¿Quiénes tributan en Chile?: Porcentaje de los contribuyentes que paga impuestos aumentó desde 16% a 25% en 16 años

El Ministerio de Hacienda afina los detalles de la reforma tributaria que se introducirá el próximo viernes 1 de julio, día en que se conocerán los detalles de una de las propuestas más importantes del gobierno de Gabriel Boric. Aunque en ese momento habrá un desglose completo de lo que se pretende reformar, ya se han planteado algunas certezas y aclaraciones: en el primero, se ha dicho que se hará especial hincapié en el impuesto a las personas, especialmente a aquellas con mayores ingresos. Y en el segundo, el gobierno cerró la puerta a esta reforma fiscal para ampliar la base imponible de las personas físicas. El principal argumento que se ha esgrimido es que, para ello, las personas primero deben recibir una compensación por parte del Estado.

En una reciente entrevista con Pulso, el subsecretario de Hacienda, Claudia Sanhueza, Dijo que la base contributiva ha ido aumentando con el tiempo, y eso lo iban a demostrar en la discusión en el Congreso. El llamado impuesto único de segunda categoría se paga sobre los sueldos, salarios y pensiones de quienes perciben rentas de una actividad laboral realizada en forma dependiente y cuyo monto mensual supera las 13,5 UTM, que hoy asciende a $786.348.

Según los últimos registros del Servicio de Impuestos Internos, Al cierre de 2020, quienes estaban exentos del pago de impuestos personales representan el 75% del total de contribuyentes. En 2005 eran el 84%.

Por el contrario, en 16 años las personas que pagan impuestos pasaron del 16% al 25% del total de contribuyentes. Uno de cada cuatro trabajadores. Si en 2005 estaban sujetas al impuesto un total de 1.117.459 personas, de un total de poco más de 7 millones; En 2020 llegaron a 2.529.205, de un universo de 10,2 millones de personas. De ese total, 1,7 millones de contribuyentes se encuentran en el primer tramo con una tasa del 4%, con una renta anual de casi $12 millones.

En el otro extremo, quienes pagan la tasa impositiva marginal más alta, que hoy es del 40%, tienen un ingreso anual promedio de $132 millones. En esa sección solo hay 67.464 personas. Hace 16 años había 24.668 contribuyentes.

El exdirector del SII, Michel Jorratt, de Jorratt y Asociados, sostiene que el principal factor que explica esta evolución “es el aumento de los ingresos reales de la población. Por ejemplo, las estadísticas del INE sobre remuneraciones muestran un incremento real acumulado de aproximadamente 20% en los últimos 10 años. Esto significa que muchos contribuyentes han superado el límite exento del impuesto global complementario”.

Pero no solo ha sido el crecimiento de los ingresos de las personas, sino también algunos cambios legales que se han producido en los últimos años. “Las estadísticas del SII se refieren a tramos de renta líquida imponible, por lo que también impactan cambios legales que eliminen o reduzcan beneficios fiscales. Por ejemplo, con la reforma de 2014 se introdujo el régimen de renta atribuida, lo que significó que muchos socios de sociedades que no declaraban retiros pasaran a declarar su participación en las utilidades, es decir, su renta efectiva. Otros ejemplos son las restricciones a los regímenes de renta presunta o la eliminación de regímenes de baja tributación como el del artículo 14 bis”, explica Jorratt.

José María Diez, socio de Recabarren & Asociados, coincide en que el cambio se debe a los mayores ingresos de las personas. “Es importante señalar que siempre habrá un aumento significativo de la recaudación cuando haya un mayor crecimiento económico, como ocurrió entre 2006 y 2020. Al aumentar los ingresos de las personas, y considerando únicamente los impuestos personales que se encuentran incluidos en los tramos impositivos de el impuesto de segunda categoría, categoría, aumenta la recaudación”.

Las cifras también muestran que la proporción de inmigrantes exentos ha ido en aumento. Si en 2010 el 74% de los extranjeros estaban exentos, en 2020 subió al 84,5%. En cambio, para los nacionales la trayectoria es la inversa: si en 2010 estaba exenta en un 80,8%, hoy ese porcentaje ha bajado al 74,6%.

Al analizar el comportamiento de la participación de hombres y mujeres en el tramo exento, los datos reflejan que la trayectoria de las mujeres ha sido a la baja. ¿Qué lo explica? Primero, la mayor inserción en el mercado laboral y los mayores ingresos que han venido percibiendo. Así, si en 2010 era del 84,5%, en 2020 se redujo al 79,4%. Para los hombres, por su parte, el recorrido ha sido a la baja: si en 2010 eran el 77,7%, en 2020 el porcentaje exento es del 72%.

Aunque Hacienda ha descartado ampliar la base imponible en la reforma que inicia, el tema seguramente estará presente en el debate legislativo. Para los expertos no existe una mirada única.

Para Jorratt, si bien es cierto que “nuestro tramo exento es muy amplio y que los tipos intermedios son relativamente bajos, no es bueno mirar el IRPF de forma aislada, sino pensar en el sistema fiscal en su conjunto”. En su análisis menciona que “nuestro sistema tributario recauda poco y no es progresivo, por lo que si eliminamos la sección exenta, habría un efecto importante en una mayor recaudación, pero el sistema se volvería más regresivo”. Para el experto, lo primero que hay que hacer es “preocuparse de que los que más ganan paguen lo que corresponde, acabando con las exenciones y tasas reducidas para las ganancias de capital, y reduciendo la evasión y elusión en general, pero particularmente en los sectores de altos ingresos”.

Para el ex-SII, también se debe analizar el impacto de las contribuciones a la seguridad social. “Actualmente, cerca del 20% de la remuneración bruta más baja se destina a cotizaciones. Queda por ver cómo cambia esto con futuras reformas al sistema de seguridad social y qué tan razonable sería aumentar también el impuesto a la renta. En Nueva Zelanda, por ejemplo, todo el mundo empieza pagando un impuesto sobre la renta del 10,5 %. Pero eso financia la seguridad social y además no hay cotizaciones sociales obligatorias”, apunta.

Hugo Hurtado, socio de Tax & Legal de Deloitte, sostiene que “si quieres cobrar, tienes que empezar a subir impuestos desde el segundo tramo. En los diálogos ciudadanos hicimos una propuesta de que, subiendo los impuestos del segundo tramo, se podría recaudar 0,8 puntos del PIB. En cambio, si se sube el impuesto sólo en los tramos altos, la recaudación no es mucha, es del orden del 0,1% al 0,2% del PIB”. Para Hurtado, la base no debe ampliarse mientras crecen los ingresos del país o de la gente.

Otra propuesta la tiene el socio de Puente Sur, Ignacio Gepp, quien afirma que “si se quiere un Estado más robusto hay que eliminar los innumerables tramos impositivos personales que tenemos hoy en día, hasta tres, como ocurre en países como Australia. o Irlanda, eso supondría un tramo exento más amplio que el actual, pero un primer tramo afectado por impuestos más elevados, por ejemplo del 20%, y un tramo final de, por ejemplo, el 35%”. incluye siete tramos, que tienen tasas marginales de 4% a 40%.