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A partir de 2022 el Municipio de Vitacura y Santa Mónica Bienes Raíces e Inversiones -firma encargada de operar el centro gastronómico BordeRío- están envueltas en una disputa judicial.
¿La razón? En septiembre de 2022, la concesionaria presentó un demanda de acción declarativa de derechos e indemnización de daños y perjuicios contra el municipiocuyo objetivo era que el tribunal declarara que la pandemia constituyó un “hecho sobreviniente, imprevisto, irresistible y transitorio para las partes”, que, a su juicio, debía conducir a la suspensión del plazo del contrato de concesión.
A mediados de junio de este año, el 11º Juzgado Civil de Santiago falló a favor del demandante, prorrogar el contrato de concesión iniciado hace más de 30 años por un período adicional de 17 meses.
Luego de esto, el municipio presentó un recurso de apelación ante el Tribunal de Apelaciones anulará el fallo de primera instancia y se rechaza la pretensión del concesionario.
En conversación con Diario Financiero, el gerente general de la firma, Julio Riutort, expresó su preocupación por el futuro del centro gastronómico, debido a que El período de concesión finaliza en febrero de 2025.y el municipio no está dispuesto a llegar a un acuerdo, ni ha iniciado el proceso de licitación correspondiente.
– ¿Por qué crees que llegaron a donde están hoy?
– Desde el punto de vista del municipio, porque está obligado a recurrir por ser un servicio público. Desde nuestro punto de vista, sin duda, ante un fallo de primera instancia tan contundente como el dictado por el juez, en el que nos concedió todo lo que le solicitamos, nos parece que era el momento de hablar para ejecutar el fallo. Sin embargo, no hemos encontrado buena acogida.
– ¿A qué se debe esta reacción del municipio?
– No sabemos por qué están en esta parada. Nos aterroriza. No entendemos qué quiere el Municipio de Vitacura, no ha calculado bien las consecuencias. El contrato de concesión vence en marzo de 2025. Tenemos que darle seguridad jurídica a nuestros operadores y a las familias que trabajan. Es una situación compleja.
– ¿Has podido sentarte y hablar con ellos?
– Nos hemos sentado con la dirección jurídica, pero no han respondido adecuadamente. Y de repente se hace un silencio total. Entonces, hoy no nos queda más que agilizar el asunto ante la Corte de Apelaciones, para que el recurso presentado pueda ser discutido rápidamente.
– ¿Qué pasaría si se llega a la fecha de finalización de la concesión sin acuerdo?
– BordeRío puede tener que cerrar. Si llegamos a esa fecha sin acuerdo y con juicio abierto, el ayuntamiento no podrá tomar posesión efectiva del local y no se podrá licitar. En otras palabras, el poste sería desechado. ¿Te imaginas? Además, el municipio no está en condiciones de asumir el coste de mantenimiento de este centro.
– ¿Están tomando medidas ante este posible escenario?
-Estamos ante una incertidumbre gigante, pero tenemos un contrato más fuerte y potente que esta sensación, que es la sentencia del tribunal. El fallo nos dio una extensión del plazo del contrato por 17 meses. Creemos que esto es suficiente para seguir gestionando BordeRío, esperamos que la Corte lo tenga en cuenta.
-Pero los juicios no son rápidos…
– Sí, esto puede durar años. Por eso queremos acelerar todo y sentarnos a hablar con el municipio. Es lógico llegar a un acuerdo.
Durante estos meses explotaron a todos los niveles los rumores sobre el futuro de BordeRío, incluido el debate sobre nuevos destinos para ese centro, como su conversión a sede del programa comunitariocomo Vitacultura y Vitamayor, entre otras. Asimismo, se ha considerado la conveniencia de traspasar las instalaciones a la gestión directa del municipio.
Si bien Riutort señaló que el municipio sí evaluó estas opciones para el centro gastronómico, el ejecutivo comentó que “eso ya es cosa del pasado, el municipio quiere licitar BordeRío para que un privado se haga cargo”.
– ¿Por qué se descartaron las otras opciones?
– Según la conversación que tuvimos con el alcalde, para modificar la estructura que tiene BordeRío se tendría que demoler entre un 20% y un 30% de la estructura existente, debido a la nueva normativa de construcción. Entonces lo más conveniente es la licitación.
– ¿Te gustaría volver a participar?
– Nos encantaría. Este centro comercial ha sido acreditado en Santiago, es muy conocido y valorado. Nos gustaría continuar allí. Además, los inquilinos quieren mantenerse.
-¿Cómo ven el juicio los inquilinos?
– Están inquietos, faltan cinco meses para que termine la concesión. Además, nada está claro y las decisiones que hay que tomar son complejas.
En total son unas 1.000 personas que perderían su empleo si cierra BordeRío. El municipio también tiene una responsabilidad social.
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