En las últimas semanas, la presencia del ex jefe del gabinete de Ricardo Lagos y la prima de Luisa Durán, Matías de la Fuente, y del psicólogo Gonzalo Rojas pueden, así como personal como el ex ministro Isidro Solís, se han convertido en la casa de la casa de Enrique 203, las operaciones de la campaña de Evelyn Matthei.
Desde la mano de Juan Subil y Juan Antonio Coloma, los nuevos hombres fuertes del comando, la ascendencia de figuras vinculadas a la ex -econancia, acordada en amarillo o demócratas, ha influido en la preparación del portador de la bandera hacia un discurso optimista y de menos confrontación, a medida que ganan influencia en el entorno más cercano a Mathei.
Y si los meses anteriores al inicio formal de la campaña presidencial estuvieron marcados por un candidato con un discurso de confrontación, desplegando preguntas difíciles a José Antonio Kast y tensando la relación con el mundo republicano, hoy en día el tono es otro: Matthei ha demostrado mostrar una visión más optimista del país, lo que respecta a la Unidad y las virtudes de Chile de Chile que, hasta recientemente, parecían haber elegido de su diagnóstico.
El giro no solo coincide con la parte trasera del comando liderado por sutil y coloma, sino con reordenamientos que han involucrado, por ejemplo, la partida del publicista ecuatoriano Daniel Pérez Pallares, quien fue sindicado como uno de los ideólogos que Matthei se rió firmemente dirigido por la tienda dirigida por Arturo Squella, después de los ataques contra él a través de las redes sociales.
En el último debate televisado, y en gran parte del despliegue público debido al comienzo de la campaña, el ex alcalde de Providencia y Chile Vamos Letter ha elegido mostrar una visión más optimista del país, atrayendo a la unidad y destacando las virtudes de Chile que, hasta hace poco, parecía ausente de su diagnóstico.
Mientras tanto, el miércoles 17, las banderas de su comando estaban llenas de banderas con el eslogan “Chile, un solo equipo”.
El cambio no ha pasado desapercibido en su sector. Desde la primera cita entre los ocho candidatos en ChilevisiónCuando Matthei insistió en que “Chile es un país maravilloso” y que “puede salir adelante”, varios a la derecha comenzaron a leer un rediseño en su estrategia comunicativa. La apuesta, comentan en sus comando, busca contrastar con el tono más pesimista de Kast, que advierte a un país de emergencia y se conecta con un electorado que, a pesar de las dificultades económicas y de seguridad, no quiere escuchar solo el diagnóstico sino una oferta del futuro.
“Evelyn entendió que debía expandir su audiencia. Que no era suficiente disputar el electorado de Kast con un crítico duro, lo cual ya es leal, pero que tenía que abrirse un espacio de esperanza”, explica un líder de la oposición.
La huella amarilla
Ese giro no solo responde a una lectura electoral. También se explica por la creciente influencia que han tenido en su entorno figuras de Yellow por Chile, el partido que nació del mundo ex consistente, en paralelo a la aparición de demócratas, dirigido por Ximena Rincón, que también apoya la carrera de Mathei a La Moneda.
Nombres como De la Fuente, Rojas y Solís, que han colaborado con Matthei en la preparación de los debates, o Cortazar René han colaborado en diferentes fases del diseño de mensajes.
En la interna reconocen que la contribución de estos ex militantes de la concierto ha sido clave para pulir una historia que se abre hacia los votantes del Centro Huérfano. El objetivo “, es replicar, en parte, la estrategia que permitió a Sebastián Piñera capturar ese electorado en 2010 cuando se enfrentó al ex presidente Eduardo Frei. Por lo tanto, se enfatiza porque no se trata de abandonar las banderas en el derecho, sino de expandirlas hacia un discurso que habla de certezas, futuro y antes del orgullo nacional.
El matiz se ha vuelto evidente. Si bien Kast insiste en un discurso centrado en la amenaza y el miedo: “Chile no puede continuar siendo gobernado por el miedo”, repitió en más de una ocasión, refiriéndose a la radicalidad de sus ideas para controlar la inseguridad, Matthei ha aparecido en los debates con un semblante sereno, destacando los avances logrados en las últimas décadas y la recuperación de esa vía.
Sin embargo, este contraste no significa que Mathei haya capitalizado completamente su nuevo discurso. En las encuestas, todavía permanece en tercer lugar, detrás de Kast y el candidato oficial, lo que muestra que el desafío es mantener y expandir esta narrativa optimista para que sea una ventaja electoral. El compromiso de su equipo es que este cambio de tono le permite proyectarse como una alternativa diferente, no atrapada entre el fallo y el discurso republicano.
Y es que el giro optimista también enfrenta riesgos. Algunos en el UDI y RN advierten que los ciudadanos continúan percibiendo el crimen y la crisis económica como las principales preocupaciones, y que un exceso de positividad puede sonar desconectado.
Al orden de Matthei, se aseguran de que el cambio en el tono no signifique abandonar la seguridad y los ejes de crecimiento, sino que los enmarcan en una historia más constructiva. Por lo tanto, junto con la charla de orden, el candidato ha tratado de resaltar el potencial de la innovación, la educación e incluso, del derecho de los jóvenes a ocio como motores de desarrollo
El compromiso, sostienen, es que el país vuelve a reconocer nuevamente en los logros colectivos, no solo en diagnósticos sombríos.
La pregunta que se hacen varios líderes es si este “viento de cola” que se ha sentido después del debate llegará. En un escenario estrecho, con encuestas que aún lo muestran detrás de Kast y Jeannette Jara, su desafío no solo es discursivo, sino electoral. Con un mensaje que ya se ha distinguido de sus dos contendientes, necesita transformar el discurso de un chile optimista en un mensaje movilizador, capaz de transferir las pantallas y resonar en votantes que aún no lo visualizan como la alternativa más competitiva.
