Sr. Director:
En su tradicional predicación dominical, un columnista de una conocida agenda política, ataca nuevamente contra sus adversarios: esta vez decretando el certificado de defunción al Instituto de Libertad y Desarrollo. Este es un ataque previsible y esperado, ya que Lyd simplemente se molestó.
Moldea a los políticos populistas al poner el estudio y la evidencia frente al eslogan ideológico.
Moldea a los corporativos y a algunos de sus representantes, al poner la visión a largo plazo y la doctrina económica sobre las victorias pírricas que favorecen sus posiciones y se “calman”, siempre temporalmente, a los detractores de sus intereses.
Moldea a los hechos, al poner contra el viento y marear la evidencia económica empírica y no la búsqueda de ventajas de los pequeños intereses de algún sector específico.
Molesto para la izquierda radical al poner los datos relevantes en la tabla (los datos matan la historia) y enfatizando su irresponsabilidad política y económica que hará tanto daño a aquellos que afirman precisamente defender, los más vulnerables.
Al igual que Fukuyama, se equivocó al entregar los verdaderos socialismos, el columnista claramente está equivocado al esperar la muerte de una institución que es buena para Chile y que al perturbar muchos, continuará disfrutando de una muy buena salud.
Alejandro Sepúlveda Martin
Arquitecto PUC