- “La razón principal que me lleva a tomar la decisión (dejar católica) fue que la que me llamé fue el centro de Rosario. No fue ningún club para mí. Probablemente sea el club más importante de mi vida”
Juan Antonio Pizzi dice que su ciclo al mando de la mañana de Santiago había terminado, aunque restó un par de días para que el contrato concluyó. A pesar de cumplir una gran campaña el segundo semestre de 2009 en el Club de autobuses, para el antiguo delantero central de Rosary, River Plate, Barcelona, ingreso a otros clubes, y con un paso a través de la selección de España, después de nacionalizar, el desafío de asumir en la UC llegó casi por casualidad.
Su tránsito por San Carlos de Apoquindo tuvo su punto máximo en ese notable título de 2010 (torneo largo), cuando lo arrebataron a Colo Colo en el tramo final del campeonato. Sin embargo, la dolorosa derrota contra la U, en la final de la apertura de 2011, marcó lo que sería una partida sorprendente.
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–¿Qué recuerdos son hace 16 años, cuando se estrena como entrenador en la mañana de Santiago?
Mi debut como entrenador fue antes de mi llegada a Chile. Debuté por un pequeño período en Columbus (Santa Fé). Tenía solo tres juegos, perdimos los tres. Para mí fue un golpe muy grande. Era un freno para mis aspiraciones. Toda esta situación que viví en Columbus, aunque fue un gran aprendizaje, también fue muy doloroso. Luego, tuve un año en la Liga Peruana, en San Martín de Porres. Era un fútbol que no sabía, pero tenía muchas referencias, porque había sido un compañero y trabajé con la quimioterapia (Guillermo) del Solar, quien rápidamente dio a conocer al fútbol peruano. Luego empiezo en Chile, y allí desde mi llegada a la mañana de Santiago, mi carrera comienza con continuidad como entrenador. Están ocurriendo una serie de eventos de proyecciones deportivas que estoy cumpliendo y existe la posibilidad de haber dirigido a jugadores muy importantes. (Estoy) orgulloso de haber podido hacerlo.
-¿Cómo fue ese cambio de pasar de un equipo tan pequeño a un club tan grande, como la Universidad Católica, y tener la suerte de poder ganar un título?
En Santiago Morning hicimos una muy buena campaña, no sé si lo mejor en la historia del club, sino entre los tres mejores. Justo cuando estoy a punto de terminar mi contrato, hubo algunos o dos juegos, y viajo a Argentina, porque teníamos una fecha de FIFA y cuatro o cinco días libres. Cuando estoy en Argentina, Tati Buljubasich me llama, quien había sido mi compañero en Tenerife y Rosario Central. Me pregunta: ‘¿Qué estás haciendo?’ Le digo que estoy terminando (contrato) en dos semanas. Me dice: ‘MirarEs muy probable que vaya como director deportivo a Catholic. ¿Quiero saber si puedo considerar tu nombre? “Por supuesto, Tati”, dije. Estaba muy feliz en ese momento, porque ya habíamos alcanzado el límite de nuestras aspiraciones con la mañana de Santiago. Me vuelvo a Chile, me llama dos días y me dice: ‘La junta quiere tener una reunión con tú‘. Encontraré el directorio de los católicos, con Tati, y los tres días que comunican que tienen intenciones de contratarme y yo resuelve mi situación. O más bien, se resuelve, porque el campeonato se terminó con la mañana de Santiago. Y desde allí empiezo a trabajar en el católico. Había estado trabajando en Chile durante dos o tres años y sabía sobre el fútbol chileno, cómo se movió, donde las mejores posibilidades deportivas, el nivel de los jugadores, los tribunales, los viajes, todas esas cosas estaban. Sin lugar a dudas, era una opción inmejorable para mí, y más considerando que el que estaba por encima del mío era un amigo y ex compañero, al igual que Tati.
-¿Qué significaba ganar un título para Colo Colo, uno de los mejores rivales?
Fue un campeonato histórico. Cuando tenemos que enfrentar a Colo Colo, no recordé si diez o nueve juegos (N. de la R.: Ocho juegos). Necesitábamos vencer a Colo Colo, en mi opinión, jugamos un juego fantástico, pero perdimos. Y creo que tenemos 8 o 9 puntos (N. de R.: 7 puntos) que faltan 24, tal cosa. Recuerdo que la charla que dio la publicación, en el primer entrenamiento, fue que si pudiéramos garantizar abordar ese nivel que habíamos demostrado con Colo Colo, íbamos a tener posibilidades. No solo estábamos en ese nivel, sino que estábamos mejorando, sino que ganamos los juegos que nos quedamos. Colo Colo, que perdió un juego para el último, necesitaba ganar y empató. Y nosotros el último juego ganamos, dejamos a los campeones. Y vencimos al Everton del Local 5 a 0. Pero allí el equipo ya era un reloj, el nivel de los jugadores y profesionales era muy bueno. La alegría que siempre genera ganar con un equipo, el tercero más grande en Chile, porque creo que Colo Colo y la U en términos de masa social se mueven más que católica, fue muy grande.
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-Se propósito de lo que dices sobre la masa social. ¿Crees que la Universidad Católica está un paso por debajo de términos de grandeza de Colo Colo y U solo para lo social o el nivel de organización?
Solo para lo social. En todo lo demás son muy similares, es el nivel más alto en Chile en términos de instalación, organización, cumplimiento. Incluso creo que el católico es mucho más ordenado estos últimos 10, 15 o 20 años que los otros equipos.
-Ta gente se sorprendió con su partida católica. ¿Qué le pasó a su cabeza al decir “Dejo un proyecto para ir a otro”, independiente que fue Central, Your Life Club?
Dejamos campeones el primer año. El segundo año hacemos un campaña Nuevamente, terminamos primero en la fase regular. Juguemos el Playoffs Y ganamos en los cuartos de final, semifinales y vamos a jugar la final contra la U. El primer juego ganó 2 a 0 y el segundo juego, perdiendo solo de 1 a 0 que éramos campeones nuevamente. Y bueno, desafortunadamente lo perdimos, lo perdimos mal. Tuvimos la expulsión, me parece que fue de Tommy Costa, quien lo expulsa a los 20 minutos de la primera mitad. Perdimos ese juego, perdimos el campeonato, y noté que algo que fue muy sólido y que, desafortunadamente, para ese resultado, había sido muy dañado y que sería difícil corregir. Del mismo modo, la razón principal que me lleva a tomar la decisión fue que me llamó Rosario Central. No fue ningún club para mí. Probablemente sea el club más importante de mi vida, porque debuté allí, porque viví muchas cosas, porque tuve la suerte de ser profesional en ese club. Fue, en citas, como una obligación que sentí con Central, sabiendo que estaba en la B, que iba a haber muchas dificultades cuando trabajara. Pero muchas veces tienes que tomar decisiones. Uno no tiene mucha capacidad para el análisis porque no tiene tiempo, porque las emergencias son muy fuertes. Tomé esa decisión de la cual obviamente no me arrepiento, a pesar de todo el dolor que me causó el final del año siguiente.