Darío Osorio (18 años) es hoy la joya de la Universidad de Chile. El club que entrena en La Cisterna le proyecta como uno de sus jugadores más valiosos para el futuro. Sus números están ahí: Debutó este año en el primer equipo, con apenas 18 años, y ya suma 555 minutos en Primera División. Ha estado en 12 de los 14 partidos que se han disputado y lleva tres goles en su haber.
Su calidad en el trato con el balón, además, va acompañada de una velocidad que no ha dejado indiferente a nadie en La Cisterna. Es el más rápido del equipo laico. Y ante Colo Colo, en la derrota de los blues por 2-1, el hijuelense alcanzó su máxima velocidad en un sprint de balón en el pie, que terminó con descuento de los laicos. Según el GPS, el futbolista llegó 33,6 kilómetros por hora.
Más allá de los elogios a su trayectoria, el futbolista formado en el laico club intenta no perder la compostura. Desde el club aseguran que ha mantenido su humildad, a pesar de que las fotografías y los requerimientos hacia su persona se han multiplicado en las últimas semanas.
Sus participaciones vestidas de azul, que este fin de semana lo tuvieron como goleador en la victoria ante Huachipato, no han dejado de llamar la atención de Diego López, el nuevo estratega estudiantil que se oficializará en los próximos días. El entrenador fue ratificado el viernes pasado por la directiva azulazul como sucesor de Santiago Escobar y al día siguiente se le vio en el duelo que disputaron sus futuros pupilos en el estadio Santa Laura.
Con apenas 17 años, Osorio estuvo en la retina de la afición en enero de este año, cuando le marcó un gol a los albos en un amistoso que se disputó en Argentina. Así coronó una historia que comenzó en 2016 en Hijuelas, su ciudad natal, cuando asistió a una prueba masiva de la U.
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Allí fue seleccionado para presentarse en el CDA y luego de una semana de selección llamaron a su mamá para decirle que ya estaba en las inferiores de la U. Desde entonces siempre ha sido destacado por sus entrenadores y fue Rafael Dudamel que lo invitó al primer equipo por primera vez.
Así cumplió un sueño que tenía desde su más tierna infancia, cuando la U de Jorge Sampaoli terminó por enamorarlo. La cosa es aunque su familia siempre fue hincha del blues, fue la definición del Campeonato de 2011 -ante Universidad Católica- lo que lo convenció de ser un alborotador más.
Lo que nunca imaginó el actual candidato al grupo de proyección de la Selección de Chile es que durante su estadía en La Cisterna iba a protagonizar un comercial con el mayor de los ídolos que ha tenido el club en toda su historia, Leonel Sánchez. , en 2017. Y que cinco años después firmaría su primer contrato como profesional junto a su mejor amigo Lucas Assadi y sus compañeros José Castro y Pedro Garrido.
Sin embargo, su juventud no le ha impedido relacionarse con los más experimentados del plantel y gracias a ello, Felipe Seymour y Ronnie Fernández se convirtieron en sus compañeros más cercanos y en quienes lo asesoran dentro y fuera de la cancha. También serán quienes lo acompañen en su búsqueda de un lugar en la oncena de López, el mismo que ya está encantado con su velocidad y su historial. Y les confesó que no le gusta que lo llamen “joya”, porque quiere que se cumpla una promesa.
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