El dólar abrió con leves variaciones este martes en el mercado cambiario chileno, tras la fuerte caída de la víspera y en momentos de una depreciación de la divisa en los mercados externos que lo llevó a su nivel más bajo desde principios de año frente a otras monedas, mientras los inversionistas se preparaban para una esperada baja de tasas de la Reserva Federal el próximo mes.
En las primeras transacciones, el dólar se negociaba a $924,13 con un alza de $0,13 de acuerdo con las cotizaciones en Bloomberg, tras el desplome de más de $15 que registró ayer lunes. El dollar index bajaba 0,11%, mientras que el cobre en su valor futuro en el mercado Comex avanzaba 0,37%, a US$ 4,23 por libra.
“Hoy tendremos conferencias de algunos personeros de la Fed, donde los operadores esperan tener nuevas pistas sobre posibles bajas de tasas en septiembre. Todo esto en la previa de Jackson Hole, la reunión de los principales banqueros centrales a nivel mundial. Jerome Powell, el presidente de la Fed, entregará el viernes un discurso que será clave para mantener el optimismo en el mercado”, dijo Juan Pablo Ponce, analista de mercados XTB Latam.
La moneda estadounidense ha caído un 2,2% frente a una cesta de monedas rivales este mes -regresando a un nivel no visto desde el primer día de operaciones de enero- mientras los inversoniostas esperan que el banco central estadounidense recorte las tasas el próximo mes.
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Fannie Mae, la compañía hipotecaria más grande de Estados Unidos, tiene a la cabeza a una mujer latina. Priscilla Almodovar es la CEO y presidenta de la firma. Hija de padres puertorriqueños, nació en Nueva York y tiene más de 30 años de experiencia en el mundo financiero ligado a la vivienda.
Un hecho histórico para la compañía fundada en 1938, que opera en el mercado hipotecario secundario, comprando y titulando préstamos de viviendas para aumentar la liquidez y ampliar las oportunidades de adquirir una vivienda.
A pesar de los desafíos que enfrentó durante la crisis subprime de 2008, la compañía sigue siendo un actor clave en el apoyo a la vivienda asequible y el mantenimiento de la estabilidad en el mercado hipotecario. Actualmente garantiza aproximadamente una de cada cuatro hipotecas de vivienda.
La empresa, con sede en Washington, DC, emplea a aproximadamente 8.100 personas.
Su trayectoria
Desde el 2019 Priscilla Almodovar trabajó como presidenta y CEO de Enterprise Community Partners, una organización nacional centrada en aumentar el suministro de viviendas a precios asequibles.
La alta ejecutiva también trabajó durante casi una década en JPMorgan Chase y dirigió dos de los negocios inmobiliarios nacionales de la empresa: como directora general y codirectora de Banca Inmobiliaria, donde prestó servicios a promotores de bienes raíces, inversionistas, propietarios y fondos de inversión nacionales y regionales. Comenzó su carrera profesional en el bufete de abogados internacional White & Case LLP, en la que fue nombrada socia de capital, especializándose en financiamiento de proyectos internacionales.
Anteriormente, fue presidenta y CEO de la Agencia de Financiamiento de la Vivienda del Estado de Nueva York, de la Agencia Hipotecaria del Estado de Nueva York y de la Corporación de Vivienda Asequible.
Además es miembro de la junta directiva de Realty Income, un fideicomiso de inversión inmobiliaria.
Según la web de Fannie Mae, también forma parte de la junta directiva de New York Road Runners, una organización sin fines de lucro creada para ayudar e inspirar a las personas a través del running.
Latinos
Ha sido nombrada entre las “50 latinas más poderosas” de Fortune y los “100 hispanos más influyentes” de Hispanic Business.
Se graduó en la Universidad de Hofstra y recibió su doctorado en Derecho en la Universidad de Columbia.
Además es la única latina que actualmente ocupa el cargo de directora ejecutiva de una empresa de la lista Fortune 500, posición que ha estado usando para impulsar la idea de lo relevante que es tener una vivienda.
“Creo que ser propietario de una vivienda sigue siendo en este país la principal forma de generar riqueza y eso se está volviendo cada vez más difícil para la gente”, aseguró la CEO latina en una entrevista.
Es un tema que le preocupa ya que solo el 44% de los hogares afroamericanos y el 51% de los hogares latinos son propietarios de una vivienda.
La compañía ha aparecido los últimos días en los titulares porque los aliados del candidato presidencial republicano Donald Trump y banqueros han estado discutiendo planes para poner fin al control del Gobierno estadounidense sobre la firma de financiamiento hipotecario si es que gana las elecciones.
Hace una semana la acción de SQM estaba en mínimos del año ($ 32.000), arrastrando al IPSA, al ser uno de sus principales componentes. Sin embargo a partir de esta semana comenzó a escalar saltando el miércoles cerca de un 10% alcanzando los $35.950, aún muy lejos de sus máximos históricos registrados hace exactamente dos años (14 se septiembre de 2022), cuando alcanzó los $ 91.032, impulsado por el precio máximo alcanzado por el litio, cuando llegó a US$ 84.500 la tonelada.
En SQM no les sorprendió este giro. Mientras todas las compañías que le compiten a nivel mundial están sumidas en un torbellino, que las ha llevado a bajar producción, cerrar plantas, bajar gastos e incluso despedir gente, SQM tomó la decisión de seguir creciendo, tal como lo hizo hace cinco años, antes que estallara la pandemia. Internamente señalan que esta decisión va a repercutir positivamente en los resultados del grupo, porque mientras la competencia baja la guardia, ellos aprovecharán de mantenerse en el mercado y no ceder terreno.
Su apuesta (en corto tiempo) les ha dado la razón, porque con el correr de las semanas las productoras de litio han ido bajando las cortinas, entregando espacios a la firma chilena.
La caída de los precios del litio, con un valor actual de alrededor de US$ 10.000 por tonelada, ha obligado a muchos actores en el mundo a reducir su producción. ¿La razón? El exceso de oferta de mineral abrumó la demanda de los fabricantes de baterías en medio de una desaceleración en las ventas de vehículos eléctricos.
Las mineras de litio en el mundo han sido golpeadas por esta realidad. Sin ir más lejos, durante el transcurso de la semana, el gigante chino de baterías Contemporary Amperex Technology (CATL) anunció que tuvo que detener la producción del metal blanco de una importante mina china en la provincia sureña de Jiangxi.
Pero no es el único. Este anuncio viene a engrosar la lista de mineras que han tenido que ajustar sus planes de crecimiento como Albemarle y Tianqi.
En 2024, la minera no metálica tuvo una caída interanual de 63% en sus ganancias del segundo trimestre, las que totalizaron US$ 213,6 millones, debido principalmente a la caída en el precio del litio. A pesar de este escenario y como señaló su gerente general, Ricardo Ramos en la última presentación de resultados de la compañía, los planes se mantienen.
La firma actualmente cuenta con una producción de 180.000 toneladas. Con el acuerdo con Codelco, el plan es llegar a las 300.000 de cara a 2030, para ello requieren hacer crecer la planta de refinación.
De hecho, esta semana emitieron un bono por US$850 millones en el mercado internacional para refinanciar la deuda pendiente y para fines corporativos generales de la sociedad, incluido el financiamiento de gastos de capital.
No es la primera vez que SQM aprovecha una coyuntura adversa para avanzar en su producción. Entre 2019 y 2021, cuando el mineral blanco todavía no alcanzaba su punto más alto, invirtieron para aumentar su producción. El objetivo era garantizar tener siempre producto en stock.
A pesar de que 2019 fue peor que 2018 por los menores precios de venta, esto no detuvo los planes de expansión de la compañía, aun cuando la disminución de las ventas fue del orden del 31,2% de un periodo a otro.
En la memoria anual de 2019, SQM da cuenta de que en ese momento la capacidad productiva de la planta de carbonato de litio en Salar del Carmen era de 70.000 toneladas métricas por año. A continuación se dice: “Estamos en proceso de aumentar nuestra capacidad de producción a 120.000 toneladas métricas por año”. Plan que ejecutaron a pesar de los vientos en contra que supuso la pandemia para la expansión de la compañía.
Pasaron dos años y la historia les dio la razón. El precio del litio alcanzó su máximo histórico en 2022 llegando a los US$ 84.500 por tonelada. Su producción en ese entonces ya había superado la meta de las 120.000 toneladas. Estaban listos. Entonces abastecieron la demanda global que trajo en ese minuto los proyectos ligados a la electromovilidad y las baterías.
Los ingresos totalizaron US$ 10.710,6 millones para los doce meses finalizados el 31 de diciembre de 2022, lo que representó un aumento del 274% frente a los US$ 2.862,3 millones reportados durante el mismo período de 2021.
El plan de ahora, que los vientos vuelven a soplar en contra del precio del litio, es apostar a repetir la jugada. A pesar de que las mineras en el mundo están recortando sus planes de crecimiento, SQM se mantiene tranquilo con sus proyectos de expansión.
Para ello, eso sí, la compañía está cuidando sus costos, primero manteniendo una caja limpia lo que implica no desviar la atención en costos innecesarios, así como aplicando eficiencia con proyectos que hagan más sostenibles las operaciones.
La apuesta de la compañía es que si se mantienen a raya los costos, se apuesta por la eficiencia y se concentran en aumentar la producción, cuando la demanda suba y también los precios, podrán nuevamente gozar de los beneficios que ello traiga.
Y eso el mercado comienza a internalizarlo. Hace un par de semanas, BanChile Inversiones recomendó comprar acciones de SQM. “Si bien los precios del litio han caído más de un 70% durante el último año, vemos una recuperación hacia niveles de US$ 20/Kg en el precio del metal a fines de 2025, a medida que recortes en la oferta de mercado reducirían el actual exceso de producto en dicha industria”, dijo. “Adicionalmente, creemos que el valor actual de la acción no incorpora los beneficios del acuerdo respecto a la operación futura en el Salar de Atacama”, agregó.
Por ahora, el objetivo de SQM es seguir aprovechando su momento como ya lo hizo una vez en 2019.
Los recortes de la industria
Tianqi Lithium
La compañíaque opera en China, Australia y Chile, tras haber logrado ganancias por US$ 884 millones en el primer semestre de 2023, informó pérdidas de hasta US$ 758 millones en la primera mitad de 2024.
En 2018 la firma de capitales chinos Tianqi compró en unos US$ 4.000 millones una participación a la empresa chilena SQM, que le trajo una gran deuda. De hecho, la compañía tuvo que vender su participación en la mina australiana Greenbushes para pagar un préstamo que usó para entrar a la propiedad de la firma chilena. En medio de la disputa con SQM respecto a someter la alianza de la minera no metálica con Codelco a la aprobación de una junta extraordinaria de accionistas, analistas de Scotiabank señalaron que podría vender su participación en SQM en US$ 3.000 millones. A esto se le suma que desde China también se habían anunciado recortes de producción (Zhejiang Huayou Cobalt y Zhicun Lithium Group), al igual que la australiana Core Lithium y Greenbushes, que opera en ese país, de propiedad de Albermarle y Tianqi.
Albemarle
En lo que va del año la multinacional estadounidense ha anunciado dos planes de reducción de gastos. El primer productor de litio a nivel global reportó pérdidas por US$ 188 millones en el segundo trimestre, con lo que terminó por frenar su plan de expansión en Australia, paralizando los trabajos para expandir su planta de conversión de Kemerton.
La estadounidense, que aumentó su cuota de mercado desde 21% a 31% entre 2021 y 2023, según un reporte de la Comisión Chilena del Cobre, comenzó 2024 despidiendo al 4% de su planilla a nivel mundial y aplazando el gasto en un proyecto de refinería en Estados Unidos, en el marco de un amplio plan de reducción de costos por la caída de precios del metal. El director ejecutivo de la compañía, Kent Masters, señaló que la empresa está llevando a cabo una revisión exhaustiva de su estructura de costos y operaciones, un proceso que se espera concluya en octubre de este año. No se descartan despidos adicionales y la venta de activos no estratégicos.
CATL
La compañía china es el mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos (EV) y sistemas de almacenamiento de energía del mundo. Esta semana dijo que planea ajustar la producción de dos minas de lepidolita, mineral altamente explotado en ese país para producir litio ubicadas en la región de Jiangxi. Este se extrae de una roca dura cuya producción es más costosa en comparación con otras fuentes, como los depósitos de salmuera. Esto ha obligado a CATL a reconsiderar su estrategia de producción. La decisión de CATL de reducir su producción afectará considerablemente el mercado chino de litio. Según un informe de UBS, la producción mensual de carbonato de litio en China disminuirá en un 8%. El mercado se hizo eco de esta noticia y SQM sobresalió en la bolsa a causa de esta señal que apunta hacia un esperado ajuste de oferta en la industria del litio, impulsando los precios del mineral.
Arcadium Lithium
En esta misma línea, la empresa minera Arcadium Lithium –que nació de la fusión entre la estadounidense Livent y la australiana Allkem este año–, canceló el jueves de esta semana dos créditos internacionales con el BID Invest y con la Corporación Financiera Internacional (IFC) – miembro del Banco Mundial–, por un total de US$ 230 millones. Estos créditos los había obtenido para invertir en el desarrollo del proyecto argentino Sal de Vida. La empresa recientemente ya había ralentizado el plan de expansión del proyecto Fénix, donde se ubica la principal mina de litio de Argentina.
Como parte de su plan de reducción de costos ante la débil situación del mercado del litio y mejorar su flujo de caja, la minera también suspendió temporalmente las operaciones en su mina Mt. Cattlin en Australia a comienzos de mes. Asimismo, pausó su proyecto Galaxy en Canadá.
En el IPoM presentado hace algunos días, el Banco Central actualiza su proyección de la balanza de pagos para el presente año y estima que las exportaciones chilenas llegarían a un total anual de US$ 100 mil millones, equivalente a cerca de un tercio de nuestro PIB. Hace 40 años atrás, el año 1984 cerraba con un total de envíos de US$3,6 miles de millones, lo que implica que, en ese periodo de tiempo, las exportaciones chilenas se multiplicaron por 27 veces, alcanzando magnitudes que eran inimaginables en esos momentos.
Estos resultados parecen milagrosos, pero dan cuenta de un plan que buscaba dirigir la economía chilena hacia el comercio mundial, luego de haber estado prácticamente cerrada por las políticas cepalianas de proteccionismos. La tarea era urgente, ya que Chile sufría los efectos de la crisis mundial, con una caída sustancial de actividad, desempleo al alza y el sistema financiero tambaleando. Ese escenario enfrenta, en febrero de 1985, el nuevo ministro de Hacienda, Hernán Buchi, quien avanza rápidamente en la reducción unilateral de los aranceles aduaneros, buscar un tipo de cambio real alto y competitivo, y una reforma fiscal para incentivar el ahorro y la inversión, al mismo tiempo que ordena el desequilibrio fiscal y la pesada deuda pública, con las implicancias propias de la relación con el Fondo Monetario Internacional.
Este nuevo equilibrio macroeconómico eleva la tasa de inversión, sobre todo hacia los sectores transables, en donde Chile tenía sus ventajas comparativas. La frase que resumía esta estrategia era “Primero los fierros (inversión), ya llegará el momento de los televisores”, donde la prioridad era el crecimiento económico, lo que permitirá en su momento aumentar el consumo de las familias.
Afortunadamente, el ministro Foxley comprendió los soportes de esta estrategia y perseveró en ello, reduciendo adicionalmente las barreras al comercio e iniciando la era de los acuerdos de libre comercio. El motor ya estaba en marcha y productos chilenos comenzaban a llegar al resto del planeta de la mano de Prochile.
Ahora bien, multiplicar por 27 las exportaciones tras 4 décadas parece ser poco frecuente y la tabla anexa da cuenta de los resultados observados. En efecto, las exportaciones mundiales han aumentado en 13 veces en el tiempo analizado, lo que implica una varianza significativa entre países, y es así como vemos a Japón con un coeficiente de expansión de 4 veces, pero situado en un punto de referencia de una década, donde los productos japoneses ya inundaban al planeta y Reagan enfrentaba la invasión de autos nipones en norte América y si bien en los setenta un producto japonés era barato,desechable y de baquelita, eso cambio rápidamente y se convirtió en el símbolo de la frontera tecnológica. Lamentablemente, Japón ha perdido parte de ese impulso competitivo y ve con temor el incremento del poderío de China.
Estados Unidos, por su parte, también exhibe un coeficiente de expansión modesto, pero ese país expandió sus exportaciones post segunda guerra y en donde también el tamaño de su economía interna es tan sustancial, que no es apremiante para un emprendedor exportar lo antes posible. De hecho, Estados Unidos exporta US$ 2 trillones y su PIB es de US$ 27,3 trillones, es decir ellos exportan el 7,3% de lo que producen, versus nosotros que exportamos casi un tercio del PIB.
Así, probablemente buscando resultados similares a los de Chile debemos situar la mirada en Asia, donde son más frecuentes expansiones de 20 veces o más, como es el caso de Corea del Sur, Malasia, Singapur y Tailandia, entre otros, donde la estrategia japonesa de los setenta fue implementada con precisión, logrando capturar nichos de mercado con un alto grado de integración de cadenas productivas entre empresas situadas en diferentes países.
Ahora bien, China se aleja sustancialmente del promedio de expansión, logrando exhibir un coeficiente de 140, en donde sus exportaciones pasan del equivalente al 1,3% de comercio mundial en 1984 al 14% que representa en la actualidad. Este cambio alteró el equilibrio mundial y redefinió la dirección del comercio y así como en la actualidad, es el principal socio comercial de muchos países, incluyendo Chile.
Por último, ¿debemos darnos por satisfechos con la meta de los US$ 100 mil millones?, creo que no. Existe aún mucho espacio por avanzar y las tratativas con India son un ejemplo de ello. Es cierto que el periodo del ex subsecretario Ahumada implicó la detención de la agenda que había delineado su predecesor, pero el peso de la noche de Portales puso las cosas en su lugar y la agenda se ha retomado. En ese contexto hay un espacio para el Plan África, ya que dicho continente exhibe la segunda mayor tasa de expansión del PIB después de Asia y ya tienen acuerdos de libre comercio entre ellos y con varios países de la Unión Europea. En Sudáfrica, la clase media emergente consume sushi y bebe vino, el primero desde Noruega y el segundo desde España y Francia. Nosotros podemos entrar a ese mercado, pero los aranceles para Chile lo hacen muy difícil. Avanzar en esa nueva frontera implica esfuerzos sustanciales, ya que están lejos, no sabemos mucho de ellos y ellos probablemente poco saben que existimos. Es la nueva frontera. Vamos por ello.