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Matrimonio por (in)conveniencia: la difícil relación de Boric con el proceso constituyente
El domingo pasado, Roberto Izikson siguió su rutina semanal y dio a conocer, alrededor de las 20:15 horas, los resultados de la encuesta Cadem con el pulso de la ciudadanía sobre la gestión de Gabriel Boric y el proceso constituyente. En vísperas de un día festivo (San Pedro y San Pablo) se hubiera esperado que la reacción a los resultados fuera más lenta que otras veces, pero ocurrió todo lo contrario: en minutos la consulta fue trending topic en Twitter y empezaron a llegar decenas de mensajes, a ritmo de metralleta, a su WhatsApp, dice el socio y gerente de Cadem.
La versión 441 de la encuesta -correspondiente a la cuarta semana de junio- trajo varias novedades que los detractores de la nueva propuesta constitucional celebraron, mientras sus partidarios la analizaron detenidamente.
La opción de Rechazo en el plebiscito de salida alcanzó el 51%, la cifra más alta desde que comenzó a medirse esta tendencia a fines de enero, mientras que la Aprobación cayó al 33%. Y por primera vez, en seis meses, hubo más personas que creyeron que el Rechazo (47% +4p) ganaría al Aprobar (44% -6p).
Eso no fue todo: en las preguntas sobre sentimientos asociados a la nueva Constitución -para muchos el factor clave para predecir lo que sucederá el domingo 4 de septiembre-la preocupación y el miedo marcaron el 61%, su nivel más alto, mientras que la esperanza sólo el 33%. A su vez, el 55% de los indecisos tiene miedo y solo el 34% tiene esperanza en la nueva Carta Magna.
Pero un resultado que preocupó al oficialismo fue que, al mismo tiempo, apareció Boric con un 34% de aprobación. (solo un punto más que la Homologación), su peor nivel desde el 11 de marzo, tras una semana marcada por la polémica en la que se vio envuelta su pareja, Irina Karamanos.
La caída conjunta del Apruebo y del Presidente corroboró lo que era un secreto a voces en La Moneda: el apoyo ciudadano al proceso constituyente y al gobierno han ido de la mano, y como en un tango -con quiebres, acercamientos e improvisaciones-, al ritmo de los aciertos y errores de ambas partes.
Para Francisco Covarrubias, decano de la Facultad de Artes Liberales de la U. Adolfo Ibáñez, la conexión entre la Convención y el gobierno “es evidente”, aunque advierte que podría ser “bidireccional”. “Hay un sentimiento de que ambos partidos conforman el mismo espacio político, y no solo la baja popularidad del gobierno aumenta el rechazo, sino que la baja popularidad de la Convención está afectando al Ejecutivo”.
La explicación de Covarrubias es que los dos actores estaban pegados al ritmo del “octubrismo”, un sentimiento que, a su juicio, ha venido decayendo con fuerza en el país. “Algo que sabemos desde Maquiavelo en adelante es la volatilidad de la ciudadanía, y ni el gobierno ni la Convención han logrado salir de ese criterio estático y pensar que la ciudadanía es la misma del 18 de octubre”, dice el columnista y panelista de Tolerancia Cero.
Cristián Valdivieso, director de Criteria, confirma el enlace: “La predisposición y el estímulo de los ciudadanos al gobierno y al proceso constituyente están íntimamente ligados. No se puede confirmar la causalidad directa. pero hemos visto que cuando el gobierno tiene una buena semana, la Convención mejora sus niveles de adhesión”.
Por lo mismo, cree que La Moneda se equivocó al “abrazar” el proceso constituyente, porque se amarraron. “Ambos se retroalimentan en lo positivo y eventualmente en lo negativo”.
Así lo demuestra un estudio realizado por Urban sobre las redes sociales -que han jugado un papel clave desde el inicio de la Convención-. “Según nuestro análisis de conversaciones en Twitter, Instagram y YouTube -entre noviembre de 2021 y julio de 2022- podemos determinar que el presidente Boric es el protagonista del debate constitucional, siendo la persona con más menciones (35%) asociadas al concepto de una nueva Constitución”dice Sol Revelant, gerente de la empresa.
Pero Mauricio Morales, académico de la Universidad de Talca, dice que el flirteo no ha sido mutuo: “La Convención nunca quiso abrazar al gobierno, pero el gobierno lo abrazó desde el primer minuto, tanto que supeditó parte de la implementación del programa al triunfo del Aprobación”, dice el experto electoral en referencia a la cargo asumido por el ministro. Jorge Jackson.
El 26 de marzo, en plena discusión de las reglas en el pleno, el titular de la Segpres afirmó -en el aniversario de la Revolución Democrática- que “el plebiscito de salida determinará cuánta fuerza tenemos para implementar nuestra agenda transformadora”.
Morales precisa que ese distanciamiento con el gobierno no fue por Boric, sino por “porque la mayoría de sus miembros siempre han desconfiado del poder constituido, independientemente de su color político”. De hecho, recuerda, cuando los izquierdistas convencionales recibieron con malestar el llamado que hizo el Presidente “a generar amplios consensos” durante su visita a la Argentina a principios de abril.
Ello, sabiendo que semanas antes, con solo ingresar a La Moneda, Boric había restablecido la confianza de los chilenos en la Convención, según varias encuestas. “Ambos compartieron la conjunción de renovar la esperanza y la confianza en muchos chilenos y chilenas”, dice Izikson.
Pero el impulso se esfumó. “Después de su asunción pasaron tres cosas en el mes (marzo) que minaron el apoyo a lo convencional: se aprueba el derecho al aborto, luego la plurinacionalidad y lo convencional Bernardo Fontaine (Chile Vamos) instala que los trabajadores ya no serán dueños de sus ahorros de pensión.
Más allá de las interpretaciones, la forma en que fue escrito y la noticias falsas, se instaló un sentimiento que ha movilizado el Rechazo, que es la restricción de las libertades. Libertad de elección en salud, en seguridad social, en educación…”, explica Izikson mientras mira decenas de gráficos en su computadora.
Entre el 7 de abril y el 27 de mayo, Cadem mostrará una status quo en las curvas, eso, hasta la primera cuenta pública de Boric (1 de junio), donde su discurso -en el que buscó retomar los ejes de su programa con tono esperanzado- volvió a levantar el Aprobado.
Sin embargo, en las últimas semanas se ha reabierto la brecha, con la caída del gobierno y el episodio protagonizado por su pareja, Irina Karamanos, que el manager de Cadem incluso compara con lo que fue el caso Caval para Michelle Bachelet en su segundo mandato.
“Lo que queda por ver a partir de ahora, sin Convención y en fase de campaña, es si (Boric y el proceso constituyente) siguen caminando juntos”, concluye Valdivieso.
Una pregunta que para Mauricio Morales es clara: “La pesa entre la Convención y el gobierno será difícil de desarmar, Al menos de la opinión pública. Es evidente que el gobierno se juega la vida en el plebiscito con la victoria del Apruebo”.
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