Encontrar el equilibrio entre las demandas de la maternidad y el alto rendimiento deportivo es a lo que apunta Francisca Crovetto. Y ganar una medalla en Los Ángeles 2028 para que lo vea su hijo.
“Confío en que ser mamá me hará entender la vida con otro panorama y que será un plus para la competencia”, dice a La Tercera, en esta entrevista que concede la primera campeona olímpica en la historia de Chile desde París.
En el Centro de Tiro de Chatearoux, Crovetto definió el oro del tiro skeet en una definición muy tensa contra la británica Amber Rutter, quien celebró la medalla de plata junto a su hijo Tommy, de tres meses: “Amber me decía antes de la premiación que tuviera hijos, que es lo mejor; ella es una inspiración para las deportistas que queremos ser madres”.
En esta conversación, la deportista de 34 años pasa por varios temas. En uno de estos, incluso, critica la manera en que se controlan las armas de fuego en Chile, porque asegura que la legislación actual afecta el desarrollo de su deporte. “Estamos cada día peor. Si las nuevas restricciones hubieran existido antes, mi papá no me habría podido pasar una escopeta en el club cuando yo tenía diez años; el tiro skeet es uno de los deportes que tiene las normas de seguridad más rigurosas”.
¿Ya se da cuenta que su vida cambió para siempre?
¿No? (risas) ¿No? O sea… No, para nada.
¿No? Es campeona olímpica.
O sea, mira. Me vine dos meses a Italia a entrenar con Christian (Eleuteri, su entrenador) antes de venirnos acá a Chateauroux. Antes de viajar, conversaba con Juan, mi marido, en el living de la casa. Y le decía, ¡Ay, qué pasa si me va mal! Porque yo entendía un poco que si me iba bien podía suceder algo importante. En los Juegos Panamericanos me fue súper, mi vida continuó un poco más distinta, no sé, la gente empezó a reconocerme un poco más en la calle, pero mi vida… me gusta mucho mi vida normal, soy muy de la cotidianidad y soy muy casera. Pero sí sentía que esto podía tener una repercusión mayor. No le he tomado aún el peso, no he pensado que mi vida vaya a cambiar. Y tampoco quiero que sea así. Me encanta mi vida, me encanta mi gente y quiero seguir siendo la Francisca de siempre. Pasó algo bacán en el mundo del deporte y estoy feliz, pero… la vida también sigue y si me hubiese ido mal, seguiría también. Como dice Cristian en italiano si torna a casa lo stesso. Como sea que vaya, siempre se retorna a la casa.
Habrá más interés mediático en usted, sus niveles de popularidad aumentaron mucho…
Yo eso lo agradezco muchísimo. Creo que Santiago 2023 nos ayudó a soñar en grande. Que los chilenos se conectaron con esa chispita de la victoria. Independiente de si era oro, plata o estabas en una final. Vi un Estadio Nacional de atletismo lleno y alentando a deportistas que quizás no iban de los primeros. Ese honor y esa garra de la hinchada que no tiene que ver con el exitismo del momento, creo que ayudó. Estoy súper contenta de que este gran logro le ayude a Chile a saber que se puede. Que desde el último rincón del mundo uno puede construir campeones olímpicos.
Contándola a usted, existen tres personas en la historia de Chile que ganaron un oro olímpico. Nicolás Massú, Fernando González, Francisca Crovetto. Siendo parte de esa lista, ¿cómo imagina el futuro?
Lo imagino con la incertidumbre que nos trae a todos los seres humanos el futuro porque no sabemos qué va a pasar y con la firme convicción y voluntad de atesorar cada momento que está sucediendo hoy sin querer anticipar lo que venga, como viviendo cada día a la vez, como también lo hice antes de llegar a este oro olímpico.
¿Qué significa este logro para las mujeres chilenas?
Es espectacular. Yo siento que el deporte femenino ha ido ayudando a emparejar la cancha y a demostrarle a las mujeres chilenas que uno puede soñar con ser levantadora de pesas, hacer karate, jugar balonmano, fútbol. Después de lo que hizo Marlene Ahrens, tantos años después una mujer chilena se volvió a subir a un podio olímpico y esta vez ganando un oro, quiere decir que las mujeres y que los seres humanos en general pueden. Que nada es imposible.
Históricamente, en Chile, el deporte femenino ha estado en desventaja. ¿Cree que con su oro esto pueda cambiar?
Creo que nos da una tribuna gigantesca a todas mis compañeras. Ya se había pavimentado un poco el camino con lo que ha hecho Kristel Köbrich, la Vale Toro, la Pepa Moya, la Pau Vega de tenis que mesa que ya ha estado en varios Juegos. Hace que vayamos acortando la brecha y ganando cobertura, porque eso es tremendamente importante. Lo que no se comunica no se conoce, y es bueno que la gente sepa que existe el deporte femenino y que las niñas no solo tienen que hacer gimnasia y natación artística.
La final del tiro skeet tuvo un lindo momento, con su rival Amber Rutter celebrando la medalla de plata con su hijo de tres meses en brazos…
Lo primero antes de celebrar en cualquier competencia es abrazar a la que salió segunda. Después uno se pone a celebrar con el staff técnico o con el público, pero yo sabía que Amber tuvo a su primer hijo en abril y la verdad es que es una tremenda referencia para todas las tiradoras y deportistas olímpicas que estamos pensando en ser mamá. Ese es mi próximo objetivo personal. Uno pensaría que una vez que terminan los Juegos Olímpicos hay que pensar en el embarazo para que todo coincida y llegar a los próximos con el hijo más grande, pero ella lo tuvo muy poco tiempo antes se subirse a un podio olímpico en gran nivel. Es una inspiración total verla con su guagüita.
¿Hablaron sobre embarazo y el alto rendimiento?
Justo en el momento en que nos estaban pasando las banderas y estábamos todavía en el campo de tiro antes de la premiación, le dije lo mucho que me inspiraba y me dijo: ‘¡Have babies! (ten bebés) Es lo mejor que hay, por favor hazlo’.
Entonces, el sueño para Los Ángeles 2028 es… ¿ganar otra medalla y que lo vea su hijo?
Sí, me encantaría, es nuestro objetivo. Es difícil en términos logísticos porque Chile está muy lejos de todo. En el tiro, la mayoría de las competencias están en Europa y Asia, entonces tenemos que tomar muchos aviones son muchas horas de jet lag. Ahí las europeas tienen ventaja, pueden llegar a las competencias en auto o tras vuelos cortos, o dejan unos días a los hijos con el marido. Viajar con guagua lo hará todo más complicado, pero eso no quiere decir que no se pueda. También las gringas son mamás y medallistas olímpicas. Los Ángeles ya está más cerca que París en términos de distancia y ya tengo a toda mi familia y amigos que van a querer ir a verme intentar defender un título olímpico. No me queda otra que tener guagua y clasificar (risas).
¿Y existen miedos cuando imagina la maternidad? Aparte de esos temas logísticos, ¿a qué le teme?
Sí que existen, porque cambia totalmente la rutina como deportista de alto rendimiento. Durante décadas he estado súper enfocada en lo que yo necesito, en lo que a mí me hace bien, y ahora habrá otra persona que va a depender de mí y que ya no voy a ser la prioridad ni el centro de atención. Encontrar ese equilibrio será un gran desafío. Tengo muy buenas amigas que fueron deportistas y que son mamás, y que me dicen que la maternidad te ayuda a entender la vida desde otro panorama y que finalmente es un plus a la hora de vivir de la competencia. Confío en eso. Con Luis lo haremos en familia y en equipo.
¿Es el tiro al vuelo un deporte de elite?
Yo diría que no. Hay que entender que hay muchas personas que les gusta la caza de tórtolas y perdices en la época de cacería que es de abril a agosto. Y cuando la temporada se termina, quieren seguir apretando el gatillo y oliendo la pólvora. Así pasan a disparar los platillos y ya dejan de cazar, o bien lo reservan para alguna salida de fines de semana. Entonces es un deporte que en los campos de Chile está siempre presente, gente que tiene la máquina que lanza los platos y disparan sin necesariamente tener una cancha de tiro como la que vemos en París. También es cierto que es un deporte caro, además de la escopeta necesitas los platos y los cartuchos y cada insumo no es reutilizable.
¿Usted caza animales?
No, no me gusta la cacería, pero no tengo nada en contra de la gente que sale a cazar y se come lo que caza. Si vas a cazar tórtolas y después las cocinas, como lo hizo mi papá siempre, todo bien.
¿Practicar tiro skeet se ha hecho más fácil o más difícil comparado a la época en la que usted empezó?
Mucho más difícil por el tema de la nueva ley de control de armas y por el tema de los clubes de tiro. Hoy en día con la nueva legislación hay muchos menos clubes de tiro, lugares donde se hacían competiciones nacionales que ahora los tienen cerrados porque no cumplen con el perímetro urbano. Estamos cada día peor.
¿Cree que su medalla de oro hará que la ley cambie de tal manera que su enfoque no afecte a lo deportivo?
Yo espero que así sea. Si las nuevas restricciones hubieran existido antes, mi papá no me habría podido pasar una escopeta cuando yo tenía 10 años en el club de tiro que tenía en Calera de Tango. Yo vi como lo construía, lo recuerdo clavando las tablas de la caseta alta. Quizás eso no se habría podido con la ley actual, porque habían casas alrededor. Entiendo, es un deporte con armas de fuego y las armas son peligrosas, como también lo son los autos manejados por gente irresponsable y borracha. El arma en sí no es peligrosa, lo es la persona que la manipula. Desde los tres años que voy al campo de tiro y jamás he visto un accidente en mi vida. El tiro skeet es uno de los deportes que tiene las normas de seguridad más rigurosas.
¿Este oro olímpico es la mayor alegría de su vida?
El gran sueño era ser medallista olímpica y eso significa una enorme felicidad, pero siento que mi felicidad pasa por que mis papás estén sanos, que si ellos necesitan algo yo se los pueda dar; estar con mis hermanas, pasar tiempo con mis sobrinos que los amo. Estar con mis amigos, tener la oportunidad de poner la casa y hacer un carrete para estar con mis amigos, eso es lo que a mí me gusta. Disfruto de las cosas sencillas: tener mi casita, mi familia. Que la Menita, mi nanita, también esté bien. Quiero poder estar siempre para la gente que quiero.
¿Su mayor miedo?
La muerte de mis papás. Cuando me llaman tarde por la noche me asusta la idea que algo malo pasó. Soy muy catastrófica. No me gusta el tema, pero es importante hablarlo. Siempre me digo: ‘Eso no va a pasar. Nunca’. Pienso que nunca va a pasar.
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La tarde de este sábado se registró el homicidio de un hombre, en la comuna de El Bosque, al sur de la Región Metropolitana.
El nuevo crimen ocurrió en calle Los Ceibos, donde se reportaron disparos con un arma de fuego en la vía pública hasta donde llegaron los equipos de emergencia y policiales.
Hasta el lugar se trasladó el Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) de la Fiscalía para indagar el sitio del suceso.
La investigación fue encargada a la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI).
Sebastián Villavicencio (41 años) luce radiante. El gran desempeño del Team ParaChile en París fue la confirmación de un proceso de años, que lo ilusiona con el futuro. El presidente del Comité Paralímpico de Chile analiza lo vivido y habla de los planes venideros.
Con el paso de los días, ¿cuál es el balance que realiza sobre la actuación en los Juegos Paralímpicos?
El balance sigue siendo positivo, pero efectivamente ya un poco más en frío, hacemos también una revisión de cosas por mejorar. Lo primero es recalcar lo positivo del rendimiento. Tenemos 20 deportistas en el top 8 a nivel mundial y seis en el top 3, y eso habla muy bien de lo competitivo y del desarrollo que hemos tenido con nuestros deportistas que nos pudieron representar en París. Desde ahí también agradecer el gran trabajo del cuerpo técnico, del cuerpo médico, de la gente que estuvo del Comité Paralímpico, de la difusión de los medios, de las marcas, y toda la gente que hace posible también que el Team ParaChile pueda seguir creciendo y que haya tenido una muy buena participación en París.
¿Y qué es lo que se puede mejorar?
Desde lo deportivo también hay un trabajo importante. Vamos a tener la oportunidad de trabajar por primera vez en cuatro deportes con head coach, como lo hace el deporte convencional, cosa que no habíamos podido hacerlo antes en natación, atletismo, pesas y tenis de mesa, que son deportes que también tienen un gran desarrollo. Y creo que desde ahí también nos va a permitir poder ampliar más la participación en todos los deportes, pero principalmente en estos, además de poder mejorar la participación de los deportes colectivos. Y si bien es difícil que los deportes colectivos tanto a nivel convencional como paralímpico clasifiquen a grandes eventos deportivos, es un desafío importante que hay que intentar. Tenemos cuatro años para mejorar ese tipo de cosas. Y lo último del análisis más frío, también era hacer un trabajo más de inclusión de mujeres en el deporte paralímpico, que es importante, y de más deportistas jóvenes. Tenemos una oportunidad linda con los Juegos Parapanamericanos Juveniles de 2025. Ahí también hay un trabajo colaborativo con Teletón para que estos Juegos sean el semillero para los futuros grandes eventos deportivos.
Todo desarrollo necesita recursos. ¿Ha conversado con las autoridades para conseguir más presupuesto?
Efectivamente todo esto va de la mano de recursos. Hay un análisis desde el año pasado, donde en un comienzo, no se había entregado el presupuesto esperado. Soy súper honesto en eso, pero después de algunas conversaciones desde el Ministerio y el IND, sí colaboraron con poder tener un presupuesto base que nos permitiera desarrollar las actividades del 2024 que teníamos planificadas. Siempre se puede mejorar, soy un convencido de eso. Creo que el deporte paralímpico ha demostrado que tiene un trabajo serio, que tiene buenos resultados, y eso también creemos que tiene que venir de la mano con un alza importante en el presupuesto.
¿Y qué alza esperan?
Nosotros hemos puesto la temática del 2% o del 1% del presupuesto total que se le entrega al deporte a nivel nacional. Las autoridades lo saben, saben que hay un compromiso pendiente con el deporte paralímpico, el Comité Paralímpico de Chile tiene una muy buena relación con el IND y el Ministerio. Y hemos intentado hacerles entender las necesidades que tenemos y confiamos plenamente en que el presupuesto del 2025 va a venir con muchas mejoras, porque además tenemos los Juegos Juveniles y tenemos que seguir dándole soporte al alto rendimiento que sigue creciendo y al desarrollo del deporte paralímpico a modo más general. Confiamos en que así sea. Y si no es así, daremos las peleas correspondientes para que nuestros deportistas puedan tener las condiciones que se merecen.
¿Cuánto ayuda el oro de Katherinne Wollermann al impulso del movimiento paralímpico?
¡Harto! Lamentablemente, el deporte se mide por resultados, y el apoyo va de la mano con esos resultados. Y digo lamentablemente porque desde el deporte paralímpico yo puedo, con datos duros, hablar del crecimiento en cuanto a cantidad de deportistas, a cantidad de deporte, a cantidad de personas capacitadas que han hecho que el deporte paralímpico se desarrolle. Pero si eso no venía acompañado de resultados, tanto en Santiago 2023 como en París 2024, era mucho más difícil poder argumentar las necesidades que tenemos. Así que, desde ahí, el oro de la Katherinne, las tres medallas del Beto Abarza y los bronces que también obtuvimos, nos hacen tener un peso y argumentos para defender lo que necesitamos desde el alto rendimiento, insisto. Porque desde el desarrollo ya lo tenemos y con datos concretos, pero efectivamente la medalla de oro de Katherinne además nos pone en un lugar distinto y más razonable en el medallero, ya que las posiciones van de la mano del oro.
En lo personal, estos fueron sus primeros Juegos Paralímpicos…
Sí, han sido años duros porque nos tocaron los Juegos Parapanamericanos dentro del ciclo. Entonces, tuvimos el evento deportivo más importante de la historia del deporte en este periodo con el directorio. Y, claro, también son los primeros Juegos Paralímpicos. A modo personal, bastante emocionante, con un alto trabajo… Insisto en recalcar el trabajo del área administrativa médica y el cuerpo técnico del Comité. Estoy muy contento con todo lo que ha pasado. Siempre hay cosas que se pueden mejorar, pero si uno hace un análisis fijo, el deporte paralímpico en estos cuatro años ha seguido en alza, que es lo que veníamos buscando, que no hubiera un estancamiento. Mantenerse siempre en la elite y en un crecimiento continuo no es fácil; en el alto rendimiento, menos, y lo hemos logrado de cierta manera. Eso igual entrega una cuota de tranquilidad y creo que tenemos lindas oportunidades a futuro. Los Juegos Juveniles son una linda oportunidad, igual que los Juegos Nacionales y Paranacionales y la nueva política de la actividad física y deporte. Creo que hay hartas cosas positivas en donde nos podemos ir tomando para seguir desarrollando el deporte paralímpico en Chile. Después de Santiago 2023, el deporte paralímpico es reconocido a nivel nacional, nos miran de una manera distinta, a los deportistas los miran de una manera distinta, y eso tenemos que seguir aprovechándolo.
¿Cuál es el próximo salto del deporte paralímpico?
El próximo salto tiene que ver con posicionarnos a nivel americano en un mejor lugar, paso por paso, y con deportes que vienen en desarrollo, deportes colectivos… Que podamos hacer lo que hacen Brasil y Colombia, con delegaciones de más de 100 personas en algún megaevento deportivo. Tengo una mirada mucho más de desarrollo y creo que cuando logramos poder posicionarnos a nivel americano, a nivel mundial, con una cantidad de deportes importantes, con cantidad de clasificados importantes, más allá de que obtengamos o no resultados, habla bien del crecimiento y los resultados van a venir solos. Pero lo importante es contar con una base sólida en cuanto a tener representación en todos los deportes paralímpicos, tener la calidad técnica que corresponde y una cantidad importante de participantes a nivel nacional, en todas las regiones. Eso hará que el deporte paralímpico pueda tener mejores resultados a futuro.
¿Va a la reelección?
Hasta ahora, sí, Vamos a la reelección y estamos trabajando ya en lo que viene a futuro. Entonces, yo ya me siento parte de lo que viene. Ahora hay que esperar qué pasa con las elecciones, pero me encantaría seguir siendo el presidente del Comité Paralímpico.
Comienza el partido entre la Selección y Bolivia. Como siempre, Ricardo Gareca se ubica en la misma posición: al borde del campo de juego, muy cerca de la línea de banda. En los primeros minutos, se limita a mirar. Ni siquiera da demasiadas indicaciones. Pretende, seguramente, observar cómo sus jugadores desarrollan el plan que había preparado en Juan Pinto Durán con la finalidad de vulnerar a un equipo que, presumiblemente, llegaría al Estadio Nacional a refugiarse en su zona defensiva, con el añadido de la especialidad de su golero, Carlos Lampe, en dejar transcurrir el reloj a cualquier precio.
En la mente del Tigre estaba el diseño de una propuesta agresiva. La prueba de ello es que saltó al campo de juego con cinco elementos de marcada tendencia ofensiva: Darío Osorio, Carlos Palacios, Víctor Dávila, Ben Brereton y su amuleto, Eduardo Vargas. El plan era el más ofensivo de los que había alistado en Macul. Sin embargo, el funcionamiento estaba lejos de sus expectativas. Para colmo, como si se tratara de un infausto designio, en los 13′, Carmelo Algarañaz aprovechó un desajuste defensivo para marcar el 0-1 y silenciar completamente a un semivacío recinto ñuñoíno que, ciertamente, no presentaba un ambiente propio de Eliminatorias.
Aunque se trataba de su planificación original, poco se entendió que, recién pasada la media hora, la paleta luminosa que indica las sustituciones mostrara el 22 de Ben Brereton. ¿Su reemplazante? Vicente Pizarro, volante de buenas condiciones técnicas, pero defensivo por definición. Mantener el control del balón tampoco parecía una tarea demasiado compleja, considerando la disposición del rival.
De todas formas, la atención se puso sobre el trato que el estratega le estaba dando al único atacante chileno que mantiene presencia permanente en alguna de las ligas que integran el Top 5 a nivel mundial. Big Ben defiende al Southampton en la Premier League. En esta doble fecha, Gareca le utilizó por 11′ en Buenos Aires (reemplazó a Vargas) y los citados 34′ que demoró en reemplazarlo por el mediocampista de Colo Colo.
La desazón del exariete del Blackburn Rovers y el Villarreal fue evidente, aunque igualmente el delantero saludó al adiestrador con un apretón de manos. Cuando llegó a la banca, Brereton se encontró con una manifestación que bien puede traducir el descontento del equipo al trato que estaba recibiendo: prácticamente todos los suplentes salieron a recibirle. Por razones obvias, el también ‘inglés’ Lawrence Vigouroux fue quien más escuchó y entendió sus descargos.
“Simplemente buscamos mayor profundidad desde la entrada y donde vimos que a lo mejor no sincronizamos bien la contención, opté por cambiar cuando yo lo creí conveniente. O sea, en cuanto a eso tengo la posibilidad de poder hacerlo en el momento que yo quiero del partido, eso forma parte de mi trabajo: planificar, plantear…”, justificó el Tigre después de la histórica derrota por 1-2.
En la intimidad de la Roja dan cuenta de un problema de comunicación. La barrera idiomática es, en rigor, un muro. “Ni Ben le entiende a Gareca ni Gareca le entiende a Ben”, grafican. “Me llamó la atención que no hable español bien. No es un impedimento, pero me gustaría que hable español. Lo considero fundamental para estar en la Selección. Para la comunicación dentro y fuera del campo de juego”, había dicho el técnico al comienzo de su gestión. El ariete ha avanzado, pero, naturalmente, aún no domina el idioma a la perfección.
Los problemas de comunicación con Brereton (y con Vigouroux, para el caso, aunque el golero se relaciona más con el preparador de arqueros), hasta cierto punto, se entenderían, considerando la barrera del lenguaje. Sin embargo, lo preocupante son las señales que surgen desde los otros integrantes del plantel. Derechamente, los hispanohablantes, la amplia mayoría del equipo. Ahí se empiezan a dar luces de un discurso confuso, plagado de estructuras que a veces resultan incomprensibles las que, por cierto, también se escuchan en cada intervención pública del estratega.
Palabras de lado, si la referencia es estrictamente futbolística, en el duelo ante Bolivia quedó más que claro que los jugadores no fueron capaces de interpretar sus ideas o que la explicación no fue lo suficientemente clara como para que la aplicación fuese óptima. Un síntoma: la tranquilidad con la que Gareca había comenzado el partido dio paso a una inquietud permanente: el DT transitaba entre la línea lateral y la banca, para acercarse permanentemente a sus colaboradores en busca de luz. Entre ellos, el más influyente es su ayudante, el uruguayo Sergio Santín. En la cancha, los que más sufrían eran los laterales, los encargados de transmitirles los ajustes a sus compañeros.
Con Bolivia en ventaja, en pleno segundo tiempo, Gareca volvió a cambiar de planes. En rigor, el ingreso de Gonzalo Tapia y Jean Meneses lo hizo volver a la propuesta que había desplegado desde el principio, otra vez sin éxito alguno. Nuevamente, en la cancha y en las tribunas (incluso en la oficial, donde se agrupan los dirigentes) hubo miradas de desconcierto. La credibilidad del entrenador trastabillaba. Internamente, Gareca reconoció que se había equivocado en la planificación del duelo. En la antesala, había trabajado con tres formaciones probables, otra muestra de escasa claridad.
El trato a Brereton, dejando el aspecto idiomático al margen, es una abierta contradicción. El ariete es uno de los que cumple una condición basal que estableció Gareca para jugar en la Roja: militar en el extranjero. De los convocados originalmente para la reciente fecha, solo cinco jugadores actúan en la competencia chilena. A Brayan Cortés, figura en un Colo Colo que se alista para disputar los cuartos de final de la Copa Libertadores, le pesa decisivamente no haber dado el paso fuera de las fronteras, una recomendación que, por cierto, también había recibido de los staff de Martín Lasarte y Eduardo Berizzo. Al iquiqueño también dijo desconocerlo, a un mes de su arribo.
Tomando como ejemplo el caso del pórtico, llama la atención la referencia que entregó públicamente el propio Gareca respecto del llamado de Vigouroux, quien empieza a destacarse en el Swansea, de la Championship, la segunda categoría del fútbol inglés. “No lo conozco tanto, de haberlo visto nada más, pero también confío en el colaborador mío que es el preparador de arqueros. Él tiene un conocimiento más profundo y mayor en cuanto a esto”, explicó en la antesala del choque ante el campeón del mundo. “La convocatoria de él está plenamente ligada a lo que pude observar, a lo que me pueden explicar y al conocimiento que tiene mi colaborador que es mi preparador de arqueros”, amplió. Ambas respuestas produjeron sorpresa. Habrían resultado impensables en períodos más exitosos, como los de Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli, donde el conocimiento de los futbolistas era total. Ambos, de hecho, se presentaron a reuniones previas a sus contrataciones con listas estructuradas. Gareca, en cambio, ha reconocido públicamente que está en fase de conocimiento de los jugadores.
Otra muestra se da entre los volantes. Semana a semana, Rodrigo Echeverría y Williams Alarcón brillan en la mitad de la cancha de Huracán, cuarto en la tabla del fútbol argentino. El primero, además, había sido la figura más regular de Chile en una Copa América que abrió las dudas: la Roja ni siquiera fue capaz de convertir un gol. Las figuras del Globo estuvieron juntos apenas 11 minutos en la caída ante la Albiceleste. El primero fue reemplazado por Claudio Baeza, en los 72′. El segundo había sustituido a Marcelino Núñez, en los 61′. Gareca, por cierto, cuenta con un nutrido cuartel general en Buenos Aires.
Incluso, en un plano más anecdótico, Gareca demuestra que aún no conoce plenamente el contexto en que se mueve. Antes de los últimos encuentros, pidió un compromiso transversal, que involucraba el apoyo de los hinchas y hasta el periodístico. A diferencia de lo que acontecía en Perú, en Chile los magros resultados le generaron el repudio de los fanáticos y las fundadas críticas especializadas. Hasta Arturo Vidal, uno de los históricos a los que el Tigre no ha considerado, se alzó duramente en su contra. La directiva que encabeza Pablo Milad también empieza a inquietarse.