Continué mi marcha el día 27, habiendo llegado al pueblo de Chiu Chiu el día 3 de este a las cinco de la mañana sin ser advertido por el enemigo.para sorprender a las fuerzas que creí que estaban en ese pueblo, como era de suponer”, detalló en su parte oficial el que fue recuperado y publicado por el escritor boliviano Fernando Cajías de la Vega, en 1979. Sin demora, el jefe boliviano depuso a las autoridades chilenas y buscó suministros para sus tropas.
Sin embargo, la sorpresa se esfumó. “En la mañana del día 4, salió un piquete a reconocer a un grupo de tres jinetes que avanzaba sobre el pueblo. Son chilenos: encarcelan al subdelegado señor Yáñez, matan al soldado que lo escolta; pero el tercer jinete escapa y le da la alarma al comandante Barboza, jefe del cantón”, dice Machuca. Así, Carrasco entendió que tenía que salir rápido e intentar sorprender rápidamente al resto de fuerzas chilenas en la zona antes de que la alarma se generalizara.
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Así decidió avanzar sobre San Pedro de Atacama. “A las 4 de la tarde salí con el cuerpo de mi mando con dirección a la Capital de Atacama, para atacar a la fuerza enemiga que guarnecía esa plaza -detalla Carrasco en el citado parte-. Así que marché toda la noche hasta llegar al establecimiento San Bartolo, donde llegué a las once de la mañana del día 5 después de una marcha forzada, pero Calama había dado aviso de ese movimiento y nos estaban esperando listos para presentar combate”.
Ferreyra, informado de la presencia del guerrillero de Carrasco por el soldado sobreviviente de Chiu Chiu, Tomó a sus 23 hombres, los hizo desmontar y les ordenó refugiarse detrás de unos muros de piedra.. No tuvo muchas opciones, ya que las tropas bolivianas sumaban alrededor de 70 hombres. Así, tuvo que esperar la pelea en condiciones muy desfavorables. Finalmente los bolivianos atacaron pasadas las 5 de la mañana del 6 de diciembre.
“El 1° tomó la izquierda y el 2° embistió adelante, rompiendo sus fuegos a paso de vencedores, desalojando a los Cazadores del Desierto de sus parapetos, que es el nombre del Cuerpo al que pertenecían, Un cuarto de hora fue suficiente para nuestros bizarro Jefes y fusileros que atacaron abrumándolos y poniéndolos en completa derrota; Con once prisioneros y varios heridos en nuestro poder, las muertes del bando enemigo ascienden a doce individuos. Los demás se escaparon porque iban bien montados”, detalla Carrasco. De esta forma, la fuerza boliviana logró hacerse con el control del pueblo.
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“Ferreira, sitiada, se batirá en retirada hacia el pueblo, para no ser exterminada -cuenta Machuca-. Al ver la situación perdida, escapa a Caracoles con tres individuos; los veinte restantes quedaron en el campo, nueve muertos y once prisioneros. Carrasco cambia las autoridades de San Pedro; se va a Toconao y de ahí se va al corazón de Bolivia”.
La noticia disparó alarma en la población y en el alto mando chileno. “El evento causa sensación en Antofagasta; podría ser la aparición de las vanguardias de la V División Campera, tantas veces anunciada en marcha por la costa”, detalla Machuca. Días antes se decidió enviar refuerzos a la zona, pero no llegaron a ella. “Barboza, enterado de la marcha de Carrasco, hizo salir de Calama el día 4 al comandante Hilario Bouquet, con 70 granaderos a caballo y 30 cazadores del desierto, para llegar a San Pedro el día 6 y cortar el paso al enemigo”.
Sin embargo, cuando las tropas frescas llegaron a San Pedro, no encontraron a las tropas bolivianas. ¿Qué ha pasado? Una vez ganado el terreno, Carrasco había despachado partes solicitando refuerzos para lanzarse contra Calama e intentar reconquistarla. Pero después de un par de días, las tropas solicitadas no llegaron; las intrigas y las luchas de poder entre los caudillos bolivianos habían puesto las cosas difíciles.
Al darse cuenta de que con sólo 70 hombres estaba expuesto a un contraataque de fuerzas superiores, Carrasco decidió finalmente abandonar la zona, no sin dejar patente su molestia. “Me es sumamente extraño que el señor general Campero y U., después de haberme encomendado tan difícil expedición, lanzándome con sólo 70 hombres hasta que estuve a ocho leguas de donde hay considerables fuerzas enemigas, no haya recibido refuerzos para Apoyanos”escribió en su informe. Lo que no sabía es que la pasantía en Bolivia fue muy intensa; días después, el 28 de diciembre, Hilarión Daza fue depuesto por un golpe orquestado por el alto mando, descontento con el curso de la guerra.
Mientras tanto, Ferreyra fue sometido a un Consejo de Guerra, por su responsabilidad en la pérdida casi total de las fuerzas bajo su mando. Finalmente fue absuelto y reincorporado al ejército en 1880.
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