El optimismo del ministro Cordero para las nuevas cifras de homicidios fue contagioso. Sin embargo, debemos tener cuidado con tanta alegría porque en términos de delitos organizados, esa disminución puede transformarse en una luz de alerta. Por lo tanto, la cifra debe revisarse con una lupa que permite que un zoom sea zoom a esos 1.207 asesinatos.
La violencia es mala para el negocio. Da mucha visibilidad al grupo criminal. Pero, eso no significa que no lo usen cuando sea necesario. Es un arma extremadamente efectiva si se trata de tratar con la competencia por control territorial.
Tener eso en mente, ¿qué hay detrás de esas 1.207 muertes? Probablemente un avance en el control territorial y la consolidación del poder criminal en ciertas partes del país.
Es cierto que en el norte las células principales del tren Aragua se han presionado bastante y han logrado desmantelarlas, también la presión en la región metropolitana puede tener algo que hacer.
¿Dónde está la preocupación entonces?
El aumento que se observa en niños y adolescentes (NNA) involucrado en las preocupaciones de los homicidios y se convierte en un desafío para el estado. NNA aumenta un punto entre 2023 y 2024, son inferiores al 10%, pero el aumento se mantiene. Esto solo muestra que los jóvenes están buscando oportunidades en otros lugares y cruzar la línea legal no parece afectarlos.
Los antecedentes penales son otra alerta. Más de la mitad de las víctimas de homicidios consumados registraron condenas penales anteriores, es decir, el círculo de delitos no se ha roto. Falta algo en la prevención.
El uso de armas de fuego está disminuyendo, sin embargo, el descubrimiento del cuerpo con terceros muestra un aumento importante. El arma puede estar cambiando, pero se mantiene el contexto criminal asociado con el homicidio.
Las alertas que no se pueden aprobar tienen que ver con el reclutamiento de jóvenes por pandillas criminales y la competencia que estos grupos representan para el estado en esos rangos de edad; Pero, también con el trabajo penitenciario que se está llevando a cabo, ¿hasta dónde tiene control sobre la población criminal y cuánta prevención se lleva a cabo en esa área? La prisión, en América Latina, es la Oficina Corporativa de Crimen Organizado y el lugar para reclutar, presentar y enseñar.
Quizás la más preocupante de todas las alertas tiene que ver con esa disminución en los asesinatos. La disminución puede significar la instalación del crimen organizado en el territorio y el comienzo de la siguiente etapa en términos de control territorial: extorsión. ¿Qué sabemos de ellos? Según un informe de la Oficina del Fiscal Nacional publicada a mediados de marzo, 2023 registró 763 extorsión, que representó un aumento del 98% en comparación con 2022. Esa tendencia al alza podría llegar a confirmar la hipótesis: la disminución de los homicidios puede estar dando paso a un nivel siguiente de consolidación del crimen organizado.
Por Pilar LizanaDirector de Volpe Consulting