DIRECTOR:
Recientemente, el gobierno ha publicado su Plan Nacional de Seguridad Pública 2025-2031, sin embargo, la gran interrogante que surge es hasta qué punto la próxima administración implementará dicho plan, ya que todo indicaría que parte de la oposición llegaría a La Moneda el 11 de marzo de 2026.
Más allá del cambio de signo político, el lanzamiento de este plan forma parte de la implementación del nuevo Ministerio de Seguridad Pública y viene de alguna manera a orientar las acciones que adelanta la cartera que lidera Luis Cordero. En ese sentido, como primera planificación considera elementos que serán relevantes para las siguientes gestiones, especialmente el diagnóstico. Más allá de los matices políticos, estos datos serán el punto de partida para quienes vengan y, junto con los objetivos propuestos, brindarán información sobre cómo se diseñaron las políticas de seguridad pública y cómo se materializó el sistema de seguridad pública.
Todo ello para dar continuidad, claro que no. Como en países como Estados Unidos o Inglaterra, las administraciones que llegan comienzan su mandato con estrategias y planificación propias. No descartan lo anterior, pero aportan lo suyo con fuerza.
En el caso de este Plan Nacional, su debut en la sociedad tiene que ver con la vida útil del ministerio, una institucionalidad que nació hacia el final del gobierno y que pese a ello supo entregar un plan antes de terminar.
Para quienes lleguen, los planes con nombres “Hollywood” deben materializarse en documentos de políticas públicas que incorporen el camino recorrido, que se publiquen dentro de los primeros seis meses de gobierno y que sean revisados permanentemente. La política pública está viva y sin revisión o mejora ningún plan servirá.
Pilar Lizana
Director Ejecutivo de Volpe Consulting
