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Esmalte, óleo o látex: cómo elegir la mejor pintura

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Es normal que si nos dan ganas de emprender un cambio de color en nuestra casa, nos abrumemos apenas comenzamos a vitrinear pinturas. Lo más terrible es que, ya sea presencial o en línea, el efecto es el mismo: filas y filas de galones llenos de pinturas distintas, cada una con diferentes atributos, tonos y componentes. Esmalte, látex, óleo, al agua: ¿qué significa todo eso que está escrito en la etiqueta?

Si así de perdido estás, te diré que no eres el único. Para resolver nuestra ignorancia, conversamos con dos expertos sobre los tipos de pintura que existen para renovar tus espacios interiores.

Si estás pensando en aventurarte con el pintado y darle otra cara a tu casa, la primero que debes hacer es diferenciar los distintos lugares que quieres cambiar. “Para pintar una habitación, hay que saber si se trata de una habitación nueva o si ya tiene pintura”, dice Leonardo Basáez, docente de Diseño de Ambientes y Diseño Industrial en Duoc UC sede Viña del Mar.

“Si es nueva, conviene dar un aparejo”, explica el académico. “En este caso, se puede usar una pintura blanca, que puede ser látex, solo para cubrir y dejar un fondo plano”.

Gonzalo Flores es pintor en Maestrospintores.cl, empresa que surgió hace 10 años con objeto de dar soluciones rápidas y de calidad en el área del pintado. Para este maestro, lo principal es “ver las condiciones de los muros”, es decir, “si existe humedad o daños en la pared”.

Para eso, es fundamental “acercarse a un lugar donde recomienden qué tipos de productos ayudarán si es que hay humedad, y posterior a ese proceso previo, ver qué base de pintura es factible y cuál debe ser su terminación”.

Existen distintos tipos de pinturas, todas para diferentes objetivos y condiciones. Para no complicarnos la vida, Leonardo Basáez hace un resumen de los tipos más usados para pintar interiores y cuáles son sus características.

“La tipología que más se tiende a utilizar es el látex, que es en base a agua”, dice el docente. Esta se podría catalogar como la pintura típica, sobre todo porque ayuda a dar la primera mano en las paredes, lo que en la jerga se denomina como aparejo.

“Para esos casos, se puede usar una pintura blanca de látex, solo para cubrir y dejar un fondo plano”, aclara. “Luego de esto se recurre a pintar con la pintura que se seleccionó por el usuario o se creó por el maestro”.

La diferencia más grande entre el látex al agua y el esmalte al agua es que este último es lavable. “Si se mancha, le puedes pasar un paño y va a salir”, dice Leonardo Basáez. En cambio, “si yo pinto con látex y se mancha, al pasarle un paño húmedo inmediatamente se empieza a salir la pintura”. El resultado es parecido a cuando se empiezan a descascarar las paredes con la humedad.

Un punto en común que tienen el látex y el esmalte al agua es que, como son pinturas creadas en base al agua, “no tienen disolventes químicos. Por lo tanto, no permanecen estos olores fuertes, que además de desagradables son dañinos para la salud”. Ambas, además, tienen la capacidad de secarse rápido.

En otra categoría está el óleo, una pintura en base a aceites. Se suele usar para intemperie y exteriores, ya que son más resistentes a la humedad y los cambios de temperatura, pero también requieren de un tratamiento más sofisticado en la preparación de su aplicación, además de un secado mucho más lento.

Este tipo de pintura está hecha en base a disolventes sintéticos, y se usa generalmente para pintar ventanas, marcos y puertas. “Necesita sí o sí ventilación, porque el tiempo de secado es más amplio, para que no quede pegajoso”, explica Basáez. También puede ser lavable.

“Mucha gente los deja fuera pero también son importantes”, afirma Leonardo Basáez. Hay muchas variedades: están los con disolventes semitransparente, que son “para pintar las maderas directamente”, también existen los con tinte, donde se suele cubrir la madera con color blanco, y luego “te puede dar una tonalidad diferente”, dice el experto; y barnices con acabado transparente.

Esta es una categoría un poco menos común, pero existe pintura con una rugosidad distinta a la tradicional, lo que permite “un acabado diferente a la superficie, ya sea para techo como para paredes”, explica el docente. “Es como una pasta y tiene secado rápido”.

Es una recomendación obvia, pero que no todos ponen en práctica. Una vez comprada, a veces el sentimiento de probar la nueva experiencia se sobrepone a la calma, pero antes de pagar y usar algo se deben leer bien las instrucciones. Así podremos saber si las pinturas deben previamente ser diluidas en agua o con algún elemento químico.

“Muchas pinturas son de aplicación directa, pero hay algunas que dice ‘porcentaje de dilución’”, argumenta Leonardo Basáez. “Por ejemplo, los esmaltes o el látex al agua a veces requieren diluirse, para hacer rendir un poco más la pintura. Lo mismo pasa con las que tienen diluyente o solventes, ya que funcionan para que rinda más metros cuadrados”.

Además de las instrucciones de uso, la etiqueta contiene los atributos de la pintura que seleccionaste. “Ahí mismo dice cuál es su poder de recubrimiento y la durabilidad. Si tiene anti-hongos, que es muy importante para las zonas con humedad —ahora casi todas lo traen—, o también cuánto resiste a los rayos ultravioleta”, comenta Basáez.

“Generalmente uno no lee, llega y compra, o te vas por el precio”. Pero aquí, según él, la decisión debe guiarse por el proyecto que vas a ejecutar y la funcionalidad y versatilidad que necesitas.

En Maestrospintores.cl han desarrollado proyectos para empresas renombradas, como Ellus, Audi, Saxoline y hasta la embajada de Brasil en Chile. Sus acabados y terminaciones los hacen distinguirse como una empresa eficiente y seria en el rubro. Por eso, las sugerencias que nos hizo Gonzalo Flores sobre el uso para los distintos tipos pinturas tienen total autoridad.

“En ciertas partes de la casa es necesario aplicar pinturas que nos ayuden a proteger los cambios de temperatura y humedad”, comenta. Es lo que ocurre en los baños y la cocina, pero la gente suele olvidar la importancia de pintar correctamente sus paredes, especialmente el cielo.

“Ahí lo recomendable es el óleo opaco o con semibrillo, aunque también sirve el esmalte al agua lavable”, dice Flores. En aquellos cielos donde “no hay cambios bruscos de temperatura —como habitaciones o pasillos— se sugiere el látex extracubriente”.

Para los muros y las paredes interiores de nuestras viviendas, Flores recomienda “una aplicación en base a pintura y su posterior terminación con esmalte al agua lavable”.

En caso de que quieras emprender el proyecto de pintura tú mismo, Leonardo Basáez recomienda ver tutoriales. “Hay algunos muy buenos, que dicen lo que hay que hacer y también lo que no”, dice. En muchas de sus clases ha recurrido a ellos “para que el alumno se adentre en el tema”.

Otro consejo que da el docente es comprar un juego de rodillos de esponja, cinta para enmascarar y una tineta o bandeja para esparcir la pintura, para así tener terminaciones prolijas y no manchar los guardapolvos o los marcos. Y siempre, pero siempre, cubrir bien el piso con plásticos o diarios, bien sujetos con masking tape.

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