Francia se dirigía hacia un parlamento sin mayoría absoluta y conversaciones difíciles para formar un Gobierno después de que una inesperada victoria de la izquierda frustrara los esfuerzos de Marine Le Pen para llevar a la extrema derecha al poder.

Con casi todos los votos contados el domingo, el bloque izquierdista Nouveau Front Populaire (NFP) había ganado la mayoría de los escaños en las elecciones anticipadas de alto riesgo, un severo golpe para el partido Rassemblement National de Le Pen, que había visto una mayoría parlamentaria al alcance.

El resultado representa un éxito rotundo para la estrategia coordinada anti-RN, en la que la izquierda y el centro retiraron tácticamente a sus candidatos de las papeletas de segunda vuelta.

Pero el resultado dejará a la segunda mayor economía de la Eurozona en un limbo sobre su próximo gobierno, sin que ningún bloque se acerque a una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional de 577 escaños.

Con el 96% de los votos contados, el NFP había asegurado al menos 174 escaños, seguido por la alianza centrista Ensemble del presidente Emmanuel Macron con 146 escaños, una gran caída desde los aproximadamente 250 que tenía en la Asamblea Nacional saliente.

Mientras tanto, el partido de Le Pen fue empujado al tercer lugar por la táctica conocida como el frente republicano, ganando unos 142 escaños. Sin embargo, esto fue un aumento significativo respecto a los 88 diputados que tenía en la asamblea anterior.

Hubo exclamaciones de horror y lágrimas en la fiesta electoral del RN cuando llegaron las primeras estimaciones de resultados el domingo.

Le Pen dijo que la victoria de su partido solo había sido “retrasada” y que la “marea” de la extrema derecha estaba “creciendo”. Señaló que el RN había duplicado el número de sus diputados.

Jean-Luc Mélenchon, el incendiario anticapitalista y líder de la extrema izquierda La France Insoumise (LFI) dentro del NFP, adoptó un tono combativo, llamando a Macron a nombrar a un primer ministro de izquierda.

“El presidente tiene el poder, el deber, de llamar al Nouveau Front Populaire a gobernar”, dijo, comprometiéndose a aplicar el programa económico de altos impuestos y alto gasto del NFP que asustó a los inversores.

“La voluntad del pueblo debe ser estrictamente respetada… La derrota del presidente y su coalición está confirmada”, dijo Mélenchon.

Formado apresuradamente después de que Macron convocara las elecciones anticipadas el mes pasado, el NFP también incluye al centrista Parti Socialiste (PS), a los comunistas y a los verdes.

Los resultados proyectados fueron recibidos con júbilo en un evento electoral del PS en Belleville, París, con cánticos de “frente popular” y una ronda de La Marsellesa.

“Es brillante, por supuesto que es brillante”, dijo Nicolas Mayer-Rossignol, alcalde del PS de Rouen y una figura destacada del partido, al Financial Times.

El programa económico del NFP sería un cambio importante con respecto a la agenda favorable a los negocios y la pasión por los recortes de impuestos de Macron.

El euro cayó un 0,3% frente al dólar después de que las proyecciones sugirieran que la izquierda había ganado la mayoría de los escaños en el parlamento.

Francia parece dirigida hacia un período de incertidumbre política que tendrá repercusiones tanto para Francia como para la UE, dado el papel destacado de París en la influencia de la política del bloque, junto con Alemania.

En el sistema francés, el presidente elige al primer ministro, que típicamente proviene del partido con la mayor delegación en la Asamblea Nacional, incluso si no tiene una mayoría absoluta.

El primer ministro de Francia, Gabriel Attal, que asumió el cargo en enero y dirigió la campaña de Ensemble, dijo que renunciaría el lunes pero continuaría como interino mientras sea necesario.

A pesar de que Mélenchon se posicionó para convertirse en primer ministro, otras facciones dentro del NFP se han opuesto firmemente a la idea y también aspiran al puesto.

Macron y sus aliados han descartado formar un gobierno con LFI o RN. Funcionarios de Ensemble buscarán en cambio acercarse a los moderados dentro del NFP, como los socialistas y los verdes, y a los conservadores Les Républicains, para medir su interés en trabajar juntos, dijo un funcionario del Elíseo. Sin embargo, forjar este tipo de acuerdo podría resultar difícil dadas las diferencias entre los partidos.

Una última opción sería nombrar un gobierno tecnocrático liderado por una figura experimentada pero no partidista, aunque esto no es para nada tradicional en la política francesa.

Aunque los resultados son mucho mejores de lo esperado para Macron, su autoridad aún saldrá debilitada de las elecciones.

Macron en junio se arriesgó al convocar la votación anticipada después de que su alianza centrista Ensemble fuera derrotada por el RN de Le Pen en las elecciones parlamentarias europeas.

El presidente defendió la medida, que sorprendió e irritó a muchos incluso en su propio campamento, como un momento necesario de “aclaración”.

Bernard Sananes, jefe de la encuestadora Elabe, dijo que los resultados representaban una “victoria” de los partidos centristas e izquierdistas formando un “frente republicano”, diciendo que la participación aumentó en carreras importantes contra la extrema derecha.