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¿Lloverá este fin de semana? Este es el pronóstico para el resto de julio y el invierno
Julio de 2022 se ha convertido en uno de los “julios” más lluviosos desde que hay registros en el país. El séptimo mes acumula 68,8 mm de lluvia en Santiago, muy cerca de los 78 mm que se cuentan para un año normal y el “julio” con más precipitaciones desde 2006 y el noveno desde 1950.
Esto ha sido de gran utilidad para reducir el déficit hídrico, que pasó del 50% al 30% en la zona central.
Sin embargo, a pesar de lo positivo de estas cifras, considerando que la zona centro se ha visto afectada por una megasequía sin precedentes en los últimos 13 años, los próximos meses no registrarían grandes días de lluvia.
A corto plazo, no se esperan lluvias este fin de semana en Santiago y zona centro. Solo el portal meteorológico Meteored proyecta una mínima posibilidad para el sábado alrededor de las 11:00 horas.
Para el resto del fin de semana, sólo cielo nublado, con temperaturas que oscilarán entre los 5°C de mínima y los 14°C de máxima. Para el resto de la semana, la proyección climática es similar.
El pronóstico de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) coincide con el de Meteored. No contempla precipitaciones para este fin de semana para Santiago y zona centro, ni para inicio de semana.
Para el resto del país, la Región de Coquimbo y la ciudad de Valparaíso podrían recibir algunas lluvias el sábado, lo mismo en Rancagua.
El pronóstico no proyecta precipitaciones en el resto del país, hasta la Décima Región. Desde la Región de Los Lagos, y hasta Magallanes, Podría haber algo de lluvia durante el fin de semana.
Miguel Fernández, meteorólogo y académico de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica de Valparaíso, dice que para este fin de semana, se esperaría que sobre la Región Metropolitana y la Región del Maule, pero solo hacia la cordillera y precordillera el sábado.
“Esto se debe al paso en altura de una condición fría que pasaría por la zona central, y que provocaría inestabilidad hacia la cordillera y nubosidad de desarrollo vertical, generando este tipo de precipitaciones durante el día”.
Agrega que hacia los días siguientes, 10 a 15, no se visualiza un sistema frontal que pudiera originar precipitaciones en la zona central, por lo que solo se esperaría lluvia este sábado, y por lo demás, no es lluvia en gran volumen o cantidad. “Se esperaría alrededor de 1 o 2 mm, muy poco”.
Para lo que resta del invierno, el Pronóstico Estacional de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), documento que considera la segunda quincena de julio, sumado a agosto y septiembre, proyecta que a pesar de las lluvias registradas en las últimas semanas, el trimestre registraría lluvias por debajo de lo normal, entre Coquimbo y Los Lagos.
Según este informe, que este trimestre en particular es de gran importancia para el acumulado anual, y tiene casi tanta importancia como el trimestre de invierno junio, julio y agosto. Lamentablemente, y al igual que las últimas previsiones estacionales, Una condición por debajo de lo normal sigue dominando en el tramo entre Coquimbo y Los Lagos.
Esto significa que, por ejemplo: en Santiago llovería menos de 80 mm, en Curicó menos de 180 mm y en Concepción menos de 330 mm en todo el trimestre.
El reporte no implica que no lloverá, sino que el total de lluvia acumulada durante estos aproximadamente 90 días estará por debajo de lo esperado climatológicamente para un trimestre normal de julio, agosto y septiembre.
En relación al documento de la DMC, Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que las lluvias de la primera quincena de junio y julio en la zona central permitieron reducir considerablemente los déficits de lluvia. “Este Dia entre la Cuarta y la Sexta Región estos no supere el 30%. La capa de nieve también presenta extensiones cercanas a las típicas para la fecha”, agrega.
Carlos Faúndez, académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad de las Américas, señala que aún no superamos la megasequía. Las precipitaciones registradas durante la última semana no fueron suficientes para superar el déficit de Santiago, además, solo el 14% de las estaciones meteorológicas desde Arica hasta Punta Arenas tienen excedentes; el resto sigue con déficit de lluvia acumulada”.
“Lo anterior alejar los fantasmas del racionamiento para las grandes ciudades de la zona central durante la próxima primavera-verano”, dice el climatólogo.
Si consideramos un escenario en el que se presentan precipitaciones normales en Santiago de julio a diciembre de 2022 y le sumamos las que ya se han producido, el año terminaría con un déficit de aproximadamente 33%, establece Faúndez. “Pero esta posibilidad de lluvia es improbable, debido a la presencia actual del fenómeno climático La Niña, que implica precipitaciones inferiores a lo normal. La buena noticia es que a la fecha hemos superado los 100 mm, considerada la precipitación mínima para que no se presente una hipersequía, como la registrada en 2019″, agrega.
En cuanto a las temperaturas, el documento de la DMC establece que el país podría estar separado entre lo que está pasando en la costa norte y el resto del país. Llama la atención como entre Arica y Valparaíso, a lo largo de la costa, las temperaturas se han mantenido con anomalías negativas desde el año pasado, en especial las temperaturas máximas, anomalías asociadas a la presencia de La Niña.
En cuanto a las temperaturas, Santiago presentaría mínimo por debajo de lo normal (menos de 4 °C o 5 °C) y máximas por encima de lo normal (por encima de 17 °C o 18 °C), agrega el informe.
Súmale que al sur de Valparaíso, el panorama es muy llamativo en las temperaturas máximas. Desde marzo de 2022, estos se han enfriado notablemente, registrando importantes anomalías negativas mensuales.
Las temperaturas mínimas también han reflejado este enfriamiento, principalmente en la zona comprendida entre Temuco y Balmaceda. La DMC establece en la publicación que si sumamos todos estos datos, es señal de que desde marzo han ingresado mayor cantidad de masas de aire frío, acompañadas de precipitaciones, a la zona sur y también al centro del país.
El fenómeno de La Niña (enfriamiento en el Pacífico ecuatorial), establecido oficialmente a finales de 2020, Esto no se ha acabado. Es cierto que se tomó un descanso entre marzo y agosto de 2021, pero volvió en septiembre de ese año y desde esa fecha no ha desaparecido.
En los últimos indicios ha mostrado signos de debilitamiento, es decir, calentamiento en el Pacífico ecuatorial, pero parece estar lejos de terminar. Los modelos climáticos muestran una mayor probabilidad de La Niña hacia finales de año. Así lo indica el pronóstico multimodelo IRI de la Universidad de Columbia y otros centros internacionales.
Cordero señala que a pesar del debilitamiento de La Niña durante junio, La Agencia Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos, la Noaa, “mantiene su proyección de que La Niña se fortalecerá a fin de año y por tercer año consecutivo tendremos un fin de año con ella”, agrega.
De cumplirse esta previsión, tendríamos un tercer pulso de La Niña y pasaríamos el verano de 2022-2023 bajo condiciones de La Niña, como los dos últimos veranos. Los eventos de El Niño y La Niña son climatológicamente más probables en el verano, pero típicamente después de El Niño viene La Niña. Es decir, tras un fuerte calentamiento en el Pacífico viene un enfriamiento, indica el boletín.
Cordero explica que la persistencia de La Niña dificulta que este sea el último año de la larga e intensa sequía que nos aqueja. “La Niña, este enfriamiento de la temperatura superficial del Pacífico, frente a las costas de Perú y Ecuador, no favorece las precipitaciones en la zona central“, él añade.
La cuestión es que este enfriamiento no suele ser tan fuerte como el calentamiento (el fenómeno no es simétrico) y por eso La Niña suele presentarse como un gran episodio dividido en dos pulsos (dos años consecutivos). Actualmente estamos en este segundo pulso de La Niña y, por lo tanto, estamos dentro de algo que es común en los registros del fenómeno, agrega la DMC.
Pero, ¿qué pasa si se consigue el tercer pulso? Eso ya no es tan común, solo ha ocurrido dos veces en el registro, alrededor de 1974 y principios de los 2000, y siempre precedido por un fenómeno de El Niño muy fuerte.
Esto significa que el tercer pulso actual (si se cumplen las previsiones), añade el documento, no solo sería una rareza en términos estadísticos, sino también físico-dinámicos, ya que no habría tanto calor en la superficie del océano como cuando El Niño aparece de manera muy intensa.
Las precipitaciones registradas durante el mes de junio estuvieron acompañadas de nevadas. Una pregunta recurrente, que acompaña a la precipitación acumulada, es el estado de la nieve acumulada en la cordillera.
Según datos de la DGA, hasta julio de 2022, la nieve acumulada desde principios de abril fue mayor a la observada en 2021, esto expresado en milímetros de agua equivalente (transformando toda la nieve que cae a milímetros de agua). Sin embargo, el tiempo sigue por debajo. Los mayores déficits se dan entre la Región Metropolitana y el Biobío.
Otra variable a observar es la altura de la nieve, que también muestra una mejora sustancial respecto al año pasado, pero todavía ligeramente por debajo de los valores normales. Por ejemplo, en Lo Aguirre (Región Metropolitana) el 4 de julio del año pasado la altura de la nieve era de 24 cm, mientras que este año es de 42 cm, es decir, el doble, indica el documento.
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