Sr. Director:
El fallo terminará de integrar su elenco de candidatos durante marzo. Pero los dos temas más esenciales seguirán pendientes: qué visiones del futuro ofrecer al país y qué coaliciones de partidos lo apoyarán. Pronto, qué condiciones de gobierno aseguran las fuerzas que son hoy parte del gobierno.
La respuesta obvia es “más de lo mismo”; Es decir, continuidad. Sin embargo, esto significaría reproducir la ausencia de proyecto e insistir en un coalicionismo débil. En consecuencia, repita el ciclo de una gobernanza limitada.
De hecho, el gobierno bórico, del juego, con el rechazo masivo de la visión programática que surge de la Convención Constitucional, una revolución de los idiomas en lugar de un cambio realista de la sociedad, fue un huérfano de la visión, los objetivos y los objetivos. Y su propia coalición, apruebo, tuvo que transferir el comando a un presidente que rápidamente redefinió la coalición secundaria o trasera, la del socialismo democrático. Esto proporcionó un gobierno de capacidad técnica política realizada públicamente. Y de una fuerte dosis de realismo para adaptarse a un contexto de inseguridad fugitiva, restricción de recursos y apoyo minoritario en el Congreso. Pero no insumió una visión ni le dio un proyecto con irradiación ideológica cultural.
Entonces, “más de lo mismo” no es una opción.
¿Qué se necesita en el reemplazo?
Un coalicionismo consistente con una voluntad declarada y visión democrática centrista, por lo tanto, lejos de ambos fines; El proyecto restaurativo de una derecha dura y ese otro rupurista y re -fundamental que hasta hoy fomenta una extrema izquierda. Con su eje de gestión en la actual coalición socialista democrática ampliada, renovada y mejorada con un proyecto nacional moderado.
Una coalición se centró en los desafíos que Chile tiene en el mundo alterado que está emergiendo y orientado a satisfacer las necesidades reales de la sociedad. De fuerte realismo, en consecuencia. Con un claro sentido de preocupación por el crecimiento económico basado en las mayorías y las reformas de efectividad y eficiencia del estado. En resumen, el sentido común en contraste con las soluciones disruptivas de una derecha restaurativa y el rupurista a la izquierda ubicada fuera de la realidad.
José Joaquín Brunner
Académico y ex ministro