A finales de la semana pasada, JP Morgan esperaba que el IPC subiera un 0,53% en enero. Pero luego de que el INE mostrara el lunes una suba desestacionalizada en el índice de remuneraciones reales de diciembre, elevó su expectativa a 0,58%.
“En cualquier caso, los datos sorprendieron al alza”, admite el economista jefe para el Cono Sur del banco de inversión estadounidense, Diego Pereira.
– ¿De dónde viene la sorpresa?
– Sabíamos que en enero había un componente de incertidumbre anormalmente alto, asociado al IVA a los servicios, especialmente en relación al impacto que no es directo sino indirecto a través de las cadenas productivas de bienes y servicios finales. El análisis más granular de la información me sugiere que este factor explica en gran medida el error en el pronóstico.
– ¿Existe también un efecto de la indexación?
– Sí juega un papel importante la indexación, uno de los principales factores que nos ha llevado a pronosticar un nivel de inflación promedio y al cierre del año por encima del escenario central del Banco Central. Dicho esto, entiendo que el papel de la indexación en la sorpresa de enero fue limitado.
– ¿En qué medida lo ocurrido en enero cambia el escenario para este año?
– El dato de inflación de enero se suma a otros que también son relevantes. Los últimos datos macro están en línea con una mayor, aunque moderada, presión inflacionaria. Por ejemplo, cuando se desestacionalizó, los salarios reales aumentaron en diciembre, la política fiscal es expansiva y la actividad fue más fuerte de lo esperado. Contrarresta en parte, por ahora, la mayor fortaleza a la esperada mostrada por el peso chileno.
– ¿Qué papel jugará la caída del tipo de cambio en la inflación forward?
– La apreciación del peso chileno ayuda a desinflar los bienes transables, aunque el traspaso del tipo de cambio a los precios finales suele ser más limitado que en períodos de depreciación del peso. Estamos contando con un tipo de cambio al final del año que es casi un 7% más fuerte que lo que se suponía a finales del año pasado. Eso se traduce, en promedio, en casi 30 puntos básicos de desinflación.
– ¿Se está quedando corto el 3,6% proyectado por el Banco Central para diciembre?
– Con base en los datos de inflación de enero, así como la información macroeconómica conocida en las últimas dos semanas, se revisó al alza la inflación de diciembre de 2023, a 5,2%, nivel muy superior al proyectado por el Banco Central en ese momento. A pesar de la cifra de enero, la inflación anual seguirá su trayectoria descendente.
– ¿Qué significa esto para la tasa? ¿Cuándo espera que comiencen los recortes?
– El escenario base revisado asume que el Banco Central puede comenzar a reducir la TPM en el segundo trimestre del año, pero es más probable que esto ocurra en mayo que en abril. Nuestro escenario base asume que la TPM converge a 8% al cierre de este año.
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