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Economia

Susana Jiménez, CPC: “Asumo con el mandato de representar la visión empresarial más allá de cualquier visión política”

Martina E. Galindez

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El próximo 17 de diciembre será un hito para la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC). Por primera vez en su historia una mujer asumirá la presidencia del máximo gremio empresarial. La economista y actual vicepresidenta del CPC, Susana Jiménez, asumirá el liderazgo para el período 2025-2026, luego de ser nominada como candidata de consenso por el comité ejecutivo.

“Siempre es un desafío, porque, de alguna manera, uno abre puertas. “Ésta es una institución que tradicionalmente ha estado dirigida por hombres, pero también forma parte de nuestra historia moderna que las mujeres lideren y estén en actividades sindicales, en la política, en la alta dirección de las empresas… Este es un paso más en esa dirección”. “, dice Jiménez. “Siempre digo que como el talento se reparte equitativamente, perdemos talento cuando no hay mujeres en diferentes puestos”, añade.

Durante su mandato, la nueva presidenta estará acompañada por el empresario vinculado a la Cámara Chilena de la Construcción, Daniel Mas, quien ocupará el cargo de vicepresidente del CPC. Asimismo, la abogada Macarena Letelier asumirá como nueva directora general del sindicato, en reemplazo de Fernando Alvear, quien ocupó el cargo durante los últimos 14 años.

Para mí está absolutamente descartado un cargo público. “Voy a estar aquí, si los votos lo permiten, los dos años que me corresponden como presidente del PCC, en cuerpo y alma”.

Susana Jiménez sostiene que recibe este desafío con gran responsabilidad y como un privilegio que le permitirá seguir participando en el debate de políticas públicas, que es lo que más le importa. “Hay mucho que podemos hacer desde los sindicatos en ese sentido, en particular, en materia de políticas públicas que nos permitan retomar la senda del crecimiento, de un país que brinde oportunidades, empleo y bienestar a las familias”.

-¿Cuál cree que es el papel de las asociaciones empresariales en el actual momento económico, político y social?

-El CPC tiene un papel fundamental para tratar de poner sobre la mesa, desde su experiencia, desde su capacidad y representación del mundo empresarial, buenas propuestas que permitan a Chile volver a crecer. Es fundamental estar en el debate de las políticas públicas que emergen desde el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo. Muchas veces puede haber proyectos de ley o cambios regulatorios que, aunque bien intencionados, no necesariamente son vistos desde todos los lados, ni su impacto, por ejemplo, en el mercado laboral o la inversión. El mundo empresarial es un actor sumamente relevante y estoy convencido de que la actividad privada es el motor del progreso, por eso, para nosotros como sindicato estar en el debate es muy importante.

-En ese sentido, ¿cuáles serán las prioridades durante su período en el PCC?

-Primero, un eje transversal que ya venimos trabajando desde esta última administración con Ricardo Mewes como presidente, es el de los vínculos regionales. Es precisamente allí, en las regiones, donde emergen muchas de las preocupaciones y también las soluciones a los problemas que hoy nos aquejan.

Otro tema fundamental que ya mencioné es poner sobre la mesa el crecimiento económico. Este es un eje importante, más aún de cara al próximo debate sobre los contenidos de las agendas programáticas para las elecciones de 2025. Junto a eso, el empleo formal es importante, y hago hincapié en el formal, porque de eso también tenemos que ocuparnos.

Y un tercer eje es el que hemos llamado integridad y sociedad. Es una mirada a la empresa hacia dentro. Y ahí hemos hecho varias cosas, con códigos de ética y tenemos un proyecto de guía o directriz para la prevención de delitos económicos después de la ley que se aprobó. Y es también una mirada hacia afuera. Por ejemplo, la iniciativa Empresas por Chile, que iniciamos este año, está en proceso de implementación y busca lograr que las empresas en su día a día vayan más allá de su negocio, de generar sus productos y servicios de calidad, sino que también puedan generar soluciones. a problemas públicos, como la salud, la educación y la seguridad. Ya contamos con más de 140 empresas asociadas a este proyecto y seguimos motivando.

-Las encuestas muestran que la confianza empresarial se encuentra en terreno negativo desde marzo de 2022, ¿a qué lo atribuye?

-Hemos tenido años complejos. Tuvimos el estallido social y luego los debates constitucionales, en los que se cuestionaron las reglas del juego y la principal ley del país, la Constitución. Por supuesto que eso genera ruido y preocupaciones. A esto se suman proyectos de ley que han sido vistos con preocupación por la incertidumbre que generaron, como la discusión de regalías en su momento, aumentos de impuestos, o políticas sectoriales, como la discusión que ha habido en energía, pesca y salud. con todo el tema de las isapres. Todo esto crea un ambiente que obviamente aumenta la incertidumbre para el desarrollo de los proyectos.

Si miramos también la dificultad que enfrentan los proyectos de inversión que se quieren desarrollar, en términos de tremenda burocracia, largos plazos y costos importantes para obtener permisos ambientales y sectoriales, tenemos una combinación de factores que explica en gran medida por qué estamos en estos niveles más pesimistas.

-El presidente Boric atribuyó la baja inversión al “pesimismo ideológico” de los empresarios y al día siguiente dijo que Gobierno y sector privado deben ser aliados. ¿Qué lectura haces de todo eso?

-Me quedo, claro, con la rectificación. Las decisiones de inversión a nivel de empresa se toman con una perspectiva de muy largo plazo, que trasciende a los gobiernos y, por tanto, no son políticas. Lo que más quisieran las empresas es desarrollar proyectos y nuevos negocios, está en su génesis y, por eso, lo que tenemos que hacer es trabajar juntos para generar mejores condiciones.

-No es que las empresas no inviertan por ideología o que estén en contra o a favor de un Gobierno…

-No, para nada. Todo el mundo quiere hacer negocios e invertir, pero es necesario crear las condiciones propicias para ello. Y por supuesto esto no es independiente de las decisiones que se tomen en las políticas públicas, en las regulaciones sectoriales…

-Usted tendrá que liderar el CPC en el último año de Gobierno, cuando las agendas legislativas suelen estar sobrecargadas de compromisos programáticos, ¿ve ahí un riesgo?

-Veo ese riesgo, pero no sólo porque es el último año de Gobierno, sino también de cara a las elecciones parlamentarias. En un año electoral siempre existe el riesgo de que empiecen a verse propuestas populistas. Y eso no tiene color político. Y, de ser así, debemos intentar hacer oír nuestra voz y evitar que esas cosas sucedan. Algo de eso lo aprendimos con el retiro de los fondos de pensiones, en el que quedaron súper advertidos los efectos que tendrían y finalmente generaron todo lo que sabemos.

-Y tendrás que lidiar con eso…

-Sí, vamos a tener que lidiar con eso, pero, mirando el vaso medio lleno, como dije, también vamos a tener que discutir agendas programáticas. Y eso para nosotros es una oportunidad para poner en el debate, sea cual sea el gobierno entrante, las propuestas que creemos que pueden mover la aguja y revitalizar la actividad.

-Usted fue ministro de Energía del expresidente Piñera y subdirector de LyD. ¿No teme que se cuestione su papel como dirigente sindical si se identifica con ese sector político?

-Soy una persona con las ideas muy claras, pero no vengo del mundo estrictamente político, sino del mundo de las políticas públicas. Hago la distinción porque nunca he tenido afiliación política y cuando entré al Gobierno no militaba en ningún lado. Y, además, entré en un portafolio súper técnico. Eso es lo que me caracteriza ahora. Además creo que haber desempeñado cargos públicos es una ventaja, uno sabe que las cosas no son fáciles y hay que dialogar. Entonces, sin negar ni un minuto de mis ideas y convicciones, creo que haber pasado por un Gobierno es un plus. Hay quienes critican a quienes pasan del mundo privado al público o de lo público a lo privado. Al contrario, creo que cuando se conocen ambos mundos se genera más capacidad de diálogo.

-Hay algunos en el mundo de izquierda que tienden a vincular los negocios con la derecha…

-El mundo empresarial es mucho más diverso de lo que la gente cree y mi papel es representar eso. Por tanto, asumo el mandato de representar la visión empresarial más allá de cualquier visión política. Las empresas y los empresarios tienen que operar con las más variadas visiones tanto del gobierno como de las autoridades regionales y comunales. El norte del mundo empresarial es el desarrollo del país, eso es completamente apolítico y espero representarlo.

-Y en base a sus convicciones, ¿ya decidió su voto para las próximas elecciones presidenciales?

-Las elecciones presidenciales aún están lejos.

-¿Le resultaría más fácil trabajar con un Gobierno de centroderecha que con uno de izquierda?

-Para mí la variable que facilita no trabajar con una contrapartida es si existe o no el convencimiento de que la actividad privada es el motor de la actividad económica. Si ese consenso existe, creo que es mucho más fácil trabajar, porque se crean las condiciones para que eso suceda. Si nos fijamos en la historia, el mundo empresarial ha tenido muy buenas relaciones con líderes políticos de todos los colores cuando existe esa convicción.

-Desde su rol de ministro tuvo que enfrentar presiones del sector privado, ¿cómo se ve ahora desde ese otro rol, defendiendo intereses corporativos?

-Creo que los sindicatos cumplen una función muy necesaria desde ese punto de vista. En materia de regulación sectorial, el mayor conocimiento está en los propios sectores y, por tanto, siempre debe haber este diálogo permanente. Por supuesto que las empresas van a defender sus intereses particulares, pero un sindicato tiene la obligación de verlo desde una perspectiva mucho más de país. Y, por tanto, más que intereses particulares, se trata de cómo vemos desde la actividad sindical el mejor desarrollo del sector, no de una empresa. Y, por cierto, con visión de largo plazo.

-Si eventualmente a mitad de tu mandato en el PCC te pidieran volver a asumir un ministerio, por ejemplo, con Evelyn Matthei, ¿qué harías?

– Para mí está absolutamente descartado un cargo público. Voy a estar aquí, si los votos lo permiten, los dos años que me corresponden como presidente del PCC, en cuerpo y alma.

PCC pide reducir impuesto de sociedades al 23% y rechaza desintegración


-En diciembre el Gobierno presentará el proyecto de impuesto a la renta que reduce el impuesto a las empresas, pero insiste en la desintegración y el establecimiento de un sistema dual. ¿Qué opinas de esa fórmula?

-Primero, aún no conocemos los detalles del proyecto. El Ministro de Hacienda inició rondas de conversación y ahí también estaremos en algún momento. Pero, de hecho, hemos abogado por un mayor recorte de impuestos. Hacienda hablaba anteriormente de bajar del 27% al 25%, pero imponer un impuesto de desarrollo, que habrá que ver si se mantiene. Aun así, para nosotros es insuficiente. Hemos propuesto un 23%, que no es una cifra caprichosa ni particularmente baja, sino que simplemente igualaría el promedio de la OCDE. Tenemos que generar atracción de capital y hay consenso en que la carga tributaria en Chile es demasiado alta.

Y en cuanto a la desintegración del sistema, no estamos a favor de eso. Por el contrario, si hubiera un cambio, esperaría que fuera hacia una integración total. Creemos que esto nos convertiría en un país más atractivo y competitivo.

-La ministra ha dicho que la idea es que este proyecto sea neutro en términos de ingresos, es decir, la reducción de impuestos a las empresas tiene que compensarse con algo.

-Sí. Y también hemos sido proactivos en el sentido de que se evalúe un impuesto alternativo a los dividendos. Creo que eso también lo ha recogido el ministro. Obviamente hay una discusión sobre el nivel de las tarifas porque, insisto, la idea es hacer que el país sea más atractivo para las inversiones y no menos.