Paula Daza (64 años) conoció a Evelyn Matthei en 2013 para su primera campaña presidencial. Fue Jorge Desormeaux, marido de la actual alcaldesa de Providencia, quien la invitó a sumarse al equipo para trabajar en un programa de salud para la entonces candidata. De esa experiencia nació una relación profesional y de amistad que mantienen hasta hoy. Por lo mismo, frente a un escenario en que la edil llegue a La Moneda, se da por descontado que Daza formará parte de su gabinete.
Por ahora, la directora ejecutiva del Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud de la Universidad del Desarrollo prefiere no aclarar si ya forma parte del equipo de trabajo que asesora de la eventual candidata de la UDI, pero dice que “si el día de mañana ella es candidata presidencial, la voy a apoyar en su programa de todas maneras”.
Más allá de su futuro en un eventual nuevo Gobierno de la derecha, la exsubsecretaria de Salud del segundo período de Sebastián Piñera, considera que es urgente iniciar la discusión de una reforma que cambie la manera como hoy funciona el sistema de aseguradoras privado y su relación con los prestadores. Es una conversación, dice, que quedó pendiente tras la ley corta de i-sapres aprobada a mediados de mayo y sobre la cual, afirma tras su paso por la Comisión de Salud del Senado, “hay agua en la piscina”.
“Hoy, más que nunca, los actores de distintas miradas políticas estamos de acuerdo en avanzar en un sistema de seguridad social en el sector privado y en un cambio de gobernanza en Fonasa”, señala.
-¿Está haciendo agua el sistema de salud chileno?
-El sistema de salud de Chile viene con debilidades desde hace muchos años. El dictamen de la Corte Suprema le puso la guinda a la torta a una situación que se arrastraba. El sistema privado permite resolver los problemas rápidamente y no tiene listas de espera. El problema es que las isapres han venido subiendo sus precios en función de la demanda de salud. Y, por otro lado, en la medida que las personas se hacen mayores, requieren mayor atención, el sistema es más caro para ellos y mantiene cautivas a las personas que son crónicas, que no se pueden movilizar.
-¿Qué tiene que pasar para solucionar ese tema?
-Tenemos que avanzar en un sistema de seguridad social en el sistema privado de salud.
-¿Qué significa tener un sistema de seguridad social?
-Que resuelva los problemas, es decir, terminar con las preexistencias y crear un fondo de compensación de riesgo para que las personas se puedan mover entre una isapre y otra. Y lo segundo, crear un plan de garantías universales, un plan de salud universal, en el que se sepa que al menos va a existir protección contra esta gran cantidad de prestaciones. Hoy hay más de 11.000 planes vigentes. Las personas no tienen garantía de qué les cubre, si es el 50% o el 70%. Hay una tremenda disparidad.
-¿Y cómo se resuelve el tema del precio?
-Al crear un fondo de compensación, el precio entre los distintos afiliados va a ser un sistema solidario. Los más jóvenes y sanos van a tener que pagar por los mayores y más enfermos. Es como funcionan los seguros de auto; los que no chocamos financiamos a los que chocan. En el fondo, al tener una masa crítica importante, vas a poder cubrir los costos.
“No sabemos si las isapres van a sobrevivir”
– ¿Qué pasa con los prestadores de salud, las clínicas, en ese esquema?
-Hoy tenemos un sistema de financiamiento de la salud privada que no tiene contención de costos e incentiva a las personas a que usen el sistema de salud sin un resultado sanitario efectivo. Ahí tenemos que avanzar en un sistema de compartir riesgos financieros entre el prestador y el asegurador. Que el financiamiento del sector prestador sea en base a resultados y no solo a prestaciones. Eso va a producir una contención de costos, pero es una reforma que tiene que ser paulatina.
-¿Cómo contener los costos también considerando que tenemos una población que envejece?
-Hoy hay otros factores que inciden en los costos de la salud. Uno es que afortunadamente vivimos mucho más. Eso es positivo, vivimos más de 80 años. Pero llegamos tremendamente enfermos. Chile tiene una carga de enfermedad altísima. La obesidad en el país y el sobrepeso llega al 70%, somos líderes en Latinoamérica en hipertensión arterial, en enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer.
-¿Cómo el sistema puede abordar esto?
-Tenemos que avanzar en un sistema que incentive la prevención para disminuir los factores cardiovasculares, las enfermedades, la diabetes y que mejore el estilo de vida. Y ahí el sistema de financiamiento es prioritario. Hoy no hay incentivos financieros para avanzar en la prevención, el sistema está diseñado para que el prestador se use cada vez más. Tiene que haber un sistema entre el asegurador y el prestador que tenga incentivos de pago por mantener una población sana y disminuya la posibilidad de hospitalización a través de seguimiento de los pacientes.
-¿Todo esto implica que las isapres tendrían que cambiar la manera como existen hoy?
-Tienen que dejar de existir como existen hoy. Se tiene que terminar con la declaración de salud. Pero además las isapres no tienen sostenibilidad financiera en el mediano y largo plazo de la manera como existen hoy, porque no pueden seguir aplicando las tablas de factores. Todavía no sabemos si van a sobrevivir. Si no se plantea una reforma antes del 1 de octubre, que, como se dijo, iba a ser terminar con la preexistencia, los planes van a subir, las personas jóvenes se van a ir, y en las actuales van a quedar las personas mayores, las más enfermas, cautivas y, por lo tanto, los precios van a subir o esas isapres van a quebrar.
-¿Están destinadas a morir?
-Están destinadas a morir, claro. Por eso yo digo que la reforma tiene que ir sí o sí a las isapres. El sistema no resiste como está.
La gobernanza de Fonasa
-¿Necesita reformarse también el sistema público?
-También requiere reformas importantes. Si el financiamiento es el gran problema del sistema privado, acá uno de los grandes problemas son las listas de espera. El sector público no es capaz de responder a las necesidades de las personas. Y por otro lado, la falta de especialistas.
-¿Hacia dónde debiera avanzar?
-Antes de decir hacia dónde quiero llegar, es importante ver por dónde tiene que avanzar. Fonasa, que hoy es el asegurador de más del 80% de la población, no garantiza a las personas la atención oportuna y de calidad. Salvo en el GES, aunque tenemos 70.000 prestaciones GES atrasadas, de las cuales más de 15.000 son por cáncer. Lo primero que hay que hacer es una reforma de Fonasa que cambie su gobernanza, para que sea un garante desde la calidad, oportunidad y financiamiento y para que de verdad tenga atribuciones con los hospitales y pueda exigirles la atención a sus pacientes, como ocurre con las isapres y las clínicas.
-La Modalidad de Cobertura Complementaria (MCC) que se aprobó con la ley corta, ¿soluciona algunos de estos problemas?
-Esto lo sacó Fonasa diciendo que todas estas personas que se cambien desde las isapres podrán tener la posibilidad de una cobertura extra, pero no es un fortalecimiento, este seguro lo paga íntegramente la persona de su bolsillo, y todavía no sabemos el precio. Además, es voluntario y probablemente las personas que lo van a tomar son las que tienen enfermedades y su valor sea más alto. Y un tercer elemento es que no cubre ni enfermedades catastróficas, ni urgencias. No veo que le vaya a solucionar la vida a las personas.
El modelo alemán
-Usted plantea un plan universal con un fondo de compensación de riesgo para el sistema privado. ¿Por qué no plantearlo así para el sistema de salud completo? ¿Por qué separarlo?
-Lo que pasa es que los problemas hoy son distintos. Creo que Fonasa tiene que avanzar en un modelo de seguro y en un plan de coberturas universales a nivel de la atención primaria y a nivel de hospitalización que no tiene hoy. Tenemos un mundo hospitalario donde hay que hacer reformas. Los directores de hospitales y de servicio, se nombran, entre comillas, políticamente, y hay tremendas deficiencias en los pabellones, en las atenciones. Creo que antes de avanzar en una complementariedad o en un solo modelo, que finalmente sea un gran Transantiago, tenemos que mejorar el sector público.
-¿Qué modelo internacional mira como inspiración?
-Es importante que cada país avance en sus modelos en función de su historia, sus necesidades y sus oportunidades, más que copiar a ciegas. En el mundo existen dos grandes modelos históricos. Uno es el que partió en Alemania, el Bismarck, de seguros públicos y privados y cada persona toma el que más le conviene. Y el otro modelo es el que partió en Inglaterra, el Beveridge, donde tanto el financiador como el prestador es el Estado.
-El NHS, que se ha planteado como un modelo a seguir por el actual Gobierno.
-El problema del NHS es que como es un asegurador único finalmente se crean los problemas de las listas de espera. Chile es un país que tiene una historia de modelos de seguros, más parecido al modelo alemán. Y en ese esquema, creo que si Fonasa se transforma en un buen asegurador público que garantice a las personas la oportunidad, la calidad y un buen financiamiento con una cobertura adecuada, probablemente pueda ser un competidor el día de mañana de las aseguradoras privadas.
El rol de su hermano José Luis Daza en el gobierno de Milei: “Nos sorprendió mucho”
-Usted tiene una relación cercana con su hermano, el economista José Luis Daza ¿Le consultó antes de tomar la decisión de entrar al gobierno argentino?
-La verdad que nosotros conversamos mucho con José Luis y él nos había contado que venía conversando hace mucho tiempo y apoyando a Luis Caputo (ministro de Economía de Argentina). Son muy amigos, trabajaron juntos en JPMorgan y en Deutsche Bank, y hay mucha confianza personal y profesional. Nos había contado que tenía este ofrecimiento, pero nos sorprendió obviamente que esto fuera ya un anuncio más formal y que se dijera que lo han propuesto para un cargo más oficial. Pero es él quien tiene que responder si lo va a tomar o no.
-¿Eso lo inhabilita de tener un rol entonces en las próximas campañas en Chile?
-La verdad que no lo sé. Él tiene vínculos muy cercanos a Chile, es chileno y, a pesar que lleva más de 30 años viviendo fuera dl país, tiene lazos y viene muchísimo. Creo que su corazón está puesto en Chile, pero hay que preguntárselo a él.
-¿Tal vez podrían haber sido compañeros de gabinete en el futuro?
A partir de este lunes, Fintual tiene una nueva country manager en Chile. Se trata de Florencia Barrios, quien ingresó a la firma hace cinco años.
Barrios es ingeniera civil con especialización en computación de la Universidad Católica y cuenta con un magíster en Inteligencia Artificial (IA) de la misma institución.
La ejecutiva fue una de las primeras personas en ingresar a Fintual en 2019, cuando fue reclutada seis meses antes de terminar su título universitario, para dedicarse a programar como ingeniera en software.
En 2021, dio un salto como manager de ingeniería y desde 2022 a la fecha se desempeñó como manager de ingeniería y software.
En 2022, lideró el lanzamiento de “Fintual Acciones”, permitiendo que los inversionistas locales pudieran acceder a la compra y venta de acciones de la Bolsa de Nueva York a través de la aplicación de la empresa.
“Florencia piensa estratégicamente y se involucra en los detalles a la vez. Tiene una capacidad de entender negocio, producto y tecnología que pocas personas tienen”, afirmó el CEO de Fintual, Pedro Pineda.
“Durante los últimos dos años, en mi rol de manager, me he preocupado de que los equipos se sientan desafiados, entiendan y encuentren sentido en la visión a largo plazo de lo que estamos desarrollando, y que cada uno pueda brillar y crecer profesionalmente”, escribió Barrios en su cuenta de LinkedIn.
Desafíos del cargo
En el nuevo cargo, Barrios tendrá la misión de mantener una optimización continua de las operaciones, así como la planificación y ejecución de lanzamientos clave.
“Fintual aspira a seguir siendo la compañía tecnológica líder en gestión de dinero de inversionistas retail, con un producto digital simple y regulado”, sostuvieron desde la firma.
Fintual tiene más de 135 mil clientes y administra más de US$ 800 millones. En Chile, se encuentra regulado por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y en México son fiscalizados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
El accionista y director de Empresas Lipigas, Mario Vinagre Tagle, aumentó la participación de una de sus sociedades en el holding, con un monto transado diario poco habitual para la compañía -de escasa presencia bursátil-, y que le significó un marcado ajuste desde sus máximos al valor de mercado de su patrimonio.
La sociedad Inversiones Vinta compró 693.324 acciones a un precio de $ 3.600 por papel, equivalente a $ 2.495.966.400 en valor patrimonial. Con ello, aumentó en 0,61% su participación, que asciende así a 9,69% del total.
Vinta pertenece en partes iguales a Mario Vinagre Tagle y a sus hermanos Juan Ignacio, Pablo y Esteban. Al sumar la participación de Inversiones Hevita, también de la familia Vinagre, el porcentaje final obtenido alcanza el 22%.
Fuentes internas dijeron a DF que estas compras obedecen a la confianza en el futuro de la empresa. Mario Vinagre Tagle es hijo del exdirector Mario Vinagre Muñoz, uno de los fundadores de la compañía, por lo que él y sus hermanos forman parte del pacto controlador junto con el grupo Yaconi Santa Cruz.
Ajuste tras un récord
Empresas Lipigas tiene actualmente una capitalización bursátil de $ 409 mil millones, acumulando un alza de 15% en lo que va del año.La empresa dio a conocer en abril que cambiará su nombre oficial a Lipiandes, con el objetivo declarado de aumentar su posición multinacional en la región andina, donde además de Chile, opera también en Perú y Colombia.
La operación de este lunes dejó a la acción en el lugar número 14 del ranking de montos transados diarios, superando a más de la mitad de las empresas S&P IPSA, según lo reflejado en los telepregones de la Bolsa de Santiago.
El precio acordado implica un descenso de 6,83% respecto del cierre del viernes y la mayor caída de la plaza en la sesión, borrando los avances que la acercaron a un valor sin precedentes de $ 4.000 por acción el 7 de junio, según el registro de Bloomberg, que aplica ajustes por dividendos.
La compra de este lunes es la tercera de 2024 en una serie con la que la familia Vinagre ha aumentado su participación. Con las dos maniobras efectuadas los días 2 y 4 de abril, Vinta se hizo con un 0,85% adicional de la propiedad.
Sólo este año la sociedad ha aumentado en 1,67% su participación, acelerando las continuas adquisiciones vistas en los últimos años, principalmente con la intermediación de BICE Inversiones Corredores de Bolsa.
También el 19 de junio hubo una transacción de gran volumen a manos del presidente de Lipigas, Juan Manuel Santa Cruz, quien compró acciones por valor de $ 1.894.751.500 a través de la sociedad Inversiones Sur. En esta ocasión, fue a un precio de $ 3.700 por papel y le significó un aumento de 0,24% en participación.
Un nuevo fondo inmobiliario se apresta a entrar en liquidación. Se trata de “Banchile Rentas Inmobiliarias” de la administradora general de fondos (AGF) Banchile Inversiones, que podría bajar su cortina en diciembre, luego de que no prosperara la idea de extender en tres años la duración del vehículo.
El viernes 28 de junio, la gestora informó al mercado mediante hecho esencial a la CMF que más del 1% de sus cuotas en manos de inversionistas ejercieron el derecho a retiro de su capital, límite que condicionaba la prórroga que fue aprobada en asamblea extraordinaria de aportantes el 29 de mayo.
“La condición suspensiva a la que se sujetó la referida prórroga no se cumplió, manteniéndose como fecha de vencimiento del fondo el día 22 de diciembre de 2024”, sostuvo la AGF.
En una presentación de fines de mayo, Banchile advirtió que, de entrar en liquidación, “la venta de UF 8 millones en activos inmobiliarios resultaría en una afectación significativa al patrimonio del fondo dada la coyuntura actual del mercado inmobiliario”.
Los activos
La cartera de “Banchile Rentas Inmobiliarias” está compuesta por un 42% de inmuebles en el segmento comercial, seguido por oficinas (38%), residencial y estaciones de servicio (7% cada uno), y bodegas (6%), según informó el fondo al cierre de abril.
En el sector de oficinas, destaca el Edificio de la Industria (en la foto), que alberga las dependencias de, entre otros, la Sofofa, y mantiene una vacancia en metros cuadrados de 26,69%, al cierre de abril de 2024, según información del fondo. También posee la torre Mistral, ubicada en el barrio de Nueva Las Condes, con una desocupación de 10,3%.
En el negocio de renta comercial el fondo cuenta con locales, supermercados y el complejo de salas de cine Cinépolis de La Reina, que representa un 11,4% de la cartera directa de inversiones del fondo.
Además, la venta de su cartera también significaría la búsqueda de un nuevo socio para Parque Arauco en Arauco Express, ya que el fondo de Banchile es dueño del 49% de la sociedad, mientras que el 51% restante pertenece a la compañía controlada por la familia Said.
Mediante esta asociación, operan 16 strip centers entre las regiones de Tarapacá y del Biobío (40.702 metros cuadrados arrendables), con activos valorizados en UF 2,12 millones.
Nuevas propuestas
La situación del fondo de Banchile se sumaría al fondo “Toesca Renta Inmobiliaria”, cuyos aportantes ya aprobaron el plan de liquidación del vehículo, que incluye a la propia AGF Toesca como el liquidador y un plazo de hasta cinco años.
En su hecho esencial del viernes, Banchile sostuvo que el vencimiento del fondo quedó para fin de año “sin perjuicio que una posterior asamblea de aportantes pueda pronunciarse acerca de una eventual prórroga”.
Así, fuentes del mercado apuntaron que Banchile tendría espacio para proponer nuevas extensiones con distintas condiciones a sus aportantes.
De hecho, antes de salir a liquidación, Toesca propuso en tres ocasiones distintas prórrogas para su fondo a sus inversionistas. Las dos primeras -el 5 de diciembre de 2023 y el 18 de enero de 2024, respectivamente-, por una extensión de dos años y una condición suspensiva de que los retiros no superaran el 0,5% de las cuotas, la que no se cumplió.
La última, el 28 de marzo, propuso dos años de prórroga y el límite de 5% a las cuotas que pidan rescate, el cual también fue superado.