Santiago de Chile y Rabat, la capital de Marruecosestán a 10 mil kilómetros de distancia. Pero este domingo todo se volvió más estrecho. Como si fueran vecinos. Dos lugares tan alejados se fusionaron, más allá de la diferencia horaria, porque el Estadio Nacional fue escenario de un hito histórico para el fútbol magrebí. La selección marroquí es campeona del Mundial Sub 20 en su edición de 2025, algo inédito para el país en una competición FIFA. Redujo nada menos que a Argentina, la gran candidata al título.
Había promesa de un partidazo en Ñuñoa. El gran candidato, ante el cuadro sensacional. Fue la quinta definición entre Sudamérica y África para determinar al campeón del mundo en la categoría (no ocurría desde Egipto 2009). Más allá del aspecto puramente futbolístico, las diferencias entre uno y otro eran evidentes. La Albiceleste está acostumbrada a estas luchas. No en vano iba por su séptima corona Sub 20. Mientras que los norteafricanos se enfrentaban a un escenario sin precedentes, con una oportunidad histórica.
En el sector de marquesina, las autoridades. Gianni Infantino Fue el invitado principal a la final, acompañado de Pierluigi Collina, presidente de la comisión de árbitros de la FIFA; Claudio ‘Chiqui’ Tapia, timonel de la AFA; Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol; Pablo Milad, jefe de la ANFP; y Jaime Pizarro, Ministro de Deportes. También estuvieron glorias del fútbol, como Ruud van Nistelrooy.
La reunión comenzó con fricciones inusuales. Una gran polémica se produjo apenas en el 5′, tras una fuerte entrada del portero Santino Barbi a Yassir Zabiri, que se dirigía hacia la portería. El cuerpo técnico marroquí expidió la tarjeta verde pidiendo una posible sanción. Hubo una larga revisión, por las dudas generadas respecto a si la falta estaba sobre la línea o no. En definitiva, el juez italiano Maurizio Mariani cobró un tiro libre y amonestó al portero trasandino.
Esa larga y tensa secuencia acabaría generando la apertura de la cuenta. Zabiri, único delantero de los Leones del Atlas, marcó un golazo. En el 12′ lanza un tiro libre y dispara fuerte al palo del portero para poner el 1-0. Desde el principio, Argentina estuvo en desventaja, algo poco común en todo el torneo, porque el plantel de Placente estaba acostumbrado a llevar el tiempo y ser efectivo.
El pragmatismo fue un negocio para Marruecos, compactándose en su propio campo (incluso con el once), mientras los argentinos empezaban a apurarse. En ese sentido, el más despierto fue Gianluca Prestianni, activo y de frente, ya sea por la izquierda o por el centro.
Eficacia marroquí
En una primera parte inolvidable para los africanos, dos jugadores destacaron. Primero, la velocidad de Othmane Mamá, el 7, bautizado como el “Cristiano Ronaldo marroquí”, agudo por la derecha del ataque (ganándole la banda a Julio Soler). En segundo lugar, la eficacia de Yassir Zabiri. En el minuto 28, el delantero puso el 2-0 tras una brillante acción personal de Maamma, que acabó en un centro al segundo palo.
Argentina estaba francamente incómoda, molesta, con sus papeles en desorden. La frustración que irradiaba en la cancha era evidente. Fue cuestión de notar cómo salió el volante Valentino Acuña al ser reemplazado al minuto 33, para incluir al delantero Mateo Silvetti. Placente tuvo que mover el tablero porque el plan inicial no funcionó.
La pelota era de Argentina. Durante la segunda mitad registraron casi el 80% de posesión. El refuerzo defensivo de Marruecos se fortaleció en el complemento. Con un esfuerzo físico encomiable, El equipo dirigido por Mohamed Ouahbi se puso el mono, buscando cerrar los espacios, aunque arriesgándose posicionándose demasiado cerca de su portería.
Los esfuerzos ofensivos trasandinos fueron insípidos. Las ideas se acabaron y los estallidos individuales resultaron ineficaces. En los años 60 había entrado Ian Subiabre, en lugar de un aburrido Alejo Sarco. El duelo se iba calentando. Los marroquíes supieron irritar a sus rivales, con la ventaja de que el público chileno presente en el estadio estaba con ellos.
El equipo más cotizado tropezó en el momento equivocado. Llegó al 100% de rendimiento y se quedó a metros de la meta. Marruecos hace historia y traduce toda su evolución en el fútbol en algo tangible como un título mundial juvenil. No es casualidad que haya llegado a semifinales en Qatar 2022, haya ganado medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París y ahora alcance la cima de la selección Sub 20.







