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García Ruminot: “Lo que hizo Hacienda con el ajuste fiscal es realismo”
El presidente del Senado, José García Ruminot (RN), hace una buena valoración del acuerdo marco alcanzado en la Comisión Especial Mixta de Presupuesto esta semana. Este texto permitió enviar el proyecto de presupuesto 2025 para ser revisado la próxima semana por la Cámara de Diputados y luego pasado al Senado.
Para el legislador, el cambio que hizo Hacienda en los ingresos y el menor gasto se debió a que se dieron cuenta de que las cifras fiscales no cuadraban y, por eso, valora lo hecho por el Ejecutivo.
A sólo un mes de presentar el presupuesto, el gobierno hace un ajuste de 600 millones de dólares. ¿Cómo analiza este cambio de escenario entregado por el Ministerio de Hacienda?
-Para analizar el proyecto de Ley de Presupuesto 2025 hay que remontarse a lo que está pasando en 2024. Y ahí lo que vemos es que los ingresos no están teniendo el cumplimiento que se esperaba. Las proyecciones hechas este año están reflejando un mayor déficit fiscal y eso nos demuestra que los parámetros fiscales que el propio Ejecutivo fijó para el año no se están cumpliendo y eso encendió muchas alarmas.
¿Los mensajes entregados por el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) en la misma Comisión Mixta de Presupuesto fueron la base para iniciar este trabajo de negociación con el Tesoro?
-Ha habido una gran coincidencia entre distintos analistas, con distintas sensibilidades, en que han llamado a la prudencia y a tener mucho cuidado con los ingresos proyectados en el presupuesto de 2025. Esto, porque ya teníamos la sospecha de que los ingresos de este año estaban sobreestimados. Esta opinión también la expresó la CFA, que es una entidad muy valorada. Estas acciones fueron las que llevaron al Tesoro, y me imagino también al Presidente de la República, a tomar esta decisión de ajustar gastos e ingresos.
Pero el gobierno presentó el presupuesto el 30 de septiembre y las discusiones comenzaron la primera semana de octubre. Ahora recién estamos a 8 de noviembre y ya hizo un ajuste en sus variables macro. ¿Cómo se lee este cambio, que para varios economistas no tiene precedentes?
-Es la suma de varias circunstancias, de varias situaciones. El primero de ellos es el incumplimiento de las estimaciones de ingresos para 2024. Así se ha confirmado con los números de esta última semana. Y el balde de agua fría para todo esto fue el Imacec de septiembre del 0%. Todas estas variables económicas están asociadas entre sí, porque si la economía no crece es muy difícil que la recaudación tributaria crezca. Esto hizo que el gobierno se diera cuenta de que tenía que tomar medidas con respecto al año 2024 y 2025.
¿No les parece extraño que en tan sólo un mes el gobierno haya tenido que cambiar sus proyecciones?
-Desde que se presentó el proyecto de presupuesto 2025 empezamos a decir que se sobrestimaron los ingresos. También quiero ser muy enfático en eso, los ingresos para 2024 estuvieron y están sobreestimados. También se sobreestimaron los ingresos para 2025.
¿Hubo voluntarismo por parte del gobierno al presentar el presupuesto 2025?
-El gobierno tenía la esperanza de que el 2024 fuera mejor y dado que esas proyecciones no se están cumpliendo era muy difícil lograr un crecimiento del 8,2% en los ingresos para el 2025. Lo que hizo el Tesoro con el ajuste fiscal es realismo, es aceptar la hechos económicos que están ocurriendo.
Durante el debate, ¿cómo vio la recepción de este acuerdo por parte del oficialismo?
-Las opiniones que se emitieron el jueves en la Comisión fueron contradictorias. No hubo una posición única de apoyar o no este protocolo. Entiendo que no les ha resultado difícil, por supuesto, pero la coincidencia de opiniones técnicas ha sido tan fuerte y unánime que incluye incluso a los economistas que participan en los partidos de gobierno.
¿Con este acuerdo marco será más expedita la discusión presupuestaria?
-Aún tenemos que construir acuerdos y resolver temas, que también faciliten la ejecución del presupuesto. Existen varias preocupaciones, por ejemplo, respecto de las transferencias de los gobiernos regionales, tanto a entidades públicas como a entidades privadas. Si bien hay que asegurar que los recursos públicos se inviertan de buena manera, con controles adecuados, los presupuestos tienen que ejecutarse, porque de nada se consigue aprobando una buena ley, con grandes sumas de recursos si no se ejecutan. Está muy bien poner controles, pero ponemos tantas dificultades, tantas etapas para poder invertir, tantas autorizaciones que finalmente terminamos por no ejecutar. En 2024 nos ha pasado un poco eso. La ejecución ha sido baja y necesitamos cambiar esa dinámica.
En ese momento, ¿estaba el gobierno abierto a hacer cambios?
-Necesitamos seguir hablando. Hay mucha preocupación por la prohibición de la subcontratación y todos sabemos que muchas de las grandes obras a través de la subcontratación permiten una mayor agilidad, ahí aún falta seguir hablando con la Dipres.
Estas mayores trabas en los presupuestos de los gobiernos regionales se establecieron como respuesta al mal uso de estos recursos tanto por parte de los gobernadores regionales como de los seremis. ¿Cómo encontrar el equilibrio para no obstaculizar la inversión?
-Exactamente, tenemos que encontrar el equilibrio, pero el equilibrio no puede ser que lo detengamos todo. Porque si es así, entonces no aprobemos presupuestos. Al final lo que hay detrás de todo esto son aspiraciones ciudadanas, soluciones ciudadanas, la gente quiere su cargo, quiere su escuela en buenas condiciones, quiere su carretera en buenas condiciones, quiere su casa en buenas condiciones, quiere mejorar su calidad de vida. vida. Evidentemente es necesario tener controles adecuados para evitar el mal uso de los recursos y por tanto el equilibrio entre ejecución y controles es fundamental.
Otro tema que ha estado en el debate son los recursos para la Salud. ¿Cómo percibe el presupuesto para esa partida?
-Escuchamos al ministro en la Comisión Mixta de Presupuesto. Hay demasiada diferencia entre la presentación del ministro y lo que vemos en la realidad. El ministro, de alguna manera, nos da a entender que, si hay dificultades, que hay situaciones que ameritan mayor preocupación, todo estaría bajo control. Sin embargo, la impresión que tengo y que tienen entidades como el Colegio Médico, es que la situación no está bajo control, sino que, por el contrario, es una crisis peligrosa. Lo dijo el propio senador Juan Luis Castro. Necesitamos hablar, ser honestos y probablemente tomar medidas que puedan garantizar que los recursos estén siempre ahí.
Las críticas que hace el Ministro de Hacienda de que hay problemas de gestión en algunos hospitales, ¿qué análisis hace?
-Hay hospitales donde efectivamente hay problemas de mala gestión. Hay otros que están bien gestionados y que les permiten tomar medidas administrativas, pero hay otros en los que los presupuestos están mal estimados, entonces llegan a septiembre sin recursos y lo que hacen es empezar a gastar presupuestos para el año siguiente. Eso también nos pasa mucho a nosotros. Tenemos que mirar con mucha atención la gestión del presupuesto del Ministerio de Sanidad para cada uno de los servicios, en cada uno de los grandes hospitales.
Y en materia de educación, ¿el debate tampoco permite prever un resultado fácil?
-El presupuesto de Educación está mal distribuido. Todo el crecimiento del gasto se lo lleva la Subsecretaria de Educación Superior. Incluso dentro del mismo sistema existe preocupación porque muchos recursos van a las universidades y muy pocos a los centros de formación técnica, cuando hay otro reconocimiento de que el país necesita formación de técnicos. . Todavía es necesario avanzar en un mayor diálogo.
Entonces, ¿el protocolo firmado esta semana no garantiza una tramitación más expedita del presupuesto?
-Hay buen ánimo, voluntad y disposición, porque a todos nos interesa tener un buen presupuesto, pero, por ejemplo, en Educación, al protocolo general de gasto e ingresos públicos, empezamos a construir uno específico con temas específicos. a esa cartera. En este caso estamos avanzando, pero por desconfianza, porque el año pasado también firmamos uno, pero prácticamente no se cumplió nada de lo prometido y, por tanto, los problemas siguen.