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Por qué Peso Pluma podría quedar fuera del Festival de Viña

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Es uno de los cantantes más aclamados en la actualidad. La música de Hassan Emilio Kabande Laija (24), más conocido como Peso Pluma, es recurrente de escuchar en fiestas, videos de TikTok y múltiples otros espacios.

El oriundo de Zapopan, México, figuró como el quinto artista más escuchado a nivel global en Spotify durante 2023, según informó la compañía de streaming en su informe anual.

Junto con ello, su canción colaborativa “Ella baila sola” se posicionó como la quinta más reproducida en todo el mundo, mientras que su álbum Génesis llegó al noveno puesto del ránking de la plataforma.

Tales números son una muestra de cómo ha explotado su popularidad, la misma con la que ha podido llevar su espectáculo a distintas partes del mundo. Incluido el Movistar Arena de Santiago de Chile, el pasado 3 de diciembre.

A casi tres meses de dicha visita, Peso Pluma tiene agendado volver al país el próximo 1 de marzo para cerrar la última noche del Festival de Viña en la Quinta Vergara.

Si bien, el anuncio de su regreso genera furor entre sus fanáticos, los críticos de su trabajo han alegado que es una influencia negativa. Sobre todo para los adolescentes y en tiempos en los que Chile enfrenta una aguda crisis de seguridad.

Esto, bajo el principal argumento de que promueve y romantiza la “narcocultura” a través de sus corridos tumbados (un subgénero que mezcla música regional de su país con estilos urbanos).

Apenas este lunes, el sociólogo y académico de la Universidad de Santiago, Alberto Mayol, publicó una columna de opinión en BioBioChile en la que cuestionó la visita del cantante en el marco de Viña 2024.

Dentro de su escrito, lo calificó como “un promotor de la cultura narco” y lamentó que su espectáculo haya sido considerado en la parrilla de un festival que es propiedad de una entidad pública (la Municipalidad de Viña del Mar) y que es transmitido por un canal de televisión público (TVN).

También planteó: “En las canciones se elogia épicamente la vida narco, se refiere a los lujos que procura el narco, se alude a relaciones sexuales basadas en el dinero que el narco permite, se señalan los vehículos que se usan, se habla de la producción de cocaína, de su consumo y del fentanilo. Asociándolo todo a una vida espectacular, de diversión constante, de armas, de alta velocidad, de grandes camionetas, de fronteras cruzadas fuera de la ley y de adrenalina por montones”.

Con ello, hizo referencia a letras como la de “El Gavilán”, en donde canta expresamente: “Soy de la gente del Chapo Guzmán”.

Además de a otras como “PRC”, en donde desde la visión del sociólogo también idealiza los actos asociados al crimen organizado.

Y, bien forrados, los paquetes van

No hay pendiente, no puedo fallar

Siempre estoy listo para cruzar

Polvo, ruedas y también cristal

Disfrutamos esté bien o mal

De esta vida, no me vo’a quejar”.

Un día después de que se publicara esa columna, el concejal René Lues redactó otra para el mismo medio, en la que le pidió a la alcaldesa Macarena Ripamonti “cancelar el contrato de Peso Pluma en el Festival de Viña del Mar”.

Durante el último tiempo, el mexicano también se ha enfrentado a una serie de controversias. Precisamente, a raíz de las referencias que hacen sus letras al mundo del narcotráfico.

La más notoria fue cuando en septiembre del año pasado recibió amenazas firmadas con las iniciales “CJNG” (las siglas del Cartel Jalisco Nueva Generación), lo que llevó a que cancelara su concierto del 14 de octubre en Tijuana “por la seguridad de todos los involucrados”.

Tres horas después del anuncio, la empresa promotora de sus presentaciones suspendió otros cinco espectáculos que tenía programados en México.

Aún así, Peso Pluma es solo un exponente —el más popular— en el ascenso de estas nuevas interpretaciones con tintes urbanos de los narcocorridos, es decir, canciones que relatan historias relacionadas al tráfico de drogas.

La desconfianza de las autoridades mexicanas hacia esta música llevó a que en noviembre Tijuana prohibiera los corridos tumbados en todos los espacios públicos, con multas de hasta 70.000 dólares por infringir la norma, según rescató el New York Times.

Unos meses antes, en mayo, en Cancún se optó por restringir los espectáculos públicos “que fomenten la violencia”.

Incluso, el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a mediados de 2023 a la popularidad de los corridos tumbados.

“Pueden cantar lo que quieran (…) pero no nos vamos a quedar callados cuando dicen de que son buenas las tachas, que tienen un arma calibre .50, y que son sus ídolos los narcos más famosos”, dijo el mandatario durante una conferencia de prensa.

Por su parte, Peso Pluma declaró en abril durante una entrevista audiovisual con Soy Grupero:

“Yo sé que a veces no es bueno que los niños vean o escuchen esto, pero esa es una realidad. Se tiene que mostrar, se tiene que ver (…) Esa no es mi vida diaria, estamos representando lo que se dice en el corrido (…) Creo que la gente también es consciente de que uno es cantante, es artista (…) No es como que estemos apoyando o haciendo apología. Es simplemente trabajo”.

¿Peso Pluma promueve la “narcocultura”? El intenso debate previo a su show en el Festival de Viña. Foto: Peso Pluma.

El director del medio especializado en música urbana Trap2day, Ignacio Videla, afirma a La Tercera que se trata de “un tema complejo, ya que de cierta manera refleja algo que está muy adentro de la cultura mexicana”.

Los corridos están desde hace muchos años, no solo con la generación actual de cantantes del país”, recuerda, para luego añadir que su catálogo de canciones es amplio y que “en varios” de sus títulos hay alusiones directas al narcotráfico.

Sin embargo, sugiere que “tampoco es apoyar, sino que es un poco decir que ‘esto está acá’” y aludir a “todo el historial narco que tiene México”.

“Hay distintos tipos de corridos, por ejemplo los que tienen las trompetas más fuertes, esos son bien ‘belicosos’ (…) porque hay unos que son como ‘vamos a ir a pelear’ y ‘vamos a ir’ por esto otro, que esos son los más fuertes (…) pero también tiene distintos tipos de canciones. También otras más románticas. Es bastante variado”, explica.

Al ser consultado sobre si las críticas que enfrenta Peso Pluma son comparables con otras que se han hecho a géneros que tuvieron su mayor momento de popularidad en décadas pasadas, afirma que “dentro de todo es bastante similar”.

No obstante, recalca que más allá de un tema generacional, “ocurre que la música de hoy es más explícita en su contenido”.

Las letras son mucho más ‘al hueso’. Quedaron un poco atrás las metáforas. No es solo con Peso Pluma. Lo podemos ver en el rap o el trap de Estados Unidos o con los mismos cantantes urbanos acá en Chile, que las letras son explícitas en sí. Entonces, pienso que el foco hacía él en este caso viene directo de la percepción que tiene el mundo de la cultura mexicana y cómo parte de esta se ha vinculado con el narcotráfico. Creo que eso es lo que hace que a un cantante como a él lo apunten mucho más”.

La periodista del medio especializado LaJunta+, Camila Castillo Ibarra, afirma a LT que “en general la música del género urbano, independiente del país del que provenga, siempre es un reflejo de una realidad y siempre ha sido muy estigmatizada y discriminada”.

“Es súper necesario contar con esta música para poder ver el reflejo de la sociedad en la que estamos viviendo, porque no nos podemos hacer los ciegos, como que esto no pasa (…) es una herramienta para visibilizar lo que está pasando”.

Asimismo, argumenta que el hecho de que exista esta música puede ser una motivación para que muchos de los jóvenes que viven realidades complejas se interesen en iniciar una carrera artística para salir adelante y alejarse de estos ambientes en los que están inmersos.

“Además, que un artista haga referencias a ciertos elementos de la sociedad en sus canciones, no necesariamente significa que estos sean parte de las cosas que él lleva a cabo en su vida diaria”, agrega Castillo.

Dicho punto se condice con las declaraciones de Peso Pluma que están citadas más arriba, cuando asegura en una entrevista que lo que relata no es su rutina personal y que él y sus colegas están “representando lo que se dice en el corrido”.

“No porque cante sobre una cosa significa que la haga. De repente hay tópicos en las canciones que están muy en boga y que se repiten. No se traduce en que se esté motivando a que lo hagan (…) Tampoco hay que tomarse la música tan literal. Hay objetos, hay conceptos”, plantea la especialista de LaJunta+.

¿Peso Pluma promueve la “narcocultura”? El intenso debate previo a su show en el Festival de Viña. Foto: Peso Pluma.

Respecto a las posturas que sostienen que la música de Peso Pluma podría incentivar a “romantizar” los actos ligados al narcotráfico, el académico de la Escuela de Sociología de la Universidad Diego Portales (UDP), Raimundo Frei, enfatiza:

“Las audiencias no son pasivas, reinterpretan lo que escuchan de acuerdo a lo que ven y lo que viven. Muchas veces, estos cantantes también van expresando distintos temas en sus canciones. ‘Ella baila sola’, su principal hit, no es una oda al narcotráfico. También expresa otras emociones”.

Según el sociólogo, “ahora estamos ante dos posiciones que hay que tomarlas ambas en consideración”.

Por un lado, están quienes sostienen que visibiliza una cruda realidad que se vive en ciertos sectores de la población.

En otra vereda, están quienes plantean que parte de las temáticas que abordan artistas como Peso Pluma podrían presuntamente correlacionarse con la agudización de la crisis de seguridad.

Sin embargo, el académico de la UDP dice en cuanto a esto último que la música por sí sola “no tiene tanto poder para determinar eso” y que son múltiples los factores que inciden en este escenario.

“Lo que sí cabe preguntarse siempre es cuál es la propia posición crítica que debemos asumir ante la legitimación de la violencia. Yo creo que es un punto que todas las sociedades se preguntan: cómo debemos entender estas creaciones culturales y qué rol tienen en la explicación de la visibilización de las armas y de darle figuración a actividades ilícitas, entre otras cosas”.

Para el sociólogo, otro punto que tampoco se comprende del todo es por qué los segmentos más jóvenes, particularmente los niños, se sienten atraídos por “este tipo de melodías”.

“Creo que eso se escapa del tema social”, dice Frei, para después precisar que se refiere expresamente a aspectos de composición musical como los ritmos.

“Y eso además es increíble, porque trasciende fronteras y clases sociales. En América Latina se escucha tanto en el barrio alto como en sectores populares”, sentencia el académico de la UDP.

Lo que es innegable, es que la música de Peso Pluma ha llamado la atención de distintos públicos alrededor del mundo y que el sonido de los corridos tumbados es una tendencia que sigue en ascenso.

De hecho, en julio de 2023, el gobierno mexicano estrenó una canción a su estilo con influencias de este género musical, a través de la cual buscaron alertar sobre los riesgos del consumo de drogas como el fentanilo.

Mientras tanto, el debate en torno al hombre de “Rosa Pastel” y su visita al Festival de Viña del Mar sigue desarrollándose.

Durante la tarde de este martes, el exministro de Defensa y actual presidente de TVN, Francisco Vidal, confirmó a BioBioChile que está en conversaciones con el director ejecutivo del canal, Alfredo Ramírez, para evaluar la participación del cantante.

Según dijo, se están revisando “los antecedentes provenientes de esa columna (la de Mayol)”, para que “una vez que se tenga respuesta, lo más probable es que converse con el directorio”.

Cabe recalcar que todavía no se ha tomado una decisión al respecto, por lo que Peso Pluma aún se mantiene como el encargado de cerrar la última noche del conocido “festival latino más grande del mundo”.

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Colombia le empata a Perú y evita que Chile sea colista de las Eliminatorias

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A raíz de la mala campaña en las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2026, Chile necesariamente debe estar pendiente de otros resultados, con la calculadora en la mano. En ese sentido, una particular atención debía tener con lo sucedido en Lima, en el duelo entre Perú y Colombia, que cerró la séptima fecha clasificatoria. La Bicolor es uno de los rivales directos de la Roja, en la disputa del sexto cupo y el repechaje, por lo tanto era necesaria (desde los intereses nacionales) una ayuda de los cafetaleros. En la capital peruana, fue un empate 1-1 que terminó siendo un alivio para el Equipo de Todos, por el devenir del cotejo.

Sin el castigado Jorge Fossati al borde de la cancha, Perú salió a la cancha buscando su primera victoria en estas Eliminatorias, para salir del fondo de la tabla. Además de esa presión, requería cambiar la imagen luego de una deslucida Copa América, en la cual quedó en el camino en la fase grupal. La novedad fue la vuelta de Renato Tapia, portando la jineta de capitán, quien se perdió el certamen en Estados Unidos con una polémica de por medio.

La Selección Colombia, subcampeona de América y uno de los elencos que mejor fútbol exhibe en este lado del mundo, goza de una generación que destaca en Europa y que cuenta con una holgura que le ayuda en el tránsito de las Clasificatorias. El DT Néstor Lorenzo se guardó a James Rodríguez para el segundo tiempo. El 10 colombiano, flamante refuerzo del Rayo Vallecano de España, venía con inactividad.

El primer tiempo fue tan dinámico como impreciso. Colombia tuvo un dominio relativo. Si bien registró el 68% de la posesión durante el lapso inicial, Perú tuvo un par de acercamientos hacia la meta de Camilo Vargas que despertaron a la efervescente hinchada local. En los 11′, un cabezazo de Alex Valera obligó a la gran intervención de Vargas, quien despejó. Luego, en los 24′, se anula un gol a Gianluca Lapadula, por fuera de juego.

En líneas generales, Colombia tuvo un mayor afán de protagonismo, que se acentuó en el complemento. Perú, en casa, apostaba a salir de contragolpe. La Blanquirroja dio un sorpresivo golpe en el partido abriendo la cuenta gracias a una acción de pelota detenida. En los 66′, el zaguero Alexander Callens pone el 1-0, desatando una algarabía contenida por mucho tiempo en el país vecino. Luego de un centro, el defensor va a la segunda jugada y conecta el balón.

Este resultado mandaba a Chile en el último lugar de la tabla, al tener peor diferencia de gol que los peruanos. El peor escenario imaginable para el fútbol criollo. Rozando el papelón.

Colombia mejoró, haciendo figura al portero Pedro Gallese. En el epílogo, llegó el empate, que se festejó tanto en Bogotá como en Santiago. Con un cabezazo, Luis Díaz puso el 1-1, entregándole algo de justicia al partido y devolviendo a Perú al fondo de la clasificación. Una sensación de alivio inconmensurable en Pinto Durán.

De esta manera, Perú se mantiene en el fondo con solo 3 puntos. Es el único elenco sin victorias en el proceso rumbo a 2026.

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Las distintas realidades financieras de las constructoras

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Una semana después de que acabara el primer semestre, el gerente de una constructora de edificios residenciales dijo que lo peor de la crisis que ha sufrido su sector ya pasó y que se estaba viendo la luz al final del túnel. Ahora, cuando las empresas del rubro que cotizan en bolsa ya dieron a conocer sus estados financieros, es posible indagar para saber cuánto de realidad tenía esa afirmación. Y lo cierto es que, a la luz de los balances, todavía parece ser pronto para dar por acabada esta negativa etapa, azuzada por la debilidad del consumo, el endurecimiento del crédito y las altas tasas de interés, que provocó el brote inflacionario.

El problema fundamental se centra en las compañías mayoritariamente volcadas al segmento inmobiliario. En cambio, algunas de las mayores constructoras del país trabajan también en grandes obras civiles, lo que les reporta diversificación y más solidez. El nuevo presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Alfredo Echavarría, resumió este momento apuntando a que se deberá poner “énfasis en los sectores que están más afectados, como la vivienda privada”.

Así, el estado financiero de cada firma depende de cuánto peso tienen sus áreas de negocio y cuán diversificada se encuentra. Esto, en un contexto macroeconómico que aún muestra un bajo dinamismo este año. “El crecimiento del PIB tiene un fuerte impacto en el sector construcción en Chile, y si bien se espera una expansión este año, se espera que haya una evolución de los resultados del sector, pero será de manera gradual”, comenta Paula Acuña, analista senior de la clasificadora de riesgo Humphreys. Por tanto, que estas empresas “mantengan una amplia diversificación de sus negocios morigera el riesgo de pérdidas en periodos desfavorables”, agrega.

Pero la preocupación en el mercado financiero se centra en el nivel de deuda que carga la construcción. Las firmas abiertas en bolsa suman una deuda financiera de casi US$2.400 millones, donde cuatro de ellas representan casi el 80%: Socovesa, con US$723 millones; SalfaCorp, con US$470 millones; Paz, con US$422 millones, y Besalco, con US$306 millones. Por eso, algunas empresas se han dedicado fuertemente a trabajar con el gran objetivo de reducir su deuda, como Moller & Pérez-Cotapos, que la disminuyó en un 30%.

En este contexto, se puede dividir el rubro en tres grupos, de acuerdo a cómo están enfrentando este periodo complejo.

Construcción, edificios, departamentos, propiedades.

Aún sin risas, pero al menos dejando el tono sombrío que las ha caracterizado en el último tiempo, de entre las siete compañías constructoras que cotizan en bolsa, hay dos que dan muestras de una mayor firmeza. Se trata de Besalco y Salfacorp, que poseen un área de obras civiles potente y que, según los especialistas, fundan su fortaleza en la diversificación de sus negocios, puesto que también participan en montaje industrial y en el rubro inmobiliario.

De hecho, los ingresos de ambas subieron 20,6% y 17,2%, cada una, en la primera mitad del año, lo que se correspondió con sus Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, una medida de su flujo de caja operacional), que aumentaron 2,4% y 13,2%, respectivamente. Pero donde se denota su mayor solidez es en sus indicadores de endeudamiento, que han mejorado.

La deuda financiera sobre patrimonio en Besalco, controlada por la familia Bezanilla, cayó a 0,9 veces desde 1, lo mismo que su pasivo financiero frente al patrimonio, a 1,2 desde 1,3 veces, y la proporción de su deuda financiera de corto plazo sobre el total, que se redujo 13,5 puntos, a un 38,9%.

“La diversificación de la compañía es uno de los pilares más relevantes que ha explicado el comportamiento menos cíclico de su desempeño respecto a la industria en la que opera, justificando el rating relativamente alto en comparación a otros incumbentes con exposición a rubros en los que Besalco tiene participación”, explicó en junio pasado la clasificadora de riesgo ICR al otorgarle perspectiva “estable” a la nota A- de su solvencia.

En el caso de Salfacorp, ligada a Andrés Navarro, disminuyó la relación de pasivo financiero versus patrimonio a 1,0 veces desde 1,1 veces y su deuda financiera de corto plazo sobre el total en 7,7 puntos, a un 49,8%.

“La amplia gama de actividades de la entidad, con una diversificación y complementariedad entre áreas que le otorgan una mayor capacidad relativa para generar sinergias (…) sumado a su vasta experiencia en gestión de proyectos de construcción de obras de gran tamaño y alta complejidad, le han permitido compensar las caídas de actividad en algunos sectores durante los últimos periodos”, dijo la agencia Feller Rate en mayo, al subirle su calificación de solvencia a BBB+.

Edificios Construccion
Edificios departamentos en construcción.

Hay otras dos compañías que, aunque no denotan tensión urgente, venían de cifras más o menos positivas y tuvieron malas noticias a mitad de año.

Echeverría Izquierdo, por ejemplo, anotó una caída de 16,2% en sus ingresos, de 17,9% en su Ebitda y de 38,8% en su utilidad. Y la empresa ligada a los hermanos Fernando y Bernardo Echeverría y a Álvaro Izquierdo, cuenta con un antecedente que la apremia: la deuda financiera de corto plazo respecto a todos sus pasivos, que subió 7,2 puntos, a un 89,2%. Es decir, debe responder en poco tiempo a muchos compromisos. Pero su índice de deuda financiera sobre patrimonio aún no es preocupante: de 1,2 veces. Y los expertos lo avalan: “Se deben considerar las características propias del negocio inmobiliario, donde parte relevante de este vencimiento de deuda se enfrenta con la venta del inventario liquidable o susceptible de liquidar, como las viviendas terminadas y obras en etapa de ejecución”, señala Acuña, de Humphreys. Incluso, la analista recuerda que la compañía cuenta con terrenos para futuros proyectos que podría dar en garantía o vender, y que podría utilizar para reforzar su liquidez.

La otra empresa que no tuvo un buen pasar al exhibir sus resultados semestrales fue Ingevec que, junto con su negocio inmobiliario, cuenta con ingeniería y construcción (I&C), renta residencial y administración hotelera. La firma de Francisco Vial, José Antonio Bustamante y Enrique Besa, redujo sus ingresos en un 21,5%, pero elevó ligeramente su Ebitda y sus utilidades en un 3,9% y un 8,8%, respectivamente. De entre las constructoras, es la más conservadora en términos de endeudamiento, ya que su relación de deuda financiera neta sobre patrimonio es la menor, con 0,8 veces, pero tiene sus ojos puestos en los pasivos bancarios de corto plazo que casi se duplicaron respecto al año pasado. En todo caso, la mirada de los especialistas es “positiva”. “El cambio de perspectivas -de estables a positivas- refleja la amplia experiencia y especialización en el segmento de edificación con que cuenta Ingevec. Ello, en conjunto con una conservadora política financiera en su principal actividad, le ha permitido mantener indicadores crediticios en la unidad de I&C por debajo del promedio de la industria, pese al desafiante escenario del segmento”, comentó Feller Rate en junio al ratificar su clasificación de solvencia BBB.

Las tres compañías del rubro abiertas a la bolsa con un desempeño y un escenario deuda más complicados son Socovesa, Paz y Moller & Pérez-Cotapos. Ahora, de todos modos, es una situación que se ha morigerado respecto a lo que mostraron a fines del año pasado.

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Construcción de viviendas

Socovesa, focalizada en viviendas, mostró en el primer semestre una recuperación operacional que le dio cierto aire. Elevó sus ingresos un 69% debido a una fuerte venta con descuento de su cartera y triplicó su Ebitda, pero dado su interés por saldar deudas, elevó sus costos financieros, lo que la obligó a seguir mostrando pérdidas. La compañía controlada por la familia Gras continúa siendo la que tiene peores ratios de endeudamiento, con una deuda financiera neta de 1,9 veces su patrimonio, pasivos financieros totales de dos veces su patrimonio y una deuda de corto plazo que es el 99,5% de todos sus pasivos financieros.

En mayo pasado, la agencia ICR puso “en observación” la nota BB+ de solvencia de Socovesa, que “captura la incertidumbre respecto al proceso de recuperación financiera de la compañía, teniendo en cuenta las dificultades que seguiría presentando el sector en el corto y mediano plazo”. El futuro de la firma, dice ICR, depende de que se dé “un alza sostenida en la demanda de viviendas nuevas, siempre y cuando la empresa mantenga el adecuado acceso al financiamiento bancario”. La agencia espera una normalización de sus resultados hacia 2026, “dado que los controles de oferta implementados para responder al nivel actual de demanda implicarían contar con un menor stock disponible para escriturar en 2025″.

Paz, por su parte, ligada a la familia homónima, mostró mejoras en sus ingresos del 10,9% y en su Ebitda, del 20,7%, pero sus utilidades cayeron a la mitad, ante un aumento al doble de sus costos financieros. Sus ratios de apalancamiento también son altos, con una deuda financiera neta de dos veces su patrimonio y un pasivo financiero total de 1,7 veces. Pero redujo en 1,7 puntos su deuda de corto plazo, a un 74,8% de su pasivo total.

El futuro de esta compañía, centrada en la vivienda en edificios, tal como en el caso de Socovesa, depende de las condiciones macroeconómicas futuras. Las perspectivas de la agencia Feller Rate son “estables” para una nota de solvencia de BBB+, un escenario que depende de que la firma continúe “con una estrategia conservadora tanto en términos de ejecución de proyectos como de lanzamientos, y en los requerimientos para la generación de promesas, que se traduzcan en adecuados niveles de escrituración para alcanzar un equilibrio inmobiliario similar a lo histórico en el mediano plazo”, sostuvo, lo que permitiría una reducción en sus niveles de deuda.

En el caso de Moller & Pérez-Cotapos, la preocupación por la deuda es evidente. Así, el gran esfuerzo del primer semestre de la compañía, que tiene una base en el negocio de la vivienda, pero que ha crecido en obras civiles en las últimas décadas, fue achicar sus ratios de apalancamiento financiero. Y consiguieron reducirla un 30%. “Cabe destacar la relevante reducción de la deuda financiera que ha venido realizando la compañía en estos últimos años”, resaltó la propia empresa en su balance al primer semestre. Moller cuenta con una cartera acotada de proyectos y no está en busca de terrenos para desarrollar más, lo que le ha permitido disminuir sus gastos de administración. Con todo, logró que sus ingresos crecieran un 7,1%, aunque su Ebitda y su resultado final cayeron 75,4% y 54,2%, cada uno, afectados por menores márgenes en el sector inmobiliario y una menor actividad en construcción de obras mayores. En sus resultados, Moller resumió lo que concuerdan las constructoras respecto al futuro, especialmente en lo referido al sector hipotecario, central para las perspectivas del negocio inmobiliario: “En el sector hipotecario, las tasas de interés se han mantenido estables en un rango elevado, aún lejos de los niveles anteriores a la pandemia, sin embargo, la situación para el segundo semestre parece más prometedora gracias al control de la inflación. Esto permite anticipar una posible reducción en las tasas de interés tanto hipotecarias como de financiamiento. Se estima que la industria podría experimentar una mejora hacia finales del segundo semestre de 2024 y principios de 2025″, auguró.

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PIB per cápita crecerá en torno a 1,3% en la próxima década

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Para este año, el panorama que entregó el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (Ipom) no fue auspicioso: un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,25% a 2,75%, una inversión cayendo 0,8% y un crecimiento del consumo privado bajo 2%. Además, proyectó una mayor inflación para 2024 pasando de 4,2% a 4,5%.

Pero el escenario sombrío que delineó el ente rector no solo fue para el corto plazo, sino que también para el mediano: un crecimiento tendencial de 1,8% en promedio hasta el 2034, por debajo del 1,9% que previó en diciembre pasado.

En su mensaje al Senado, la propia presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, levantó la alerta: “Crecer a las tasas de mediano plazo que proyectamos no permite satisfacer nuestras necesidades y aspiraciones, entonces es algo de lo que debemos hacernos cargo. Enfrentar este desafío y superarlo requiere de políticas públicas bien diseñadas, requiere de la creatividad y esfuerzo tanto del sector privado como del público. Requiere de instituciones sólidas”.

En ese sentido, Costa dijo que existen oportunidades, pero ello “exige prepararse en forma oportuna”, pues “enfrentamos desafíos ante avances tecnológicos que requieren capacidad de adaptación. Es necesario mejorar la calidad de nuestra educación, destinar recursos a proyectos que permitan aumentar la productividad, avanzar en iniciativas que favorezcan la inversión, fomenten la competencia, la profundidad de los mercados financieros, y por cierto aprovechar las ventajas que se nos presentan”.

Si entre 1995-2004 la economía creció 5%, entre 2005 y 2014, bajó a 4,3% y entre 2015 a 2024 siguió descendiendo hasta 2%. Y ahora entre 2025 y 2034 la proyección apunta a una expansión de 1,8%.

El PIB tendencial es la capacidad de crecimiento de mediano plazo que tiene la economía sin generar efectos adversos como la inflación. En el largo plazo, las tasas de crecimiento potencial y tendencial convergen al mismo número.

Esta fuerte desaceleración de la actividad económica ha impactado un indicador que sirve para cuantificar qué tan cerca o lejos está el país de alcanzar ingresos de naciones desarrolladas, como es el PIB per cápita (el PIB dividido por la población).

Un efecto directo sobre las personas es precisamente ese: si se considera la proyección oficial del INE de un crecimiento de la población del 0,5% por año, el PIB per cápita del país se expandiría a una tasa levemente por encima del 1% (1,3%), lo que para los economistas es insuficiente para mejorar la calidad de vida de las personas.

Los analistas coinciden que una de las principales implicancias de crecer bajo 2% en la próxima década es no poder satisfacer las demandas sociales como salud, educación, seguridad pública y pensiones. A ello se suma la desigualdad y la pobreza.

Alejandro Fernández, economista de Gemines consultores, lo explica así: “El problema del bajo crecimiento es mucho más complejo que, simplemente, tratar de invertir un poco más o aumentar algo la productividad, ya que está involucrado el sistema político, la educación, la regulación laboral, etc. Desde esta perspectiva los que dicen que el país se jodió con la reforma tributaria de Alberto Arenas, están siendo reduccionistas. Ven solo una parte del problema y este viene de mucho antes y se agrava después”.

Hermann González, coordinador Macroecómico de Clapes UC y socio de Valtin Consulting, se suma al análisis y menciona que “en el marco de la regla fiscal vigente en Chile, un bajo crecimiento tendencial limita las posibilidades de expansión del gasto público de forma responsable. Esto implica que necesidades no cubiertas de la población en materia de educación y salud pública, vivienda o seguridad, tendrán que esperar más tiempo para ser satisfechas, con el potencial riesgo de aumentar el malestar social”. Otra implicancia entrega el economista jefe de Bci, Sergio Lehmann: “El sueño de alcanzar estándares de país desarrollado, como planteábamos hace pocos años atrás, es hoy, bajo las actuales condiciones estructurales del país, inalcanzable”.

Y Tomás Flores, economista de LyD, apunta que “un crecimiento de 1,8%, que supera levemente el aumento de la población, genera una condición en donde tras una década prácticamente no se observará ningún progreso en bienestar, ya que el crecimiento per cápita tan reducido solo mantiene los niveles de ingresos actuales”.

Uno de los factores que explica el estancamiento de la expansión del PIB per cápita es el deterioro de los factores que están detrás del crecimiento potencial del país. Uno de ellos es que la tasa real anual de la inversión pasó de crecer 10% (2004-2013) a una expansión de 0,8% entre 2014 y 2023. Asimismo, la productividad está estancada desde hace más de una década.

Los expertos también mencionan que este escenario de menor crecimiento se explica por un deterioro del sistema político, el que califican como “polarizado, fragmentado” y ya no es capaz de lograr acuerdos en las reformas sociales y económicas necesarias para mejorar el bienestar de la población.

El bajo crecimiento económico genera mayor pobreza y desigualdades.

La pobreza en el país ha venido bajando de manera sostenida desde 1990 a la fecha. En la última medición, Casen 2022, la pobreza por ingreso se redujo a 6,5%. Esto, según los expertos, se debe principalmente al mayor crecimiento y las políticas sociales impulsadas por los distintos gobiernos, quienes lo han podido financiar gracias al mayor crecimiento de la economía.

“Uno de los riesgos de este bajo crecimiento es que se revierta parte de los avances alcanzados hasta ahora. La pobreza se ve impactada por el menor crecimiento del empleo y de los salarios reales, que implica un escenario como este, pero también por una menor capacidad del Estado de invertir en áreas que permitan apoyar a los hogares más vulnerables para salir de esta situación”, argumenta González.

Esa misma visión es complementada por Lehmann: “Con el crecimiento tendencial que hoy registramos, no lograremos avances relevantes en mejoras en la distribución del ingreso y reducción de la pobreza. Para ello, es necesario acelerar el crecimiento y abordar cuestiones de carácter estructural que hoy frenan el crecimiento y desarrollo de la economía”.

Fernández menciona que “se hace muy difícil reducirlas, porque la única forma es quitándole a los que están mejor en vez de aprovechar los beneficios del crecimiento, si este fuera más rápido. De hecho, se imposibilita reducirlas y, peor aún, es probable que ocurra lo contrario”.

Alejandro Micco, exsubsecretario de Hacienda y actual académico de la Universidad de Chile, argumentó que “lo principal es el impacto que tiene en el poder adquisitivo de las personas” Y lo ejemplifica así: un crecimiento hoy día de 1,8% de largo plazo dada nuestra tasa de crecimiento de la población es de 1,2% de crecimiento del PIB perca. Y si esto lo llevamos a los años 90, el crecimiento per cápita hubiera sido 0% por el mayor aumento de la población”.

ALEJANDRO MICCO.
Alejandro Micco, exsubsecretario de Hacienda.

Otro ejemplo: “Si hoy gano 100 pesos, de aquí a 10 años estaré ganando 120 pesos. Es un aumento, pero pobre. O una persona que gana $600 mil y en 10 años subirá a $$720 mil. Es poco el aumento en el bienestar que tendrán las personas y eso afecta a todas las personas. Esta debe ser una señal de alerta para la política, ya que puede generar frustración y tensión social”. Para Micco, parte del estallido social de octubre de 2019 se debió a que el “país no creció nada durante la última década, pese a que el Fisco gastó más en protección social, el país no creció”.

González acota que “en un país que crece menos existe menos movilidad social y el Estado tiene menos herramientas para reducir las brechas que hay entre sus habitantes, todo lo cual amplia las desigualdades existentes”.

Tomás Flores sostiene que “los motores del crecimiento son la inversión, el empleo y la productividad”. Sin embargo, dice que “no se observa una agenda consistente que busquen acelerar esos tres motores y de hecho en algunos casos la discusión pública lleva a ponerlos en reversa”.

Flores
Tomás Flores, economista y exsubsecretario de Economía.

Para Fernández, “hay que hacer muchas cosas más o menos al mismo tiempo, pero reformar el sistema político es imprescindible”.

Y González apunta a que “se requiere un Estado más ágil y eficiente, un sistema político menos fragmentado y más competencia en los mercados. Además, posiblemente, tendremos que generar incentivos tributarios y garantizar estabilidad de las reglas del juego para reencantar a los inversionistas nacionales y extranjeros con nuestro país”.

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