Gastón Saavedra, senador PS e integrante de la Comisión de Trabajo: “No es que no me guste (la AFP estatal). Lo que pasa es que estoy disponible a dejarla en compás de espera”
El senador socialista, Gastón Saavedra, forma parte del selecto grupo de los cinco senadores que tienen voz y voto en la comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara Alta, donde se está debatiendo uno de los proyectos que concentra las miradas del mercado: la reforma de pensiones.
“Estábamos en un punto muerto y haber tenido un acuerdo de la comisión es un hito importante para que se pueda seguir avanzando, sobre todo considerando que tenía plazos”, destacó Saavedra en entrevista con DF.
“Si (algo) se transforma en un punto que sea inexpugnable, evidentemente que habría que postergarlo porque no podemos poner en peligro la reforma”.
– El Gobierno ha dicho varias veces que tiene un optimismo moderado. ¿Qué tan optimista está usted?
– Ni aliciente ni moderado, optimista nomás. Confío en que se cumplan los acuerdos que hemos contraído y seguir avanzando en el proceso legislativo en los tiempos que están establecidos.
– ¿Cómo ve el ánimo al interior de su coalición? El senador Alfonso de Urresti planteó algunos reparos en la Sala.
– Sí, pero votó a favor. En esto puede haber existido alguna preocupación, es legítimo, pero votó a favor porque entiende que es lo que podemos lograr.
Tener una reforma previsional que nos garantice mejores pensiones es el objetivo político de todos y en ese camino estamos.
Por lo tanto, la controversia y puntos de lejanía creo que no hay y si los hay, diría que están fuera de discusión, porque tenemos que aunar esfuerzos para la reforma previsional, no para cuestiones y aspiraciones que pueden ser muy loables, pero que no se alcanza con lo que tenemos hoy en cuanto a la representación en el Senado.
– ¿Ve la posibilidad de tener una reforma más cerca?
– Sí, lo veo más cerca.
“Hay que enfocarse en el propósito”
– ¿Cómo se explica la diferencia entre el Gobierno y la comisión técnica por la división de la industria?
– Es normal que haya diferencias porque es una discusión compleja. Pero tenemos que entender que estamos tras una reforma donde podemos reinstalar la seguridad social y, que además, lo estamos haciendo en minoría, por tanto, lo que se pueda lograr es para lo que alcance el acuerdo.
Hay que enfocarse en el propósito, con la creación de un nuevo sistema y que a lo mejor es el primer piso del edificio que podremos alcanzar en este tiempo político. Ya habrá una correlación de fuerzas distintas y ahí seguiremos profundizándolo. Es mejor avanzar que retroceder.
– ¿Para usted es un tema prioritario la reorganización de la industria o hay puntos más relevantes?
– Para mí es indispensable mejorarles la pensión a los chilenos y garantizarles en el futuro mejores pensiones a todas las generaciones nuevas; que las comisiones bajen y que mejore la competencia de la industria.
– Si hubiera que sacrificar algo, ¿qué sería?
– Eso se va a ir dando paso a paso en la discusión. Si (algo) se transforma en un punto que sea inexpugnable, evidentemente que habría que postergarlo porque no podemos poner en peligro la reforma. Hoy, en lo que no hay que ceder es en alcanzar una reforma y si hay que ceder algún punto en que las distancias sean siderales, bueno, habrá que ceder.
– Ha dicho que una AFP estatal sería “un león sin dientes”. ¿Qué es lo que no le gusta de un actor público?
– No es que no me guste. Lo que pasa es que estoy disponible a dejarla en compás de espera porque no tenemos los votos como para dotarla de las suficientes facultades para que compita en igualdad de condiciones. Entonces, para qué voy a tener algo que no va a poder funcionar como corresponde y después me van a representar que para eso quiero entidades públicas que lo hacen mal. Si se permitiera una competencia en igualdad de condiciones, con las mismas facultades y todo eso, fantástico. Pero si la mayoría la va a esquilmar, no me interesa.
– Eso también despeja una alerta para la licitación del stock de afiliados, es decir, que se haga sin participación del Estado…
– Evidentemente, porque es juez y parte. Pero tenemos que hacer una licitación para poder avanzar.
– ¿Es partidario de licitación del stock, sin participación del Estado?
– No es bueno que nadie sea juez y parte.
– Ese era uno de los puntos que hizo la comisión técnica…
– Así es y hay que hacerle caso.
Mesa técnica
Saavedra sostuvo hace algunos días que avalaba en un 100% los resultados de la mesa técnica, pero reitera que la decisión final es política de los senadores que componen la comisión.
“En la vida hay que ser coherente porque nosotros nos hicimos cargo de que hubiera técnicos trabajando y, ¿después yo le voy a quitar el piso? Es improcedente eso”, dijo.
– Pero el Gobierno le quitó el piso con la división de la industria. ¿Eso no es incoherente?
– Bueno, pero son opiniones que se dan al calor del debate.
– No son sólo opiniones…
– Bueno, pero ya veremos cuando estemos en pleno debate a qué acuerdo arribamos.
– ¿Va a seguir trabajando con sus mismos técnicos, Paula Benavides y Juan Pablo Letelier?
El hidrógeno verde es un combustible limpio que puede usarse en la industria química, petroquímica, siderurgia y transporte, entre otras aplicaciones. Ha generado, por lo tanto, interés tanto del sector privado como de los gobiernos en el camino hacia la transición energética. En Chile, se han anunciado a la fecha más de 70 proyectos de hidrógeno verde (H2V), los que suman una inversión cercana a los US$ 500 mil millones, y con el potencial de generar más de 100 mil puestos de trabajo.
La región que genera mayor interés es Magallanes, que podría producir el 13% del H2V mundial, con un potencial eólico que superaría en siete veces la actual matriz eléctrica chilena. Pero existen crecientes voces ciudadanas que piden un análisis más profundo del impacto de este tipo de proyectos.
El desarrollo del hidrógeno verde no solo depende de su viabilidad técnica o económica, sino que de cómo se gestione las expectativas de actores comunitarios relevantes, tanto locales como nacionales.
Según un análisis de Teco Group, de los 10 proyectos vinculados a H2V ingresados al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) entre 2020 y 2024, tres se ubicarían en la Región de Antofagasta, tres en Valparaíso y cuatro en Magallanes. Sin embargo, las iniciativas de Magallanes concentran el 92% de las observaciones ciudadanas.
“Magallanes concentra altas expectativas del Estado para posicionar a Chile como un actor estratégico a nivel mundial en la industria, pero al mismo tiempo están surgiendo preocupaciones desde distintas organizaciones por los posibles impactos de este tipo de proyectos. Magallanes tiene buena calidad de vida. La gente quiere mejoras, pero no alteraciones radicales en su entorno y/o cotidianidad”, explicó a DF el consultor de Teco Group, Cristián Varela.
Principales observaciones
En concreto, de las cuatro iniciativas relacionadas con hidrógeno verde que se han presentado al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) para la región, dos de ellas han recibido observaciones ciudadanas: Parque Eólico Faro del Sur y Planta de combustibles carbono neutral Cabo Negro -ambas de la empresa HIF- hasta el 31 de julio de 2024.
De acuerdo a la descripción ingresada al SEIA, el proyecto Parque Eólico Faro del Sur contempla la construcción y operación de un parque eólico, en la comuna de Punta Arenas, con una potencia nominal de 384 MW y una vida útil proyectada de 29 años. El parque estaría conformado por 64 aerogeneradores de tres palas, que se distribuirán en una superficie predial total de 3.791 hectáreas, aproximadamente.
Por su parte, la Planta de combustibles carbono neutral Cabo Negro consiste en la construcción y operación de una planta química de e-combustibles para la producción de e-Metanol (CH3OH), e-Gasolina y e-GL (gas licuado), que se ubicaría en Punta Arenas, en una superficie aproximada de 57,97 hectáreas.
En total, se presentaron 370 observaciones y ocho personas concentran el 51% de ellas: cinco residen en Magallanes y tres en la Región de Valparaíso.
El tema “aves” fue el único común presentado por los ocho observantes. Las críticas hacen referencia a la falta de detalle en la información referente a rutas y altitudes de vuelo, así como a las especies identificadas. Se solicita una nueva valoración de impactos y evaluación de las medidas de mitigación.
Además, se señala la omisión de la consideración de espacios reproductivos vinculados al soterramiento de la línea de transmisión y la falta de atención a los sitios de nidificación. También se cuestiona la metodología empleada para la identificación de especies nocturnas, entre otras temáticas.
Otro de los temas abordados es “impacto en fauna” (por siete observantes), como la omisión de los efectos del soterramiento de la línea de transmisión, impacto en invertebrados y vertebrados terrestres, insuficiente consideración de rutas de mamíferos, entre otros.
También se plantea como temática la “relación con planes y programas regionales” (siete observantes), buscando que se especifique cómo el proyecto se integrará y adaptará a los diversos instrumentos de planificación territorial en la región.
A eso se sumaron observaciones sobre “geomorfología/geografía” (seis), “paisaje” (cinco), “especificaciones sobre subproductos generados” (cinco) y “residuos sólidos domiciliarios” (cinco), entre otros.
Los desafíos
Según Varela, existen dos grandes desafíos: cómo crear un entorno favorable para la tramitación de proyectos y, al mismo tiempo, cómo monitorear la sensación ambiente y nivel de expectativas.
“En el primer caso, se está tramitando la ley que busca agilizar y robustecer el sistema de permisos y tramitación de proyectos; en el segundo, hay que tener claro que no se trata solo de descarbonización o energía limpia para combatir el cambio climático, sino también de generar beneficios concretos y visibles a nivel local”.
En este sentido, el informe de Teco Group puso énfasis en que el desarrollo del hidrógeno verde no solo depende de su viabilidad técnica o económica, sino que de cómo se gestione las expectativas de actores comunitarios relevantes.
Además, resaltó la importancia de que existan espacios de diálogo locales, pero también en el país, “teniendo en cuenta que la Región de Magallanes, en particular, está siendo observada por grupos ambientalistas a nivel nacional”.