La sanitaria Aguas Nuevas, controlada por el grupo japonés Marubeni, celebró 20 años de historia en el país. Desde sus inicios, la empresa ha invertido más de US$ 1.000 millones, con los que se ha ido consolidando en distintas regiones de Chile.
Originalmente Aguas Nuevas contaba con tres empresas, Aguas Altiplano, Aguas Araucanía y Aguas Magallanes; y con el paso del tiempo la firma comenzó a sumar más empresas a su lista, sumando Nueva Atacama y Aguas Décima.
Ahora la empresa sanitaria tiene la vista puesta en el futuro. El gerente general de Aguas Nuevas, Salvador Villarino, explicó al DF que como empresa ya están planificando los próximos años, y destacó que tienen un objetivo claro: seguir creciendo en la industria de la salud.
“Dicho esto, la negociación arancelaria en realidad está llegando ahora, y lo que esperamos es que todo este trabajo y estas inversiones sean reconocidas”.
“Siempre estamos abiertos al crecimiento, y una de las cosas que hemos intentado es seguir esa línea, es parte del orgullo que tenemos. Empezamos con tres empresas y ahora somos cinco. Además, tenemos un proyecto de desalinización muy grande con Codelco, donde Aguas Nuevas será el operador por los próximos 20 años”, destacó el ejecutivo.
– ¿Dónde estará su enfoque en los próximos años?
– Queremos seguir por dos caminos. La primera es ver si hay alguna empresa del sector salud que salga a la venta, donde podamos participar. El otro camino está relacionado con el proyecto Codelco. Creamos un área, que ya venía funcionando desde hace tiempo, llamada desalinización y reutilización. Básicamente lo que estamos viendo son proyectos de todo tipo, ya sean industriales o mineros, donde podemos entrar.
– ¿Están ya teniendo conversaciones con empresas para este tipo de proyectos?
– Sí, y con varios. No podemos decir nada todavía, pero se trata principalmente de minería. La desalación y la reutilización es la gran apuesta que tenemos ahora.
– Respecto a la compra de otras empresas sanitarias, ¿estáis cerca de cerrar algún nuevo negocio?
– Siempre estamos buscando y de vez en cuando aparece una oportunidad. Cuando algo aparezca, intentaremos estar ahí.
Nuevas inversiones
Los efectos del cambio climático han golpeado duramente a la industria sanitaria del país, lo que ha llevado a empresas de este tipo de negocios a tomar cartas en el asunto. Y Aguas Nuevas no es ajena a este escenario.
Recientemente, la empresa de salud ha invertido 70 millones de dólares al año para abordar este fenómeno. Por ejemplo, en 2022 la firma anunció la ampliación de su planta de producción de agua potable en Punta Arenas, cuya inversión alcanzó los US$ 4 millones, con el fin de mitigar los efectos del cambio climático.
– ¿Qué nuevos trabajos tenéis para los próximos años?
– En Arica llegamos a un acuerdo con el Gobierno Regional para construir una planta desalinizadora de 200 litros por segundo, donde estamos a la espera del estudio de impacto ambiental. Esto rondará los 50 millones de dólares. En Magallanes estamos finalizando la construcción de la ampliación de las plantas de agua potable. En La Araucanía vamos a seguir con grandes inversiones en términos de pozos y plantas. Finalmente, creemos que la planta desalinizadora de Codelco estará lista en 2025.
– Entonces se vienen grandes inversiones para los próximos años…
– Las inversiones son cada vez más necesarias y seguramente superaremos los US$ 70 millones que tenemos presupuestados al año.
– Con todos los proyectos que tiene en cartera, ¿no ve la obtención de permisos como un riesgo?
– Hay una mayor sensibilidad en todo el entorno, no sólo en el gobierno. En mi opinión, hay un exceso de celo y cautela en materia de permisos. Ahora, en nuestra experiencia hemos ido avanzando de manera normal y esperamos que así continúe.
Proceso tarifario
– Aguas Araucanía inició su proceso tarifario de agua potable. ¿Cómo esperas que llegue este? ¿Habrá un aumento de tarifas?
-Según la encuesta de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, Aguas Araucanía es la empresa que tiene mejor calidad de servicio. Pero esto no es una coincidencia, es un problema. La Araucanía es una región muy particular, es una región que tiene un conflicto patente. Y ahí hemos hecho grandes inversiones y un plan específico para que los clientes tengan una gran percepción. Dicho esto, la negociación de tarifas está llegando ahora y lo que esperaríamos es que todo este trabajo y estas inversiones sean reconocidas.
– En otras palabras, las tarifas van a subir…
– Eso dices, yo no dije que iba a subir.
– Pero lo más probable es que suba, y no sólo en Aguas Araucanía, sino en todas las empresas de agua.
– Como sector, no como Aguas Nuevas, hemos leído y discutido que efectivamente el cambio climático significa más inversiones, y para pagar esas inversiones se necesita un aumento de tarifas. Pero todavía no hay acuerdo ni consenso. Ahora creo que deberíamos ir allí y debería ser marginal.
– ¿Cuánto podrían subir?
-Eso va a ser una cuestión de proceso, es demasiado pronto para decirlo.
– Usted mencionó el conflicto en La Araucanía, ¿ha tenido que tomar medidas extra por esto?
-Ha sido complejo, no ha sido fácil. Lo que hemos hecho es mucho trabajo de campo con las comunidades y autoridades. Además, en términos de inversión, hemos mejorado y aumentado la automatización de las plantas con el fin de requerir menos personal para participar en cada una de las actividades operativas del día a día.
Inversión en Chile
-¿Cómo ve al país en materia de inversiones?
– Marubeni y nuestros accionistas quieren seguir adelante. Están viendo una relación de largo plazo en Chile. De hecho, les gustaría involucrarse en otros proyectos como Codelco. Confían en Chile.
– ¿No ves riesgos?
-Reconocen que hay conflictos, pero les gustaría quedarse en Chile. No están pensando en irse, lo cual es una buena señal.
– Hace unos días la directiva anunció que evalúan un aumento de capital en Nueva Atacama por $40 mil millones, ¿por qué?
– Originalmente, cuando se compró la sociedad, los socios decidieron, en lugar de hacer un aporte de capital, hacerlo con deuda. Y ahora que Aguas Nuevas compró el porcentaje que tenía Toesca en la empresa, lo que consideramos es que ya no tiene sentido mantener la deuda sino viceversa, mejorar los ratios de endeudamiento. Así, capitalizando esta deuda mejoramos el ratio deuda/capital y, de esta forma, abordar de la mejor manera posible nuevos proyectos de infraestructura, en línea con el compromiso que tenemos con la región.
Aguas Nuevas valora el nuevo modelo de tarificación del agua potable que evalúa el Gobierno
En el marco de la crisis hídrica que afecta al país, las distintas autoridades trabajan en una propuesta de un nuevo modelo de tarificación del consumo de agua potable. Se busca aplicar tarifas diferenciadas por tramos de consumo, aplicando un valor más alto a los clientes que más agua utilizan y una tarifa más baja a los de menor consumo. El ejecutivo de Aguas Nuevas explicó que este nuevo modelo “efectivamente produce un efecto positivo, creemos que va por el camino correcto. Esto nos permitiría tener ingresos suficientes y que las empresas sean sostenibles en el tiempo”.
Villarino destacó que como industria aún desconocen los tiempos que está manejando el Gobierno, pero destacó que en el último año las autoridades los han invitado a participar en reuniones para ver de qué se trata esta propuesta.
Sin embargo, hay un modelo en discusión en el Congreso que tiene nervioso al gerente general de Aguas Nuevas.
El ejecutivo comentó que hay algunos políticos que están tratando de revivir un proyecto que se discutió en el Gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet, cuyo objetivo es bajar las tarifas de agua potable en aproximadamente un 20%. “Si se hace esto, las empresas sanitarias no serán sostenibles. Si bajamos un 20% las tarifas de agua potable, no podremos invertir los US$ 70 millones al año que tenemos presupuestados, eso es peligroso”, advirtió.
“No importa quién sea el dueño, no importa si es japonés, canadiense o el Estado de Chile, eso costaría mucho dinero. Este proyecto mata al sector salud”, concluyó Salvador Villarino.
