Sin mayor estridencia, luego de que se cumplieran los siete minutos que le había añadido al partido, el juez brasileño Anderson Daronco le puso término al choque entre Junior y Colo Colo. Los jugadores albos se aprestaban para festejar un triunfo histórico en tierra colombiana y, lo más importante, un paso que merece la misma calificación. Desde 2018, cuando era dirigido por Héctor Tapia, el Cacique no se entreveraba entre los ocho mejores de la Copa Libertadores. De la mano de Jorge Almirón, lo vuelve a conseguir. Y se anima a soñar.
Antes de dar rienda suelta a la alegría, que luego se extendería al vestuario, donde hubo una auténtica fiesta, los jugadores albos tuvieron que interponerse al intento de los colombianos de acceder a Arturo Vidal. El Rey había ingresado en el segundo lapso, aunque los jugadores del equipo de Barranquilla querían pasarle una cuenta que no tenía que ver estrictamente con lo que había sucedido en el duelo.
En el equipo de Arturo Hernández habían molestado los alardes del Rey en las redes sociales. Antes del partido, en su particular estilo, que mezcla elocuencia con una seguridad que para muchos constituye soberbia, el volante albo había dado muestras suficientes de que ni siquiera admitía un atisbo de dudas respecto del éxito de la misión en Colombia. “Estoy listo para jugar. Vamos a masacrar. Vamos a dejar la vida en la cancha”, había manifestado en un live en Instagram. La transmisión incluyó mensajes de aliento a Mauricio Isla y a Javier Correa, quien antes se había llevado otras muestras de respaldo de parte del exvolante del Inter de Milán, el Bayern Múnich y el Barcelona.
Si la temperatura ambiental superaba tranquilamente los 25 grados, en la cancha el termómetro reventaba. Un par de minutos, volvió la calma.
Vidal, ducho en estas lides, no reaccionó frente a las provocaciones de los cafetaleros. De haberlo hecho, se exponía a una potencial sanción que le habría marginado de lo que realmente le importa: contribuir a que Colo Colo se acerque a un sueño. “Vamos por la segunda”, ha dicho en reiteradas oportunidades, en otro derroche de confianza, ahora relacionado con la posibilidad de añadir esta Copa Libertadores a la que la escuadra de Macul obtuvo en 1991, de la mano de Mirko Jozic. En su caso, también podría tratarse de una alusión a su palmarés personal. Ya pudo ganar la Libertadores en 2022, con Flamengo. Era uno de los títulos que le faltaba. El otro sigue siendo la Champions League.
El King añadía a Colombia, curiosamente el país de su pareja, Sonia Isaza, y donde América de Cali lo quiso llevar en el mismo tiempo que gestionaba su retorno a Colo Colo, a la lista de lugares donde no es bien recibido. Por la frontalidad de sus mensajes, por su excéntrica personalidad o, derechamente, por la envidia que despiertan sus interminables logros deportivos, y más aún los limitados, pero significativos que alcanzó con la Selección, a Vidal lo odia casi la totalidad de Sudamérica.
Perfectamente, de hecho, se puede establecer una suerte de cronología, que nace en 2015, cuando, en plena Copa América, el primer título internacional de la Roja, protagonizó un sonado accidente mientras conducía su Ferrari, a la salida del casino Monticello. Esa situación lo transformó en objeto de burlas en toda esta parte del mundo.
La condición de campeón continental que tuvo la Roja, que más tarde se amplió a la de bicampeón, por la obtención del título en la Copa América Centenario que se organizó en Estados Unidos agrandó la animadversión hacia Chile. Y, por supuesto, hacia Vidal, quien, por cierto, no dudaba en relucir el nuevo estatus del combinado nacional en el concierto continental y mundial.
El historial es largo. En Perú, por ejemplo, no olvidan el elocuente rayado que dejó la Roja en la visita a Lima en 2015: “Respeto. Por aquí pasó el campeón de América”. Ni siquiera se considera que el autor del mensaje no fue, precisamente, Vidal. En Paraguay, hasta José Luis Chilavert se le cruzó. “Borracho”, fue el concepto que utilizó el emblemático exguardameta para reaccionar a lo que consideró otro de sus alardes. “Para nosotros será una revancha, cuando nos ganaron allá celebraron como si fueran campeones del mundo”, había declarado. Lo peor es que Chile no logró vencer a los guaraníes en el camino hacia Rusia 2018. De hecho, cayó en ambos duelos eliminatorios ante la Albirroja.
En Bolivia tampoco le recuerdan de buena forma. “Chile comenzó a creer que ganaba con el puro nombre. Recuerdo las declaraciones de Vidal cuando empatamos en Santiago. Salió a decir que para nosotros era una victoria porque éramos un equipo que se colgó del arco.Lo respetamos, pero en el fútbol toda da vuelta y nada es para siempre”, sentenció Jhasmani Campos. Y, luego, detonó una bomba. “Vidal cuando fue sustituido se empezó a poner nervioso en la banca. Se puso a discutir con nuestro entrenador y con otros jugadores. Pero es entendible porque está con mucha presión por el momento que están pasando. No debe ser fácil el momento. Pero su comportamiento no es bueno como imagen para su país”, disparó.
Argentina es un caso aparte. Digno de análisis, de hecho. En el país transandino respetan la trayectoria futbolística de Arturo Vidal. Hace un par de años, de hecho, la posibilidad de que se transformara en refuerzo de Boca Juniors generó entusiasmo. Nadie cuestionaba que pudiera transformarse en un aporte a los xeneizes e, incluso, a la jerarquización de la competencia. Esa vez, el Rey optó por irse a Flamengo, por la notoria diferencia económica de la propuesta y por la mayor certeza de poder optar a la obtención de la Libertadores. En ventanas de mercado anteriores a su regreso al Cacique, la opción se mantuvo latente.
Sin embargo, al otro lado de la cordillera hay quienes no olvidan el protagonismo de Vidal en las dos decepciones que sufrieron antes del virtuoso ciclo que los devolvió a la cima del mundo. Y en ese plano, cada cierto rato, vuelve a circular un meme que muestra a Vidal junto a sus hijos y un mensaje que, otra vez, derrochaba confianza. “Descansen, hijos míos. Papá tiene que trabajar y llevar a Chile al Mundial”, escribió. Los transandinos suelen bromear con que los vástagos de Vidal aún no despiertan.
La tarde de este sábado se registró el homicidio de un hombre, en la comuna de El Bosque, al sur de la Región Metropolitana.
El nuevo crimen ocurrió en calle Los Ceibos, donde se reportaron disparos con un arma de fuego en la vía pública hasta donde llegaron los equipos de emergencia y policiales.
Hasta el lugar se trasladó el Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) de la Fiscalía para indagar el sitio del suceso.
La investigación fue encargada a la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI).
Sebastián Villavicencio (41 años) luce radiante. El gran desempeño del Team ParaChile en París fue la confirmación de un proceso de años, que lo ilusiona con el futuro. El presidente del Comité Paralímpico de Chile analiza lo vivido y habla de los planes venideros.
Con el paso de los días, ¿cuál es el balance que realiza sobre la actuación en los Juegos Paralímpicos?
El balance sigue siendo positivo, pero efectivamente ya un poco más en frío, hacemos también una revisión de cosas por mejorar. Lo primero es recalcar lo positivo del rendimiento. Tenemos 20 deportistas en el top 8 a nivel mundial y seis en el top 3, y eso habla muy bien de lo competitivo y del desarrollo que hemos tenido con nuestros deportistas que nos pudieron representar en París. Desde ahí también agradecer el gran trabajo del cuerpo técnico, del cuerpo médico, de la gente que estuvo del Comité Paralímpico, de la difusión de los medios, de las marcas, y toda la gente que hace posible también que el Team ParaChile pueda seguir creciendo y que haya tenido una muy buena participación en París.
¿Y qué es lo que se puede mejorar?
Desde lo deportivo también hay un trabajo importante. Vamos a tener la oportunidad de trabajar por primera vez en cuatro deportes con head coach, como lo hace el deporte convencional, cosa que no habíamos podido hacerlo antes en natación, atletismo, pesas y tenis de mesa, que son deportes que también tienen un gran desarrollo. Y creo que desde ahí también nos va a permitir poder ampliar más la participación en todos los deportes, pero principalmente en estos, además de poder mejorar la participación de los deportes colectivos. Y si bien es difícil que los deportes colectivos tanto a nivel convencional como paralímpico clasifiquen a grandes eventos deportivos, es un desafío importante que hay que intentar. Tenemos cuatro años para mejorar ese tipo de cosas. Y lo último del análisis más frío, también era hacer un trabajo más de inclusión de mujeres en el deporte paralímpico, que es importante, y de más deportistas jóvenes. Tenemos una oportunidad linda con los Juegos Parapanamericanos Juveniles de 2025. Ahí también hay un trabajo colaborativo con Teletón para que estos Juegos sean el semillero para los futuros grandes eventos deportivos.
Todo desarrollo necesita recursos. ¿Ha conversado con las autoridades para conseguir más presupuesto?
Efectivamente todo esto va de la mano de recursos. Hay un análisis desde el año pasado, donde en un comienzo, no se había entregado el presupuesto esperado. Soy súper honesto en eso, pero después de algunas conversaciones desde el Ministerio y el IND, sí colaboraron con poder tener un presupuesto base que nos permitiera desarrollar las actividades del 2024 que teníamos planificadas. Siempre se puede mejorar, soy un convencido de eso. Creo que el deporte paralímpico ha demostrado que tiene un trabajo serio, que tiene buenos resultados, y eso también creemos que tiene que venir de la mano con un alza importante en el presupuesto.
¿Y qué alza esperan?
Nosotros hemos puesto la temática del 2% o del 1% del presupuesto total que se le entrega al deporte a nivel nacional. Las autoridades lo saben, saben que hay un compromiso pendiente con el deporte paralímpico, el Comité Paralímpico de Chile tiene una muy buena relación con el IND y el Ministerio. Y hemos intentado hacerles entender las necesidades que tenemos y confiamos plenamente en que el presupuesto del 2025 va a venir con muchas mejoras, porque además tenemos los Juegos Juveniles y tenemos que seguir dándole soporte al alto rendimiento que sigue creciendo y al desarrollo del deporte paralímpico a modo más general. Confiamos en que así sea. Y si no es así, daremos las peleas correspondientes para que nuestros deportistas puedan tener las condiciones que se merecen.
¿Cuánto ayuda el oro de Katherinne Wollermann al impulso del movimiento paralímpico?
¡Harto! Lamentablemente, el deporte se mide por resultados, y el apoyo va de la mano con esos resultados. Y digo lamentablemente porque desde el deporte paralímpico yo puedo, con datos duros, hablar del crecimiento en cuanto a cantidad de deportistas, a cantidad de deporte, a cantidad de personas capacitadas que han hecho que el deporte paralímpico se desarrolle. Pero si eso no venía acompañado de resultados, tanto en Santiago 2023 como en París 2024, era mucho más difícil poder argumentar las necesidades que tenemos. Así que, desde ahí, el oro de la Katherinne, las tres medallas del Beto Abarza y los bronces que también obtuvimos, nos hacen tener un peso y argumentos para defender lo que necesitamos desde el alto rendimiento, insisto. Porque desde el desarrollo ya lo tenemos y con datos concretos, pero efectivamente la medalla de oro de Katherinne además nos pone en un lugar distinto y más razonable en el medallero, ya que las posiciones van de la mano del oro.
En lo personal, estos fueron sus primeros Juegos Paralímpicos…
Sí, han sido años duros porque nos tocaron los Juegos Parapanamericanos dentro del ciclo. Entonces, tuvimos el evento deportivo más importante de la historia del deporte en este periodo con el directorio. Y, claro, también son los primeros Juegos Paralímpicos. A modo personal, bastante emocionante, con un alto trabajo… Insisto en recalcar el trabajo del área administrativa médica y el cuerpo técnico del Comité. Estoy muy contento con todo lo que ha pasado. Siempre hay cosas que se pueden mejorar, pero si uno hace un análisis fijo, el deporte paralímpico en estos cuatro años ha seguido en alza, que es lo que veníamos buscando, que no hubiera un estancamiento. Mantenerse siempre en la elite y en un crecimiento continuo no es fácil; en el alto rendimiento, menos, y lo hemos logrado de cierta manera. Eso igual entrega una cuota de tranquilidad y creo que tenemos lindas oportunidades a futuro. Los Juegos Juveniles son una linda oportunidad, igual que los Juegos Nacionales y Paranacionales y la nueva política de la actividad física y deporte. Creo que hay hartas cosas positivas en donde nos podemos ir tomando para seguir desarrollando el deporte paralímpico en Chile. Después de Santiago 2023, el deporte paralímpico es reconocido a nivel nacional, nos miran de una manera distinta, a los deportistas los miran de una manera distinta, y eso tenemos que seguir aprovechándolo.
¿Cuál es el próximo salto del deporte paralímpico?
El próximo salto tiene que ver con posicionarnos a nivel americano en un mejor lugar, paso por paso, y con deportes que vienen en desarrollo, deportes colectivos… Que podamos hacer lo que hacen Brasil y Colombia, con delegaciones de más de 100 personas en algún megaevento deportivo. Tengo una mirada mucho más de desarrollo y creo que cuando logramos poder posicionarnos a nivel americano, a nivel mundial, con una cantidad de deportes importantes, con cantidad de clasificados importantes, más allá de que obtengamos o no resultados, habla bien del crecimiento y los resultados van a venir solos. Pero lo importante es contar con una base sólida en cuanto a tener representación en todos los deportes paralímpicos, tener la calidad técnica que corresponde y una cantidad importante de participantes a nivel nacional, en todas las regiones. Eso hará que el deporte paralímpico pueda tener mejores resultados a futuro.
¿Va a la reelección?
Hasta ahora, sí, Vamos a la reelección y estamos trabajando ya en lo que viene a futuro. Entonces, yo ya me siento parte de lo que viene. Ahora hay que esperar qué pasa con las elecciones, pero me encantaría seguir siendo el presidente del Comité Paralímpico.
Comienza el partido entre la Selección y Bolivia. Como siempre, Ricardo Gareca se ubica en la misma posición: al borde del campo de juego, muy cerca de la línea de banda. En los primeros minutos, se limita a mirar. Ni siquiera da demasiadas indicaciones. Pretende, seguramente, observar cómo sus jugadores desarrollan el plan que había preparado en Juan Pinto Durán con la finalidad de vulnerar a un equipo que, presumiblemente, llegaría al Estadio Nacional a refugiarse en su zona defensiva, con el añadido de la especialidad de su golero, Carlos Lampe, en dejar transcurrir el reloj a cualquier precio.
En la mente del Tigre estaba el diseño de una propuesta agresiva. La prueba de ello es que saltó al campo de juego con cinco elementos de marcada tendencia ofensiva: Darío Osorio, Carlos Palacios, Víctor Dávila, Ben Brereton y su amuleto, Eduardo Vargas. El plan era el más ofensivo de los que había alistado en Macul. Sin embargo, el funcionamiento estaba lejos de sus expectativas. Para colmo, como si se tratara de un infausto designio, en los 13′, Carmelo Algarañaz aprovechó un desajuste defensivo para marcar el 0-1 y silenciar completamente a un semivacío recinto ñuñoíno que, ciertamente, no presentaba un ambiente propio de Eliminatorias.
Aunque se trataba de su planificación original, poco se entendió que, recién pasada la media hora, la paleta luminosa que indica las sustituciones mostrara el 22 de Ben Brereton. ¿Su reemplazante? Vicente Pizarro, volante de buenas condiciones técnicas, pero defensivo por definición. Mantener el control del balón tampoco parecía una tarea demasiado compleja, considerando la disposición del rival.
De todas formas, la atención se puso sobre el trato que el estratega le estaba dando al único atacante chileno que mantiene presencia permanente en alguna de las ligas que integran el Top 5 a nivel mundial. Big Ben defiende al Southampton en la Premier League. En esta doble fecha, Gareca le utilizó por 11′ en Buenos Aires (reemplazó a Vargas) y los citados 34′ que demoró en reemplazarlo por el mediocampista de Colo Colo.
La desazón del exariete del Blackburn Rovers y el Villarreal fue evidente, aunque igualmente el delantero saludó al adiestrador con un apretón de manos. Cuando llegó a la banca, Brereton se encontró con una manifestación que bien puede traducir el descontento del equipo al trato que estaba recibiendo: prácticamente todos los suplentes salieron a recibirle. Por razones obvias, el también ‘inglés’ Lawrence Vigouroux fue quien más escuchó y entendió sus descargos.
“Simplemente buscamos mayor profundidad desde la entrada y donde vimos que a lo mejor no sincronizamos bien la contención, opté por cambiar cuando yo lo creí conveniente. O sea, en cuanto a eso tengo la posibilidad de poder hacerlo en el momento que yo quiero del partido, eso forma parte de mi trabajo: planificar, plantear…”, justificó el Tigre después de la histórica derrota por 1-2.
En la intimidad de la Roja dan cuenta de un problema de comunicación. La barrera idiomática es, en rigor, un muro. “Ni Ben le entiende a Gareca ni Gareca le entiende a Ben”, grafican. “Me llamó la atención que no hable español bien. No es un impedimento, pero me gustaría que hable español. Lo considero fundamental para estar en la Selección. Para la comunicación dentro y fuera del campo de juego”, había dicho el técnico al comienzo de su gestión. El ariete ha avanzado, pero, naturalmente, aún no domina el idioma a la perfección.
Los problemas de comunicación con Brereton (y con Vigouroux, para el caso, aunque el golero se relaciona más con el preparador de arqueros), hasta cierto punto, se entenderían, considerando la barrera del lenguaje. Sin embargo, lo preocupante son las señales que surgen desde los otros integrantes del plantel. Derechamente, los hispanohablantes, la amplia mayoría del equipo. Ahí se empiezan a dar luces de un discurso confuso, plagado de estructuras que a veces resultan incomprensibles las que, por cierto, también se escuchan en cada intervención pública del estratega.
Palabras de lado, si la referencia es estrictamente futbolística, en el duelo ante Bolivia quedó más que claro que los jugadores no fueron capaces de interpretar sus ideas o que la explicación no fue lo suficientemente clara como para que la aplicación fuese óptima. Un síntoma: la tranquilidad con la que Gareca había comenzado el partido dio paso a una inquietud permanente: el DT transitaba entre la línea lateral y la banca, para acercarse permanentemente a sus colaboradores en busca de luz. Entre ellos, el más influyente es su ayudante, el uruguayo Sergio Santín. En la cancha, los que más sufrían eran los laterales, los encargados de transmitirles los ajustes a sus compañeros.
Con Bolivia en ventaja, en pleno segundo tiempo, Gareca volvió a cambiar de planes. En rigor, el ingreso de Gonzalo Tapia y Jean Meneses lo hizo volver a la propuesta que había desplegado desde el principio, otra vez sin éxito alguno. Nuevamente, en la cancha y en las tribunas (incluso en la oficial, donde se agrupan los dirigentes) hubo miradas de desconcierto. La credibilidad del entrenador trastabillaba. Internamente, Gareca reconoció que se había equivocado en la planificación del duelo. En la antesala, había trabajado con tres formaciones probables, otra muestra de escasa claridad.
El trato a Brereton, dejando el aspecto idiomático al margen, es una abierta contradicción. El ariete es uno de los que cumple una condición basal que estableció Gareca para jugar en la Roja: militar en el extranjero. De los convocados originalmente para la reciente fecha, solo cinco jugadores actúan en la competencia chilena. A Brayan Cortés, figura en un Colo Colo que se alista para disputar los cuartos de final de la Copa Libertadores, le pesa decisivamente no haber dado el paso fuera de las fronteras, una recomendación que, por cierto, también había recibido de los staff de Martín Lasarte y Eduardo Berizzo. Al iquiqueño también dijo desconocerlo, a un mes de su arribo.
Tomando como ejemplo el caso del pórtico, llama la atención la referencia que entregó públicamente el propio Gareca respecto del llamado de Vigouroux, quien empieza a destacarse en el Swansea, de la Championship, la segunda categoría del fútbol inglés. “No lo conozco tanto, de haberlo visto nada más, pero también confío en el colaborador mío que es el preparador de arqueros. Él tiene un conocimiento más profundo y mayor en cuanto a esto”, explicó en la antesala del choque ante el campeón del mundo. “La convocatoria de él está plenamente ligada a lo que pude observar, a lo que me pueden explicar y al conocimiento que tiene mi colaborador que es mi preparador de arqueros”, amplió. Ambas respuestas produjeron sorpresa. Habrían resultado impensables en períodos más exitosos, como los de Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli, donde el conocimiento de los futbolistas era total. Ambos, de hecho, se presentaron a reuniones previas a sus contrataciones con listas estructuradas. Gareca, en cambio, ha reconocido públicamente que está en fase de conocimiento de los jugadores.
Otra muestra se da entre los volantes. Semana a semana, Rodrigo Echeverría y Williams Alarcón brillan en la mitad de la cancha de Huracán, cuarto en la tabla del fútbol argentino. El primero, además, había sido la figura más regular de Chile en una Copa América que abrió las dudas: la Roja ni siquiera fue capaz de convertir un gol. Las figuras del Globo estuvieron juntos apenas 11 minutos en la caída ante la Albiceleste. El primero fue reemplazado por Claudio Baeza, en los 72′. El segundo había sustituido a Marcelino Núñez, en los 61′. Gareca, por cierto, cuenta con un nutrido cuartel general en Buenos Aires.
Incluso, en un plano más anecdótico, Gareca demuestra que aún no conoce plenamente el contexto en que se mueve. Antes de los últimos encuentros, pidió un compromiso transversal, que involucraba el apoyo de los hinchas y hasta el periodístico. A diferencia de lo que acontecía en Perú, en Chile los magros resultados le generaron el repudio de los fanáticos y las fundadas críticas especializadas. Hasta Arturo Vidal, uno de los históricos a los que el Tigre no ha considerado, se alzó duramente en su contra. La directiva que encabeza Pablo Milad también empieza a inquietarse.