En una carta de ocho páginas enviada a la mesa de la Convención Constituyente, expresidente ricardo lagos valoró el proceso que se registra dentro del cuerpo redactor en la elaboración de una nueva Constitución, aunque Cuestionó las críticas que se han hecho al interior de la organización a los gobiernos que llevaron al país tras el retorno a la democracia.
En el texto, que firma junto a su exjefe de Gabinete, Enrique Paris Horvitz, el expresidente explica “hemos seguido de cerca los importantes e interesantes debates que se desarrollan en la Convención Constituyente. En algunas ocasiones nos hemos enterado de pronunciamientos que conciernen al período presidencial que me tocó presidir y (…) queremos hacerles llegar este texto que podría enriquecer el debate”.
“Sin duda, el acta que emane de esa Convención Constituyente será un documento histórico de gran importancia y por lo tanto Me gustaría que este texto sirviera como exposición de algunos de los actores involucrados en las decisiones de la época”agrega quién gobernó el país entre 2000 y 2006.
En la misiva, que el expresidente recomienda enviar a todos los constituyentes convencionales, Lagos repasa los logros en materia social y económica desde el gobierno de Patricio Aylwin hasta la segunda administración de Sebastián Piñera, junto con las dificultades que tuvieron que enfrentar.
Respecto a la mirada actual de los gobiernos de transición, explicó que “Nos encontramos como un grupo de escaladores que llegan del campo base a un campo más alto, con nuevas dificultades, pero más cerca de la cima. El mundo se ha vuelto más complejo y globalizado y nos presenta otras urgencias, las de una sociedad cuyos miembros son más exigentes en el ejercicio de sus derechos y las generaciones nacidas en democracia buscan expandirla a nuevos ámbitos de la vida social”, expresa en el texto el ex jefe de Estado.
Agrega que “Lo avanzado en las últimas décadas no tiene, como siempre ocurre en la historia, una visión justa y valorativa de los que hoy son mejores que antes, que se considera adquirido, la mirada es más bien crítica y se dirige hacia lo que aún no se ha logrado y la percepción subjetiva de bienestar es inferior a las cifras objetivas de desarrollo social”.
Sin embargo, reconoce que “Los buenos indicadores socioeconómicos, sin embargo, esconden una realidad que sacude conciencias y coarta nuestras aspiraciones de alcanzar el desarrollo, pues en Chile la mayoría de estos avances no se distribuyen equitativamente”. En ese sentido, destacó que “la desigualdad ha sido uno de los rasgos distintivos de Chile y América Latina a lo largo de su historia, a partir de la época colonial, pese al lento pero persistente avance de las últimas décadas, sigue siendo un lastre que el país no no parece poder separarse”.
Sin embargo, Lagos señala que “En 30 años, Chile ha progresado y pudimos crear bases sólidas que permitan avanzar en el desarrollo. Sin embargo, es necesario reconocer que la fuerza propulsora de los primeros 18 años se fue debilitando paulatinamente en los años siguientes, frenando el avance y generando un choque con las expectativas ciudadanas, malestar por la despreocupación de los funcionarios públicos por su dignidad, sus derechos y su calidad de vida. Y un sentimiento de creciente injusticia por cómo se repartían los frutos del crecimiento”.
El expresidente concluye señalando que “la profundización de la democracia es sin duda el camino para recuperar, ante los nuevos desafíos, el impulso propulsor que requiere Chile en esta nueva etapa, de desarrollo económico que debe integrar las demás dimensiones de la vida. Social”.
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