Connect with us

Noticias

Sangre de campeones: la irrupción de Martina Weil, la nueva figura del atletismo chileno

Martina E. Galindez

Published

on

el de martina weil Es un nombre que se hará cada vez más común en el país, pues con apenas 22 años ha ido allanando el camino para una carrera que parece destinada a marcar una época en el atletismo nacional. Ha conseguido en dos ocasiones el récord nacional de los 400 metros (la última hace siete días) y actualmente vive en Bélgica, formándose bajo el ala de Jacques Borlée, uno de los estrategas más exitosos del viejo continente.

Pero la historia de Martina no comienza con ella, sino con sus padres. Hija de Ximena Restrepo, medallista de bronce con Colombia en Barcelona 1992, y Gert Weil, finalista en lanzamiento de peso en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, Las palabras formación, dedicación y élite se escuchan desde muy pequeña. Sus padres nunca la obligaron a dedicarse al atletismo, pero eso lo llevaba en las venas, brindándole casi de manera natural su aventura en las pistas más importantes del país. Un vínculo que ella no niega, está feliz de ser hija de íconos del atletismo sudamericano y de pertenecer a una familia de campeones.

No importa si está en su apartamento de Bruselas o en la Villa Olímpica de los Juegos Bolivarianos, la comunicación con sus padres siempre es constante. “Cuanto más vivo fuera de mi casa, más tonta me vuelvo”, dice entre risas. Y es que la relación entre ellos está unida por el amor, la comprensión y el apoyo.

No solo son sus padres, sino que en parte también son un espejo de lo que le va a tocar enfrentar como atleta de alto rendimiento. Esa mezcla de roles, y la propia naturaleza de una familia que vive para el deporte, hace que se unan en una carrera que apenas lleva unos años, pero que ha ido creciendo de forma explosiva. “Siempre estoy en contacto con ellos. Cuando les llamo después de los entrenamientos previos a las carreras, que suelen ser muy indicativos de cómo va uno, siempre me dicen ‘estás listo, has hecho todo lo que podías hacer’. Entonces, eso me ayuda a calmarme y bajar los nervios. Estos días ha sido un poco más complicado, pero igual he hablado con ellos y me han hecho sentir que estoy lista”, lanza desde una de las áreas comunes que existen en la Villa de Juegos de Valledupar.

A 6.800 kilómetros de distancia, en Santiago, su padre no puede evitar mostrar su felicidad por lo que está haciendo Martina. “Es una gran alegría porque de alguna manera está reflejando lo que siempre he pensado que debe ser la carrera de un atleta de alto rendimiento. En ese sentido, me siento súper orgulloso de que se esté desarrollando en base a los mismos principios y valores que tuve cuando enfrenté mi carrera”comienza confesando al ex lanzador Deportivo.

Foto de familia del clan Weil – Restrepo.

Pero el abanderado chileno de Seúl 88 y Barcelona 92 ​​deja claro que lo más importante para ellos es que la decisión de ser deportista de alto rendimiento nació de Martina, no por presión de seguir un legado o por algo diferente a lo suyo. pasión. “La motivación no puede basarse en estímulos externos, en la expectativa de premios o reconocimientos, sino que el motor principal tiene que salir de dentro. Les dijimos a nuestras hijas que tenían que hacer actividad física, ojalá a través de un deporte. Más que nada en términos de salud física y mental, pero nunca los presionamos para que se dediquen o compitan específicamente en una disciplina o un deporte. De hecho, Martina al principio no quería hacer atletismo, pero en su colegio la invitaron a participar en los relevos y allí descubrió el atletismo; se dio cuenta que era buena, que tenía condiciones y ahí apareció lo que buscábamos, cuál era esa motivación interna”, relata.

Y una vez que eligió el atletismo, los resultados llegaron rápida y constantemente. A los 19 años rompió el récord nacional de los 400 metros, poniendo su nombre en la primera línea del sprint chileno y ganándose la oportunidad de viajar a Estados Unidos para estudiar y competir en Tennessee. Una experiencia que no terminó de la mejor manera, pero que la hizo creer y que de paso le abrió la puerta a conocer el lugar que hoy es su hogar.

Los últimos años han sido más que agitados para Martina. En 2019 decidió tomar el mismo camino que había tomado su madre cuando era joven y viajó a los Estados Unidos para inscribirse en la universidad y competir al más alto nivel. Pero a diferencia de lo que vivió el colombiano nacionalizado chileno, la experiencia no terminó de la mejor manera para el mayor de los Weil.

“Al principio me dijeron que tendrían paciencia con los internacionales, porque era difícil adaptarse, pero con la pandemia la situación económica de la universidad se complicó y empezaron a exigir resultados inmediatos. Entonces mi relación con el entrenador y el entrenador en jefe se deterioró, por lo que el ambiente se volvió súper tenso. Además, tenía una lesión que era muy evitable. Les dije que me dolía el tendón de la corva, no me creyeron y terminé destrozándome. Entonces, eso acaba con la confianza de uno y si algo he aprendido en todas las vueltas que he dado es que si no te fías de tu entrenador no hay nada que puedas hacer”, dice Martina, que de todos modos rescata dos cosas de sus años en el estado de Tennessee.

La primera es que conocía la realidad de la competición internacional. “Cuando llegué a Estados Unidos, hasta en el torneo más chico me iba mal. Nunca había competido con gente que corría en 50 segundos, nunca había visto carreras de 49 segundos. Rápidamente me devolvieron a la tierra, porque en Chile no tenía muchos rivales”. factura. Pero lo más importante fue que se presentó la oportunidad que le abrió las puertas de Bélgica: conocer a su novio Jonathan Sacoor, campeón mundial de relevos bajo techo, quien de paso le presentó al que ahora es su nuevo entrenador, Jacques Borlée.

Para poder entrenar bajo el alero del mítico atleta belga, en enero de este año, y tras recuperarse de una menisectomía, decidió irse a vivir a Bruselas. Alejada de su familia y del grupo de personas con las que formó un sindicato en Estados Unidos, Martina fue a buscar una mejoría y la encontró de inmediato. “Desde el primer día sentí que me entendía, que sabía lo que necesitaba. El es un genio. Vengo a entrenar y por cómo hago la técnica de carrera, por cómo troto, ya sabes cómo va a ser la sesión”, expresa.

Una relación que al cabo de seis meses le dio a Martina la mejor marca de su carrera: 51 segundos y 90 centésimas en la final de los 400 metros del Campeonato Nacional de Bélgica. Rompió su propio récord chileno. “Lo primero que pensé fue que no podía creer que finalmente había bajado a 52 segundos. Me pasa que con esto siento que me gané un lugar aquí, porque aquí entreno con finalistas olímpicos, campeones del mundo. Para mí fue ganarme un puesto, sentir que merezco compartir con ese nivel de profesionales”, aclara.

Por eso ahora considera una opción muy real estar en el Mundial de Budapest de 2023. Entiende que, realizando una temporada completa en Bélgica, disputando los torneos europeos y realizando un “básico” en los tiempos correctos, el evento planetario no será un poco loco. Eso sí, admite que su gran objetivo para este 2022 son los Juegos Sudamericanos de octubre.

Finalmente, cuando se le pregunta por su gran sueño, no duda y en menos de un segundo responde: “Romper el récord sudamericano de mi mamá. Ese sería mi gran sueño y si no sale es porque simplemente no tuve piernas, porque haré todo lo posible por lograrlo. Voy a dar el 155%”. Mentalidad de campeona, la tomó de su experiencia de vida, y por supuesto, de sus padres.

#Sangre #campeones #irrupción #Martina #Weil #nueva #figura #del #atletismo #chileno
Si quieres leer el artículo original puedes acceder desde este link:

Artículo Original

Continue Reading