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Presidenta del Banco Central: “En un contexto de inflación alta, se requieren tasas mayores, aun cuando reconocemos que este shock es contractivo”

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La reunión “más difícil” en su calidad de presidenta del Banco Central la protagonizó esta semana Rosanna Costa. Una instancia en la que la autoridad monetaria volvió a subir la tasa de interés –ahora 75 puntos básicos a 9,75%- en medio de una inflación que se mantiene alta y, además, presionada por un dólar que ha rebasado los $1.000. Tanta era la preocupación por este punto que, anoche, el ente emisor anunció un plan de intervención para contener el nivel de la divisa, que este jueves volvió a marcar un récord de 1.050 dólares.

“Es un momento complejo, la situación macroeconómica es difícil”, explica la economista que dirige desde principios de año la entidad emisora, donde llegó en 2017 como directora.

“Fue una decisión complicada”, admite, sobre la cita que tenía a los agentes económicos esperando la tarde del miércoles.

Rosanna Costa explica la intervención: “Nuestro objetivo es que el tipo de cambio esté en un nivel más consistente con sus fundamentos”

– ¿Por qué hubo una suba de tasas de 75 puntos básicos y no de 50 o 100?

– El análisis de las opciones de política aparecerá en el acta que se publicará a fin de mes, donde se explicará el debate completo y los fundamentos de cada uno de los regidores para tomar la decisión. Pero una suba de 75 puntos básicos, más un sesgo alcista, cuida que haya un choque externo adicional que ha endurecido los mercados financieros globales y que se manifiesta claramente a través del aumento del tipo de cambio. Las perspectivas de inflación han aumentado. En un contexto de alta inflación real y esperada, se requieren tasas más altas, aunque reconocemos que este choque es contractivo para la actividad.

– ¿Hay realmente un cambio de sesgo en el lanzamiento de RPM?

– Efectivamente, porque hay un cambio de escenario, reconocemos este choque adicional, que tiene un impacto inflacionario, que ese impacto requiere un ajuste y, por tanto, nos dirigimos hacia un nuevo nivel de tasa, cuya magnitud tenemos que calibrar. en el Informe de septiembre.

– ¿Podemos esperar aumentos de la misma magnitud que el miércoles en el futuro?

– La magnitud de las nuevas alzas se evaluará en el Informe de septiembre y deberán hacerse cargo de un escenario en el que, si bien las cifras macroeconómicas internas, tanto por el lado de la actividad como de la demanda, han estado en línea con las previsiones –las últimas El IPC tampoco presenta grandes sorpresas, particularmente en la inflación subyacente-, sí reconocemos un choque externo significativo asociado a la mayor incertidumbre derivada de los cambios en la política monetaria de las principales economías, especialmente de Estados Unidos.

Parte de esto se incorporó en el Reporte de junio, previo al anuncio de la Fed, donde asumimos que la respuesta de la política monetaria sería mayor a la que venía incorporando el mercado hasta ese momento. Sin embargo, su reacción a esta decisión fue mayor de lo esperado, lo que leemos como un shock adicional, que ha fortalecido significativamente al dólar a nivel mundial y ha afectado negativamente a los mercados financieros y de materias primas. Todo ello, además, en un contexto donde ha aumentado la probabilidad de una recesión global.

Normalmente este tipo de escenarios tiene un impacto inflacionario que se diluye en el tiempo y no requiere un esfuerzo significativo de política monetaria, pero en este caso se instala sobre una inflación alta y sobre expectativas inflacionarias superiores a las nuestras. En este contexto, los espacios para la política contracíclica son claramente más limitados. Para ver la dosis exacta de política monetaria que se requerirá en las próximas reuniones, se deben calibrar cuidadosamente los efectos de este cambio de escenario y cómo la economía se adapta a condiciones financieras más restrictivas y una mayor probabilidad de recesión.

– ¿Tiene sentido para usted una tasa que llegue al 11% este año, como sugiere parte del mercado?

– Es prematuro. La decisión del miércoles sugiere que la tasa es algo más alta que la que teníamos, lo que nos coloca en una curva más alta. ¿Cuánto más alto? Lo vamos a ver bien en el IPoM de septiembre.

-¿Lo nuevo es que el choque externo está teniendo efectos más permanentes?

– Las principales economías están haciendo un ajuste monetario desde niveles de inflación muy altos, lo que, históricamente, es complejo de llevar a cabo. Eso estaba dentro de los escenarios de sensibilidad y riesgo del Informe.

Lo complejo es que este choque nos encuentra con un nivel de inflación muy por encima de nuestra meta.

“Tenemos que eliminar el desequilibrio”

– La tasa sigue subiendo pero la inflación no se da por vencida y la economía ya se está desacelerando. ¿Puede ser peor el remedio que la enfermedad?

– No lo creo. Es cierto que el escenario de inflación hoy es global, pero hay elementos diferenciadores por áreas, la importancia relativa de los diferentes choques no es igual en todas partes.

En nuestro caso, también hay un porcentaje importante relacionado con razones internas, con un desequilibrio originado en una demanda que creció muy rápidamente y se sostuvo en un conjunto de transferencias que superó con creces las reducciones e impactos de la propia crisis. Covid en los ingresos de los hogares en promedio. Este desequilibrio también está detrás de la inflación y es un elemento que no está en todas partes.

Es el problema de demanda inicial el que nos llevó a iniciar la corrección monetaria a mediados del año pasado. Después de ese momento, se han sucedido un número muy inusual de choques en la misma dirección, que han seguido impulsando la inflación y que nos han llevado a ajustar las trayectorias de tasas compatibles con la convergencia en el tiempo. Pero necesitamos terminar de contener la expansión de la brecha del Producto, que ha sido parte importante del problema de la inflación local.

– Entonces, en un principio fueron factores internos los que los llevaron a subir la tasa, pero ahora se suma un escenario externo con choques más persistentes.

– Sí, en el origen hay un problema importante de demanda, pero también hay que reconocer que ha habido factores de oferta global que tienen su origen en el Covid, con costos de transporte y problemas de abastecimiento, y otros choques que siguieron haciendo más escenario complejo, como el aumento de los precios de los alimentos. El problema de la demanda ha disminuido, pero no se ha resuelto del todo. Ha sido un desequilibrio grande y prolongado.

– ¿El costo de subir la tasa es caer en una recesión? Eso es lo que uno ve desde fuera.

– Hay que eliminar el desequilibrio que hoy enfrenta la economía, hay que reducir esa brecha y llevarla a cero. Eso per se significa una caída del Producto, porque está en niveles que no son consistentes ni sostenibles en el tiempo. Durante algunos trimestres, vamos a tener una brecha ligeramente negativa. Ese es el análisis implícito para la convergencia de la inflación que se encuentra en el Informe de junio.

Veremos la revisión de eso y los ajustes en septiembre cuando agreguemos las proyecciones de mediano plazo. Lo que buscamos con la tasa es precisamente evitar un mayor costo en la economía, porque si la inflación se nos pega y aumenta su persistencia, el costo de controlarla es mucho mayor y los espacios de flexibilidad para ser contracíclicos con política monetaria contra Se reducen los choques externos.

– El mercado ya ve que el techo de inflación rondará el 14% este año. ¿Comparte esas proyecciones?

– Vemos un aumento mayor al que tuvimos en el Reporte de junio y también una mayor persistencia. La inflación a diciembre será superior a la que teníamos, pero el impacto en su proyección a dos años es lo que debemos calibrar con mayor precisión en septiembre cuando incorporemos el efecto de mediano plazo de los nuevos choques.

– Algunos economistas como Osvaldo Rosales han planteado la idea de flexibilizar la meta del 3%, dadas las circunstancias extraordinarias que se están viviendo. ¿Es algo posible?

– No, esa es la meta del Banco Central y vamos a seguir trabajando en esa meta.

¿Y la incertidumbre?

-¿Entra también la reforma tributaria en este marco de incertidumbre interna?

– Hay un conjunto de elementos que están generando incertidumbre, desde factores externos, hasta un proceso de cambios institucionales profundos. No me atrevería a ponderar cuánto aporta cada uno, aunque todos aportan algo.

– ¿El aumento de la opción de Rechazo en las encuestas también genera mayor incertidumbre? Se habla de terceras vías y de ampliación del proceso constituyente.

– Es un error pensar que hay una fecha en la que termina la incertidumbre, porque todo indica que el proceso de cambio institucional será un proceso largo. Para no afectar demasiado a la economía, lo importante es avanzar de forma que se genere la menor incertidumbre posible.

-¿Es inevitable un escenario recesivo para 2023? Hacienda se sumó esta semana al diagnóstico que expuso en el Informe.

-Ese es el escenario más probable que vimos en el Informe de junio previo a este choque adicional, que como mencioné, agrega dificultades.

– ¿Tiene que ocurrir esta recesión para evitar mayores costos para reducir la inflación en el futuro?

– Hay ajustes importantes en cuanto a niveles y por lo tanto, hay que tener un poco de cuidado al leerlo.

“No voy a comentar la actuación del ministro
(Marcel) ni de las autoridades gubernamentales”

El economista destaca el trabajo conjunto que se ha venido realizando con las autoridades gubernamentales”.

– El Gobierno, a través de los ministros de Hacienda, Economía y la vocera, convocó a la banca a entregar su diagnóstico sobre el dólar. ¿Lo discutió con el ministro en la reunión de política monetaria?
– En esa instancia hablamos de macroeconomía y política monetaria. Hemos tenido otras conversaciones por teléfono y los equipos también han trabajado con la coordinación correspondiente.
– ¿Pero ha sido más particular este trabajo estas semanas?
– Es fluido, pero naturalmente hay momentos en que se necesita hablar más y se habla más.
– Pero cuando el ministro sale a decir que es importante que el banco comparta su diagnóstico, ¿eso lo toma por sorpresa o fue coordinado?
– No voy a comentar sobre eso.
– ¿Fue imprudente el ministro Marcel?
– No voy a comentar la actuación del ministro ni de las autoridades gubernamentales. no me pertenece
– Hicieron las paces?
– Hacer las paces significa que algo sucedió antes. No me voy a referir a este tema.
– Pero usted estaba en un período de silencio cuando el ministro hizo su citación. ¿El ministro estaba al tanto de eso?
– No puedo saberlo.
– ¿La política fiscal está ayudando a evitar que se agrave el ciclo económico?
– Hay un compromiso que se traduce en la Ley de Presupuesto y las autoridades, el Ministro de Hacienda, las autoridades y el propio Presidente de la República, de avanzar hacia la sostenibilidad fiscal. Esto se traduce en una importante caída del gasto público, que viene a deshacer el importante choque del año anterior y que contribuye a favor del ciclo de contención de los desequilibrios de la economía.
Este compromiso tiene un alto valor y es un ancla importante para la política fiscal.
– El gobierno anunció nuevas ayudas esta semana. ¿Añaden presión a la inflación?
– Hay un efecto marginal sobre la inflación, pero lo que más importa es ese compromiso y trayectoria con el gasto público que se ha anunciado y que en su conjunto contribuye a corregir el desequilibrio de la economía. Seguir ese compromiso con una trayectoria sostenible como se anunció es tremendamente importante y valioso.

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