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PDI abre sumario a escoltas de Monsalve y evalúa continuidad de jefa de Inteligencia
“Los escoltas no estaban y los movimientos que entiendo son motivos de la investigación, no estaba en un vehículo fiscal.”.
Así respondió el director general de la PDI el pasado viernes, Eduardo Cernaa uno de los principales interrogantes que han surgido luego de que se conociera la denuncia por violación interpuesta contra el exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve.
La víctima, quien es funcionario gubernamental, refiere que el domingo 22 de septiembre Se reunió con su jefe para cenar en un restaurante del centro de Perú alrededor de las 6:00 pm y luego de beber varios vasos de alcohol, amaneció al día siguiente en la habitación del hotel donde residía la autoridad en Santiago. Ella afirma haber sido sin ropa y con signos de agresión sexual. El La denuncia fue presentada este lunes 14 de octubre y terminó con la salida de Monsalve y una crisis que impacta a La Moneda.
Ante los hechos, muchos se preguntan qué pasó con los guardaespaldas del entonces exsubsecretario. Esto, entre otras cosas, porque su papel es vital -precisamente- en el ámbito de la lucha contra la delincuencia. En rigor, y con base en el relato de la víctima, qué hacía Monsalve un domingo por la noche solo, en el centro de Santiago, bajo los efectos de un consumo importante de alcohol y viajando en un taxi, según consta en la denuncia.
Esto último, ya que la funcionaria detalla una conversación que tuvo con su jefe antes de salir del hotel, el lunes 23 de septiembre al mediodía, en la que le señaló que él también tuvo un lapsus mental y que si recordaba algún episodio con una taxista, cuando ella había querido bajarse del auto y que él y el conductor la habían detenido.
Conociendo lo ocurrido ese fin de semana, sostienen que fue el propio Monsalve quien el sábado 21 de septiembre, en horas de la noche, despachó a sus escoltas que lo dejaron en el Hotel Panamericano. Les hubiera dicho que volvieran a hablar el lunes a primera hora, ya que ese domingo iba a descansar.
El sumario entonces, comentan fuentes de la PDI, es precisamente establecer si se cumplieron los protocolos y si los detectives pudieron imponerse y desconocer la autoridad que explícitamente les pidió no seguirlos.
Desde el retorno a la democracia, en 1990, la PDI creó la Brigada Presidencial, que tiene su sede en el Palacio de La Moneda y opera a pocas cuadras del hotel donde Monsalve pasó la noche.
El objetivo de esta escolta -según el sitio web de la policía civil- son “funciones de enlace y coordinación entre la institución y el Poder Ejecutivo, especialmente con el gabinete presidencial, Ministro del Interior y Seguridad Pública y Subsecretario de Gobernación, además de otros ministerios.
Junto a esto, se señala, “es responsable de la seguridad directa del subsecretario del Interiorcontando para este efecto con un selecto grupo de funcionarios con capacitación y vasta experiencia en materia de seguridad personal y escolta”. Todo esto depende de la Jefatura Nacional de Asuntos Estratégicos.
Por ello, es vital, sostiene el Gobierno, que sean los propios policías los que establezcan si se siguieron los protocolos y se cumplió la función de esta brigada. Sobre todo, explican, porque días antes de que se presentara la denuncia contra Monsalve, él -cuando aún era subsecretario- invocó la Ley de Inteligencia para enviar a un grupo de la PDI a incautar y revisar las cámaras de su hotel. Esto, según se reveló el pasado viernes el tercero (y que fue confirmado por el propio presidente Gabriel Boric), con el propósito de revisar las imágenes.
Desde el entorno de Monsalve, la versión que dieron de por qué ordenó a la policía ir a buscar las cámaras de seguridad de su hotel fue que como no recordaba lo sucedido la noche del 22 de septiembre, tenía miedo de haber sido drogado en el restaurante. o ser objeto de extorsión, en su calidad de jefe de policía.
Todo ello, la presunta violación y la eventual infracción de la Ley de Inteligencia son hoy objeto de una investigación penal llevada a cabo por el fiscal regional Xavier Armendáriz y un equipo.
Lo cierto, dicen quienes conocen el funcionamiento de los escoltas asignados a Monsalve, es que luego de que el sábado 21 se desplegó seguridad, fue el lunes 23 a las 6:00 a.m. cuando el dispositivo de seguridad contactó a la autoridad, quien les dijo que no acudiría a una actividad programada para ese día y que recién volvieron a saber de él alrededor del mediodía cuando les pidió que fueran a buscarlo.
El viernes hasta pasadas las 21:00 horas el prefecto inspector de la PDI estuvo declarando en las oficinas de la Fiscalía Centro Norte. cristina vilches. El detective es actualmente el jefe de Inteligencia de la policía civil y habría sido a quien Monsalve contactó para que miembros de esa rama acudieran al restaurante y al hotel y así grabaran las cámaras la noche del 22 de septiembre.
Quienes conocen a la alta funcionaria sostienen que se trata de una mujer de confianza de la administración anterior que corresponde al ahora imputado exdirector general Sergio Muñoz. Este último fue formalizado por brindar información sobre casos reservados al criminal Luis Hermosilla, actualmente preso por delitos de corrupción.
¿Por qué Vilches habría accedido al trámite? La respuesta dada por allegados al alto funcionario sostiene que fue porque Monsalve activó mecanismos de inteligencia en los que no pudo brindar ningún antecedente, ni siquiera a su jefe, el director Eduardo Cerna.
Fue recién el martes 15 de octubre, cuando personal de otra brigada enviada por el fiscal Armendáriz al hotel, se dio a conocer que las imágenes ya habían sido incautadas con anterioridad a la denuncia interpuesta el 14 de noviembre.
Allí fue el propio Cerna quien informó al ministro del Interior de lo sucedido. Sin entrar en detalles, le dijo que el subsecretario, y jefe policial, era objeto de una investigación por delitos sexuales y -además- que había invocado la Ley de Inteligencia para revisar cámaras. El director general de la PDI no conoció esto último hasta esta semana.
De aquí a noviembre Cerna deberá formar un nuevo alto mando y proponerlo al presidente Boric. La situación que hoy impacta al personal de Inteligencia de la institución, dicen conocedores de estos procesos, determinaría la salida de Vilches, por su vinculación con el caso.
La mujer que denunció al exsubsecretario Manuel Monsalve (PS) por el delito de violación ya cuenta con representación legal. Paralelamente a la protección que Fiscalía Centro Nortesu familia contrató al abogado Roberto Ávila (también militante socialista) para representarla.
Mediante denuncia presentada ante el Juzgado Séptimo de GarantíaSe solicita que se investiguen los hechos que fueron denunciados por el exfuncionario de la Subsecretaría de Gobernación el pasado 14 de octubre.
La difamación refuerza lo que la víctima ya denunció ante la justicia. PDIaunque destaca que el día de los hechos, el 22 de septiembre, fue invitada por su entonces jefe a comer y que “no pudo negarse”. Asimismo, la denuncia señala que fue monsalve quien la obligó a beber “una enorme cantidad” de pisco sour en el restaurante peruano donde la conoció ese día.
Después de esto, se describe el ataque sexual de la que fue víctima y pide que se investiguen los hechos ocurridos.
el abogado Roberto Ávilaen conversación con La Tercera, explica que “El hecho es sumamente grave”. Junto a esto, asegura que Monsalve conoce a la familia del denunciante desde hace años.
El profesional, activista socialista como el acusado, asegura que “Esperamos que se formalice, se acuse y se condene y que esto no acabe en clases de ética”. Esto último en referencia a términos judiciales criticados en casos que han involucrado el financiamiento ilegal de la política.
“Hasta este punto el Ministerio Público ha actuado con prontitud y eficacia. Esta denuncia no tiene motivos políticos., La víctima, su familia y hasta su abogado votaron por este gobierno. “Esto es muy triste”, dijo.