Diego Schwartzman lo pasó mal en Santiago. El tenista argentino sucumbió ante Nicolás Jarry en los octavos de final del Abierto de Chile. Sin embargo, su malestar no fue solo en el campo. Peque, como le apodan, peleó con todos en su despedida del ATP 250, mostrando su desmesura, aun cuando el duelo aún estaba en disputa.
“La cantidad de insultos que recibí al final del partido fue brutal. Seis o siete personas de seguridad tuvieron que sacarme. Eso no es bueno”, dijo la trasandina. Todo esto se vivió al pasar por un costado de la tribuna. Los insultos se multiplicaron tras el cierre, pero las pifias estuvieron presentes durante toda la jornada.
Cuando el nacido en Buenos Aires se disponía a sacar, el silbato se escuchó con fuerza en San Carlos de Apoquindo. Esto lo puso nervioso. El partido se retrasó en cada servicio del ‘visitante’, ya que le dijo al juez que no jugaría la pelota hasta que hubiera silencio. Incluso Nicolás Jarry Intervino, pidiendo silencio al público, para que el juego pueda continuar.
Cuando el partido estaba parejo, un balón confuso acaba dando a Schwartzman el 6-6. Nicolás Jarry golpeó el fondo y la argentina la soltó haciendo el gesto de que estaba mal. Con ambas manos, muestra al árbitro la distancia que cree que hay entre la línea y el balón. Sin embargo, el chileno no quiso que la resolución fuera tan sencilla.
El tenista de 27 años le preguntó al árbitro para ir a comprobar si era realmente largo. Todo esto a raíz de que su entrenador, Juan Ozón, le dijo al nacional que la distancia no era tan evidente como insinuaba el argentino. El diálogo entre el santiaguero y su DT provocó la molestia del bonaerense, quien tuvo su primer intercambio verbal con el equipo de Jarry. Una acción que se repetiría al final, con los ánimos más acalorados. Según informaron fuentes del medio Juego Séptimo, una vez terminado el enfrentamiento, el Peque insultó a Ozón. “Eres un imbécil, Juan, pero un imbécil”, sería lo que le decía el deportista al entrenador.
Por supuesto, el mal estado de Schwartzman no se debió solo a insultos o peleas. El diestro tampoco se mostró satisfecho con el estado de la cancha. El terreno de juego sufrió constantes daños con los remates. De hecho, le dijo al juez en más de una ocasión que el suelo estaba mal, por lo que tuvieron que allanarlo. Los reclamos eran constantes.
Le pasó, como a Fabio Fognini, que el barco no le favorecía. También se le vio en el partido entre Alejandro Tabilo y Jaume Munar. De hecho, el italiano, tras perder ante Tomás Martín Etcheverry, aseguró que: “Si hay que mejorar algo en el torneo, lo primero que hay que hacer es el césped. Hablé con mi compañero en el vestuario y los dos no estamos contentos con el terreno de juego. Hoy en día, para que la gente disfrute más y para que intentemos dar lo mejor de nosotros, es muy importante un mejor campo”.
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