La reciente elección del Papa Leo XIV ha llenado de alegría a muchos peruanos. Sin embargo, en el CallaoLa noticia tiene un matiz especial. Durante 2020, el entonces obispo de Chiclayo asumió la responsabilidad de administrar apostólicamente la diócesis de Callao, dejando una marca indeleble entre los Chalacos fieles.
El monseñor Juan de Dios Rojas Pajuelo, actual Vicario General de Callao, compartió una entrevista con Rpp- Detalles sobre la etapa en la que tuvo la oportunidad de reunirse y trabajar estrechamente a quién hoy se conoce en todo el mundo como Leo XIV.
Prevost fue nombrado administrador apostólico de Callao en su totalidad pandemia de la Covid-19, un período que coincidió con la transición entre dos obispos locales. A pesar de las dificultades, su proximidad a las parroquias y su afectuoso tratamiento con los fieles marcó su breve pero significativo paso a través de Callao.
El legado del Papa Leo XVI en Callao: cercanía, humildad y afecto por los fieles | Fuente: RPP
Leo XIV pasa por Callao
El monseñor Rojas Pajuelo recordó el tiempo que conoció a Prevost. “Una noche anterior me llamó diciéndome que quería hablar conmigo. Fue a mi casa parroquial, el corazón de María en La Perla, y allí hablamos. alegre, entusiasta Y muy preocupado Para Callao ”, dijo a The Days, Prevost lo invitó a ser su vicario general.
Durante su gerencia, Prevost dividió su tiempo entre Chiclayo y Callao, viajando cada quince días los más de 800 kilómetros que separan ambas ciudades. “Se manejó toda la noche. Vino y comenzó a trabajar, atendiendo a las personas. A los pobres, que sufrieron, los asistieron muy bien, con gran afecto, con un Espíritu paterno“Dijo.
El ahora Papa Leo XVI ganó el amor de los Chalacos no solo por su dedicación administrativa, sino por su estilo pastoral cercano. “Era una persona muy cercana; rápidamente se acercó a las personas para hablar y, por lo tanto, sabía sus sentimientos. Por eso, creo que ganó el amor de los Chalacos”, dijo el general Vicario.
Aunque su pasaje a través de Callao duró solo un año, su espíritu misionero y su capacidad para escuchar a la comunidad dejaron un huella profunda. “Yo, que lo ayudó como general del Vicario, entendí que era un gran pastor al que le gustaba la misión. Salió, fue de un lugar a otro”, concluyó. Por lo tanto, muchos chalacos celebran hoy con alegría que alguien tan cercano a Callao se haya convertido en el líder de la Iglesia Católica.