Equidad de género: ¿Y si pensamos en rostros y no solo en números?

Algunos consideran que las cifras no estremecen ni movilizan cambios verdaderos. ¿Será por eso que la ley de sala cuna universal sigue durmiendo en el Congreso tras 27 años? Según datos del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, durante 2023 solo el 50% de las mujeres de nuestro país trabajó formalmente. El 29% de las mujeres del quintil más bajo lo hizo, en contraste con la participación del 76% en el quintil más alto.

El V Reporte de Indicadores de Género de las Empresas en Chile señaló que, a medida que aumenta la responsabilidad, disminuye la presencia de mujeres. Es así como la representación femenina en los directorios es solo de 15,9% en promedio, según el Ministerio de Hacienda.

¿A cuál de estas cifras logramos poner rostro? Honestamente, ¿somos capaces de ver a colaboradoras y/o compañeras de equipo? ¿Qué tal si intentamos ver el futuro de nuestras hijas y nietas?

Existen empresas que poseen la gran oportunidad de transformarse en excelentes aliadas para poder construir un mejor país si reafirman su compromiso con las mujeres y sus familias. La economista Sheryl Sandberg explica que liderazgo significa escuchar a las personas que están envueltas en una problemática y entender su contexto. Es decir, quienes ejercen liderazgo requieren desarrollar un nuevo mindset para comprender los desafíos con profundidad.

La sala cuna universal, el teletrabajo e impulsar ternas mixtas para cada nueva vacante permiten retener talento femenino y hacer de todas las organizaciones un lugar que mejorará la productividad, la innovación y la sostenibilidad. Tal como revelan diversas instituciones internacionales – OIT, Cepal y FMI – cuando se reducen las brechas de género la economía crece más.

¿Qué pasaría si las empresas dieran la milla extra en cuanto a la corresponsabilidad social y comienzan a impulsar programas para los hijos e hijas de sus colaboradores con iniciativas educativas, recreativas y culturales que inspiren a las futuras generaciones?

Chile necesita personas como Pedro Rojas, quien en su compraventa de autos en Providencia le permitió jugar y saltar en los veranos a la hija de su secretaria, o como la familia Undurraga, quienes invitaron a recorrer sus viñedos a los hijos de sus colaboradores. Estos empleadores hace más de 30 años contribuyeron en la formación de personas como yo. Al mirar a nuestras hijas, hijos, nietas y nietos, ¿qué legado queremos dejarles en términos de equidad de género? ¿Existe voluntad para avanzar?