Jorge Sahd K. Director Centro de Estudios Internacionales UC
Jorge Sahd K.
“La ideología subordina la realidad al prejuicio”. Así lo describe el libro “El mundo de las ideologías” de José R. Ayllón, premisa que refleja lo que fueron 10 años de debate sobre el Acuerdo Transpacífico o TPP11 en Chile.
En una década, la narrativa de los detractores del acuerdo nunca cambió, pero con el paso del tiempo fueron perdiendo apoyo, quedando reducidos a un puñado de ONG y sectores de izquierda que se oponían tenazmente al TPP sin pruebas ni fundamentos reales. El camino ideologizado que recorrió el TPP11 ya es parte del pasado. La pregunta que hay que hacerse es qué desafía el acuerdo que ya en vigor desde esta semana presenta para el Gobierno.
“El camino ideologizado que recorrió el TPP11 ya es parte del pasado. La pregunta ahora, ¿qué retos le presenta al Gobierno el tratado ya en vigor desde esta semana? Porque una cosa es tener firmado un acuerdo comercial y otra saber aprovecharlo”.
El primero es la política interna. Definir cómo un gobierno cuyos sectores de izquierda se opusieron sistemáticamente al TPP11 y se sienten incómodos hablando de libre comercio, ahora logran abrazarlo y hacerlo suyo. Para aprovechar el potencial del tratado, no basta su mera vigencia, sino que se requieren acciones adicionales del Ejecutivo: difundirlo con fuerza en el sector productivo y exportador; e implementar en regiones, especialmente aquellas que tienen nuevas oportunidades con el mejor acceso a mercados como Japón, Vietnam o Canadá. Como suelen comentar expertos negociadores, una cosa es tener un acuerdo comercial firmado y otra aprovecharlo.
El segundo desafío es la política internacional. Antes de su ratificación, Chile solo tenía derecho a voz en las instancias del TPP11, no pudiendo influir en asuntos relevantes, como la futura adhesión del Reino Unido. Hoy Chile tendrá derecho a voto, al igual que los otros nueve países miembros, y deberá tomar posición en temas sensibles como el interés de China o Taiwán en unirse al TPP; o Colaborar para que el Acuerdo se convierta en una vía moderna de integración regional, facilitando el proceso de incorporación de Ecuador, Uruguay y Costa Rica.
En estas columnas hemos explicado extensamente los beneficios comerciales y estratégicos de ser parte del TPP11, el tratado más ambicioso de Asia-Pacífico. Con la ratificación, Chile tiene la oportunidad de competir en las grandes ligas y acceder a un mercado de más de 500 millones de personas que representan más del 12% del PIB mundial, con reglas modernas que promuevan la inserción de Chile en cadenas globales. de valor y que mejorará el acceso a cerca de 3.000 productos agrícolas, lácteos, del mar, entre otros.
Asimismo, el TPP no afectará los mecanismos de solución de controversias inversionista-Estado ya establecidos en otros instrumentos de comercio e inversión. Más bien, ofrecerá un nuevo marco de seguridad jurídica para la inversión extranjera y protegerá mejor los intereses de las empresas chilenas, públicas y privadas, en los países miembros del pacto.
Una acción decidida del Gobierno en la promoción del TPP11 sería un paso más en la exitosa política comercial chilena, que ha permitido al país posicionarse en el escenario internacional e impulsar sectores económicos clave para su desarrollo, junto con millones de empleos directos e indirectos. .
La entrada en vigor del TPP11 ha significado una derrota para un sector político, sin duda, pero un triunfo para el interés del país, que es lo verdaderamente importante.
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