Luego de que el Banco Central informara este miércoles que el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) registró un sorpresivo crecimiento en enero, observando una expansión interanual del 0,4% frente a la caída del 0,5% esperada por el mercadolas incipientes expectativas de los analistas de una mejora en las perspectivas para el año, comienzan a consolidarse.
En su última proyección para este año, difundida a mediados de febrero, el Ministerio de Hacienda rebajó levemente su pronóstico sobre el desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023 a una contracción de 0,7% desde la disminución de 0,5% prevista anteriormente.
A pesar de ello, dicha estimación gubernamental siguió siendo menos negativa que la del Banco Central, que en su último Informe de Política Monetaria (Ipom) de diciembre planteó un rango de disminución de entre 0,75% y 1,75% para la economía este año.
Pero tras los datos conocidos recientemente a nivel local, sumado a una mejora en el escenario internacional, que ha venido acompañado de un alza en el precio del cobre, principal exportación del país, y una caída del dólar, las perspectivas apuntan a que el escenario podría no ser tan adverso.
“Los datos de esta mañana son consistentes con las sorpresas positivas que también conocimos esta semana para el mercado laboral, las ventas minoristas y la actividad sectorial”dijo Andrés Pérez, economista jefe de Itaú.
Agregó que el conjunto de información sugiere que si bien la economía se está desacelerando, el proceso ha sido bastante más gradual de lo anticipado, por lo que las presiones inflacionarias por el lado de la demanda deberían ser más intensas y persistentes, y las caídas en la Tasa de Política Monetaria (TPM) podría demorar incluso más de lo internalizado por los precios de mercado, que anticiparon dicho movimiento para mayo.
“Por ahora, esperamos que la economía se contraiga 0,9% este año (con sesgo a una contracción aún menor), una inflación de fin de año de 4,1% (con sesgo alcista) y una TPM más baja a partir de junio”. Indio.
Por su parte, Scotiabank señaló en un informe que “con este récord de actividad (desde enero), revisamos nuestra proyección de contracción del PIB para 2023 a una caída de 0,8%”.
Precisaron que la corrección responde a un conjunto de factores que incluyen un mejor comienzo de año con un efecto impulso positivo; resiliencia del mercado laboral superior a la prevista; y una mejora en los términos de intercambio explicada por un aumento significativo en el precio del cobre.
A ello, añaden, se suma la rápida ejecución del gasto público desde finales de 2022 que habría continuado a principios de 2023 y “un escenario político que llevaría a la moderación en las reformas estructurales en negociación y un proceso constitucional (constitucional cabildo) donde anticipamos un equilibrio político de fuerzas similar al observado en el actual Senado”.
Una opinión similar se sostiene en Santander, que también señaló en un informe que el mayor dinamismo de la economía se explica por una serie de factores, entre ellos la menor incertidumbre política, un tipo de cambio real depreciado y altos precios de exportación, así como un público más acelerado. gasto. También ocurre en un contexto donde la actividad mundial ha repuntado, apoyada por el proceso de apertura en China.
Por ello manifestaron que “La sorpresa de la actividad con la que inicia el año sugiere que la economía podría tener una caída menos intensa de lo estimado previamente”.
Sin embargo, en Scotiabak estimaron que, si bien la cifra de enero confirma un desempeño económico positivo para el primer trimestre, mostraría una expansión en términos interanuales incluso con posibles caídas marginales ajustadas por estacionalidad. A partir de abril, la tasa de crecimiento interanual podría volver a terreno negativo, lo que podría prolongarse hasta el tercer trimestre.
Por su parte, el economista jefe de Zurich AGF, Ricardo Consiglio, señaló que el Imacec de enero confirma que la actividad económica ha sido más resistente a las expectativas de desaceleración, en medio de una disminución significativa de los riesgos internos y un escenario externo menos negativo ante la la reapertura de China y mejores datos en los mercados desarrollados.
“Lo anterior podría estar diciéndonos que el crecimiento económico no será tan negativo como espera el mercado y podría estar más cerca de la parte baja del rango de crecimiento para este año que el Banco Central publicó en su último Informe de Política Monetaria (Ipom), que es decir, en torno a una caída del 0,75%”, afirmó.
Pero advirtió que las altas tasas de interés y la alta inflación sugieren que hay un límite para este mejor momento a corto plazo y que la economía seguirá teniendo un primer semestre desafiante.
En tanto, para el segundo semestre se espera que la economía comience a repuntar nuevamente, en un escenario de inflación que comienza a ceder, menor riesgo político interno y un mejor desempeño de China que dinamizaría el sector externo.
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